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06.📌

"¿por qué seguimos jugando a las cartas? sabiendo que tienes un as bajo la manga."

Zoe Vargas.

ya me habían tomado las fotos a mí sola y con Bruno, ahora faltaban las fotos con José Miguel, este caminaba hacia mí con esa sonrisa coqueta que conocía, rodé mis ojos, y se puso a mi lado, sonreí para la foto.

—ya está, van para instagram —dijo el fotógrafo.

—listo, estamos, puedes ir a tu lugar de trabajo, Bruno te guiará, bienvenida a la familia de Urban Roosters —decía el chaval sonriendo.

—muchas gracias. —dije con el mismo gesto que él, Bruno me tomó de la mano y me llevó hasta la oficina, era una oficina con dos escritorios, ambos estaban equipados.

—ésta es mi oficina, creyeron que lo mejor era manejarlo así para que no estés incómoda. —decía Bruno.

—mucho mejor —dije sonriendo— gracias tío, te amo en serio. —dije dándole un abrazo, el respondió rodeando mi cintura con sus brazos y yo tenía los míos en alrededor de su cuello.

—¿interrumpo? —escuché aquel acento malagueño, bufé y me separé de Bruno, no quería decirlo, pero me estaba empezando a fastidiandiar un poco.

—no nada chaval, pasa ¿en qué te podemos ayudar? —dijo Bruno sentándose en su escritorio y yo me senté en el mío.

—¿estás ocupado? Necesito ayuda con la edición del capítulo de réplica que es para mañana.—decía José Miguel.

—uuff, me pillas bastante ocupado, ando trabajando en una nota que es bastante cargada, pero si a Zoe no le molesta —decía Bruno viéndome y alcé una de mis cejas— ella te puede ayudar.

ambos posaron su vista en mí esperando una respuesta, yo vengo entrando y ya me está lloviendo.

—¿trabajaremos acá, no? —dije viendo a Bruno.

—no guapa, eso se trabaja en mi oficina, así que te toca desplazarte hasta allá. —dijo sonriendo, pasé mis dedos por el puente de mí nariz.

—está bien, si Bruno está ocupado, pues, es obvio que a mí me toca, ¿empezamos ya? —José Miguel asintió— podrías esperarme afuera, necesito hablar con Bruno, antes. —él se levantó de la silla y salió.

—te juro que no es mi intención Zoe, pero es que estoy cargado. —dijo.

—está bien, pero qué puta necesidad de moverme hasta su oficina, perfectamente podemos trabajar acá.

—es su programa y sus reglas tía, no hay discusión —bufé, tomé mis cosas y me levanté de mi lugar— suerte, recuerda, tú y solo tú puedes manejar esto ¿vale? —yo asentí, besó mi mejilla y yo salí de la oficina.

salí y él caminaba delante de mí, entramos a lo que supongo que es su oficina, se sentó en su escritorio y yo en una de las sillas que habían al lado de una mesa aparte.

—bien ¿en qué necesitas ayuda? —dije.

—primero, necesito que te sientes ahí —dijo señalando la silla frente a él— y segundo, necesito editar este nuevo capítulo, pero yo soy pésimo en edición.

—pues nada, pásamelo y yo lo edito en mi computadora —dije sentándome frente a él y sacando mi laptop, me pasó el vídeo y empecé a trabajar, puse mi mente en modo avión y empecé a trabajar ignorando su presencia por completo.

yo tenía mis cascos puestos así que no escuchaba nada que no se trasmitese por estos, noté que se levantó y lo perdí de vista, seguía enfocada, recortando y mejorando el audio del vídeo, era increíble lo extenso que era este vídeo.

sentí la respiración de alguien en mi hombro haciendo que me voltee rápidamente, esta acción hizo que mi rostro quedara cerca del de el malagueño. Él sonrió y se quedó ahí, escaneó mi rostro con su vista y luego mojó sus labios, yo tragué grueso.

—te iba a decir que ya es la hora del almuerzo —dijo, yo quité mis cascos y me aparté de él.

—gracias por avisar, para la próxima me tocas o algo. —dije cerrando el computador.

—¿te toco entonces? —dijo con un tono de picardía, haciendo mis mejillas se tiñan de rojo. Lo odiaba porque él sabe que ese tipo de cosas me ponen así.

—el hombro —respondí, tomé mi cartera y salí de la oficina para ir hasta la de Bruno— ¿vamos almorzar? Dime que sí, porque tengo hambre y me rehúso a ir comer con José Miguel.

—cálmate tía —dijo riendo— está bien, vamos almorzar, parece que no te la estás pasando bien.

—estábamos bien, hasta que se me acercó, demasiado, y me incomodé. —dije.

—ay estás toda rojita —dijo tomando mi rostro entre sus manos y dejando un poco en mis labios.

—joder, se me olvidó tocar —nuevamente aquel malagueño presente— ¿vamos a comer con Babi?

—¿vamos? —me preguntó Bruno, solté un largo suspiro y asentí.

salimos de la oficina y caminamos hasta un restaurante que había cerca, almorzamos mientras ellos hablaban y José Miguel me miraba de vez en cuando. Después de haber almorzado y cepillado mis dientes volvimos a la oficina, me despedí de Bruno que pronunció un "suerte" en voz baja, entré a la oficina y abrí mi computadora.

—¡me cago en todo! —grité cuando abrí el computador.

—¿qué pasa? —dijo José Miguel asustado ante mi grito.

—se borró todo el trabajo que llevaba —dije pasando mis manos por mi cabello— tener esto listo para mañana me tomará toda la noche.

—pues supongo que tendremos que quedarnos hoy en la oficina —respondió y yo junté mis cejas— pues sí tía, eso necesita estar listo para mañana.

punto y aparte ; skone.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora