I

659 47 8
                                    

Las gotas de lluvia chocaban en los paraguas color negro, un reverendo hablaba sobre la vida después de la muerte, bueno, si tú acatabas los mandatos en un ser hobnipotenete, tendrías la salvación y la vida eterna.

Esa palabras no tenía sentido para el joven heredero. Pero si existía, su abuelo se iría al infierno.

Jamás lo vio, pues cuando era una bebé, murieron sus padres, su único familiar era su abuelo paterno, pero lo envío aún siendo un bebé a Suiza, estudiando en los mejores institutos de aquel país.
Solo tenía un perro y su nana, esa era la única familia.

Todos le daban el pésame y sus condolencias, era estúpido, ellos sabían como era su abuelo. Alguien egocéntrico y orgulloso, sus empleados lo detestaban por su tiranía. 

Fotógrafos estaban en el cementerio, querían capturar la foto del heredero Kim Dongyoung, del grupo de alimentos Queen.
Nadie conocía al joven, en su vida de veinticuatro años jamás salió a la luz pública. Era agobiante todos esos flash en su cara.






Una gran mansión era la nuevo hogar de Dongyoung. Entrando lo atacó el olor ha tabaco en la atmósfera del lugar, produciendo dolor en sus fosas nasales.

-Abran estás ventanas- saco un pañuelo tapando su nariz.

-El señor Kim le gustaba mantenerlas cerradas- dijo un empleado.

-Si, el ya está muerto. Ahora TU trabajas para mí, yo te daré TU sueldo- ni siquiera espero su reacción, camino a las escaleras que se ubicaban unos pasos enfrente de la entrada principal.

Merodeo por cada rincón de la planta alta, cuarto tras cuarto, asta llegar a la que era la habitación de sus papás y él.
Una cuna color marfil, unos muñecos dentro de el bien acomodados, en la mesita de noche estaba una foto de sus papás y él.

El no recordaba los rostros de sus padres, el era un bebé de tres meses cuando fallecieron en un accidente.Los extrañaba a pesar de no tener recuerdos con ellos.

Sus lágrimas salían, al tomar su peluche de león, pero lo interrumpió un sombra que se veía por abajo de la puerta.
Estaba por gritarle a la persona atrás de esa puerta, pero para su sorpresa no había nadie.
Ha lo mejor era un producto de su imaginación, así que no le tomo importancia.

Ya iba ha irse para las escaleras cuando escucho como una puerta que le faltó entrar, se movía como si el viento corriera y la empujará.
Entro en ella y como lo dedujo, la ventana está abierta, el viento que entraba hacía que las cortinas rojas se moverá.

Esa oficina le pertenecía a su abuelo. Esa pintura puesta en la pared, con una pose de arrogancia hacia crear más su ego al difunto cuando entraba.
Dongyoung es lo suficiente alto para quitarla, y lo hizo, no quería ver su rostro.
Coloco el cuadro en el escritorio, tirando sin querer un cuaderno.

Este cuaderno parecía un diario, de él se salió una rosa roja seca. El joven heredero la recogió junto con la libreta. En la primera hoja está en blanco pero en la segunda tenía algo escrito.

"Mi amado Taeyong, prometo volver a tú lado"



-------
Recomendación para escuchar mientras leen la historia.

Playlist Spotify:

Maldición [TaeDo] [NCT127] [ғɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora