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Después de haber tenido una deliciosa comida en aquel local, el grupo decidió ir directamente al palacio imperial, esta vez sin distracciones.

Durante el camino, como era de costumbre, la reina de aquel extravagante reino, junto a la princesa iban al frente conversando sobre cosas triviales y cosas que sólo gente de la realeza podría entender. Detrás, caminaban firmes, con una mirada seria y sin denotar emoción alguna, el hermano de reina y la guardia de la princesa.

- Umi - La reina giró su vista, dirigiéndola a la nombrada - ¿Por qué eres tan aburrinya? - Comentó en forma de broma - Enyes como mi hermano - Sus palabras lograron captar la atención de este mismo.

- ¡Ey! - Exclamó el castaño - Sólo intento seguir un régimen, ¿Sabes? Intento no ser tan desastroso como tu lo eres, alguien aquí tiene que mantener el orden - Tales palabras irritaron a la reina y rápidamente se creó una discusión entre hermanos.

- Kotori, creo que deberíamos dejarlos a solas un momento - La guardia tomó del brazo a la princesa y se la llevo de ahí, aún cuando esta no había dado respuesta alguna.

- Aveces me pregunto porque las personas pelean entre si, incluso cuando su sangre los une - La dulce voz de la princesa hizo que la peliazul se detuviera, intentando digerir tal falta de respeto que había hecho contra la princesa - Todos deberíamos de llevarnos bien, después de todo... Todos somos como una familia, la diosa Lieben nos creó para llevarnos bien y crecer unidos, para celebrar las victorias juntos, para estar en las derrotas de otros... No para estar en constantes guerras - Los ojos de la grisácea se acristalaron, haciendo que la peliazul se acercara lentamente - La vida no esta hecha para morir en un estúpido capricho de reyes por tener mas tierras y reinos que otros, la vida fue hecha para disfrutar de el largo camino que es y dejar una huella en el mundo, algunas quizá mas reconocidas que otras, pero siempre aportando algo bueno al mundo... Al menos... Eso es lo que yo creo, Lieben no le desearía nada malo a nadie, mucho menos a sus propios hijos... - Finalmente la peliazul estuvo lo suficientemente cerca de la princesa como para abrazarla. En ese mismo momento, las lágrimas que tanto habían amenazado con salir, cayeron como un par de cascadas gemelas a un lago sin final.

- Algún día, el mundo será lo que deseas... Kotori - Abrazó con mas fuerza a la princesa y depósito un calido beso en la cabeza de esta, como si de una madre intentando calmar a su hijo en noches de mucha lluvia se tratase - Es muy bueno que tengas una visión de la vida distinta a los demás reyes, estoy segura de Lieben hará grandes cosas contigo - Tomó a la grisácea de su mentón y levantó su mirada, quedando en total contacto visual - Por el momento - Pasó parte de su dedo índice por los ojos de la princesa, limpiando las lágrimas en el acto - No llores. En ese hermoso rostro que tienes, las lágrimas no merecen estar - El rostro de la princesa rápidamente enrojeció - Parece ser que algunas lágrimas posaron en tus labios. Bueno, ese es otro lugar en el que tus las lágrimas no merecen estar -

- ¿Y... Y que debería estar en mis labios? - Preguntó con una voz mas suave de lo normal y un poco quebradiza.

- Los míos - Al terminar su oración se acercó de forma veloz al rostro de la princesa, abrió sus labios a la par que la grisácea, cerró sus ojos y depósito el besó mas honesto, amoroso y sincero que jamás había dado.

En el fondo, el sol se escondía, la luna y las estrellas salían, siendo las únicas testigas de aquel mágico momento.

Mientras tanto, muy arriba en los cielos, donde la vista humana no llega y es inimaginable llegar algún día, una silueta de una dorada luz miraba aquélla bella escena.

- Kotori... Umi, por favor cuida de ella - Una lágrima dorada descendió desde su ojo y cayó desde lo alto de los cielos hasta el suelo. A la vez, otra silueta de dorada luz llegaba a aquel lugar inimaginable para los humanos. Ambas siluetas se tomaron de la mano y desaparecieron entre las bastas nubes de aquel fantasioso lugar.

Por su parte, aquella lágrima dorada, cayó al lado de la princesa y la guardia, y, según las creencias de aquella época, el amor que aquellos dos seres se tenían cuando pasaba aquel suceso, quedaba sellado para la eternidad, siendo conocido como...

Besos dorados...

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Ay soy re-sensible que hasta lloró con esto :'D

Bueno, lo siento por la hora y por tardar tanto unu.

Quiero dar las gracias a HaruEndless que de verdad, es un honor que tu elijas que historia actualice <3 (Y lo siento, pero prometo que tarde o temprano actualizaré también "Lies of a violinist" pero no tengo tiempo ahora mismo, perdón unu)

Sin mas que decir... Nos vemos mis tomatitos fantasnyales uwu

La Princesa Y El Guardia | KotoUmi {AU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora