🌊Capitulo 5🌊

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―Oookay. ―Jimin agarró la jodida manija de la puerta del camión. Su ritmo cardíaco aumentó, y no debido a la excitación resonando en sus venas―. T-Ten cuidado, ¿eh?

A pesar de que Jimin murmuraba nerviosamente la petición, no pudo evitar darse cuenta de que su corazón no palpitaba justo desde el estrecho sendero rocoso incrustado en el acantilado en que Jungkook conducía su camioneta. Se quedó boquiabierto ante la vista espectacular. Olas trepaban a lo largo de la orilla de la playa a nueve metros más abajo en un lapso de dieciocho metros más o menos. A izquierda y derecha estaban las extensiones rocosas escarpadas.

El sol estaba bajando en el horizonte, el cielo empezaba a tomar tonos de rosa y naranja. Pocas nubes empañando el azul. Las profundas rocas grises sobresalían del mar en la distancia, ofreciendo contraste y percepción de profundidad.

Tan asustado como Jimin se sentía conduciendo por un estrecho sendero del acantilado, la vista era increíble. ―Relájate, bebe ―murmuró Jungkook con suavidad. Se acercó y frotó su pierna de nuevo―. ¿Estás bien?

―Dos manos en el volante. ―Jimin no pudo evitar chasquear. Sintió el calor de su rostro y supo que estaba sonrojado. Demonios, incluso sus pelotas amenazaban con encogerse en su cuerpo. Al menos consiguió que su erección estuviera bajo control―. D-Disculpa. Sólo...

Jungkook regreso la mano al volante. ―Está bien ―cortó con suavidad―. ¿Tienes alguna cosa con las alturas? Miró a Jimin y le guiñó el ojo, ofreciendo una sonrisa pícara―. Lo recordaré, guapo.

Jimin simplemente asintió. No lo admitiría, pero su estómago incluso rodó un poco. Cuando llegaron al fondo de la pendiente, incluso su vejiga palpitaba.

Maldito sea todo.

Una vez que Jungkook detuvo el camión, lo aparcó y lo apagó, Jiminabrió la puerta con impaciencia y aspiró un profundo aire de mar salado. Afortunadamente, su estómago revuelto se alivió inmediatamente, pero su vejiga no lo hizo. Haciendo una mueca, se deslizó de la camioneta, luego miró a través de la cabina a Jungkook, quien acababa de hacer lo mismo.

―Oye, uh, odio ser grosero en una primer cita y todo, pero ¿hay algún lugar por aquí donde pueda orinar?

Jungkook le sonrió y frunció las cejas. ―Seguro bebé. ―Sacó el brazo, indicando el área aislada alrededor de ellos―. Estamos solos en la playa, y no soy tímido. Si te hace sentir más cómodo, incluso me girare.

Jimin se burló, incapaz de evitarlo pero sonrió ante la apertura del hombre. La actitud de Jungkook de alguna manera logró aliviar y agrietar la suya, todo al mismo tiempo. Asintió mientras decidía burlarse un poco de sí mismo.

―Mi madre me advirtió sobre habladores tranquilos como tú.

―Jimin apoyó las manos en sus caderas y levantó las cejas, ofreciendo al otro hombre su mejor expresión descarada―. No sucumbiré a tus artimañas en una primera cita. Tendrás que esperar al menos a la tercera antes de ver las recompensas.

Estallando en risas, Jungkook sonrió ampliamente. Sus ojos oscuros centellearon. Señaló hacia las rocas detrás de Jimin. ―Entonces pon todos los medios ―respondió Jungkook entre risas―.

Escóndete detrás de algunas rocas, pero ten cuidado, ¿de acuerdo? No quiero tener que volver a contactar al Doc Jung. ―Le guiñó un ojo―. Incluso desocupare la cesta y sacaré la manta dándote la espalda.

Sonriendo, Jimin agitó la mano, se volvió y escudriñó la costa. Vio muchas rocas escarpadas, las olas arremolinándose entre ellas. Más allá de eso, pensó que había notado una franja de playa. cuidadosamente subió sobre las rocas y encontró la pequeña extensión de arena. Se dirigió a la arena hacia el acantilado. Mirando a la derecha, de vuelta por donde había venido, se dio cuenta de que entre las rocas y el camión, estaba fuera de la línea de visión de Jungkook.

El  Tiburon Tigre KM¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora