Me quedé pasmado, sin saber que decir, pues senti que mi lengua se había pegado a mi boca y mi corazón empezó a latir lentamente.
Puedo jurar que a lo largo de mi vida había conocido a muchos omegas. Todo eran lindos y olían muy rico, pero ninguno como el que estaba frente a mis ojos.
¿Cómo podría describirlo..?
Él era como similar a un sueño fantástico que quisiera que nunca tuviera fin...
Sus rosadas mejillas tenían un tono que se distinguía en la distancia.
Sus ojos rasgados parecían confundirse con las estrellas, ya que resplandecían con su propia luz.
Su nariz respingada y pequeña imitaba la magia de lo preciosa que era.
Sin lugar a duda no existía en ese momento otra persona. Solo él y yo metidos en una bola de cristal llena de química... hasta que él la rompió.-Disculpa... - salí de mi ensoñación cuando lo vi verme con el ceño fruncido y su rostro lleno de curiosidad.
-He... ¡Sí! - respondí tratando de recuperar la compostura y le sonreí de una manera inimaginablemente boba. - la señora Yokani ha enviado esta carta. - extendí mi mano y el bajó su mirada hacia mi mano que contenía el sobre.
Lo tomó y se detuvo a leer el exterior mientras levantaba sus cejas en un leve asombro y puedo jurar que vi como un minima sonrisa se posaba en sus finos labios color rosado pálido.
Tan bonito...
- Gracias - esta vez si me sonrió para atraparme con su mirada y yo me sentí derretir en ese momento. Pues mis pies parecían haberse vuelto de gelatina y mi manos empezaron a temblar. - ¿Necesitas algo más? - preguntó mientras yo negué con mi cabeza suavemente.
-N... no, nada. - mis palabras salieron por sí solas cuando lo vi hacer una reverencia y cerró la puerta.
En ese momento me dí la vuelta intentando asimiliar los mejores casi cinco minutos de toda mi miserable vida para contemplar las imagenes guardadas en mi memoria de ese bello ángel.
El camino de regreso fue totalmente diferente, ya que esa vez iba pensando en lo afortunado que me sentía al haber si quiera yo -un mortal- intercambiado palabras con tal hermosa criatura.
Al llegar a la casa fruncí mi ceño y me reproché el hecho del que fui tan descuidado y no le pregunté su nombre. Luego analicé y pensé que hubiese sido inapropiado que un pobetrón alfa como yo le preguntara algo así a un omega de su clase.
Diablos, ni siquiera sabía su nombre.
¿Esperaba algo más que eso? Mi parte humana decía que eso era lo más que con mi clase hubiera podido conseguir, pero mi lobo me ahullaba dentro de mi diciendo que quería a ese omega tan blanco y delicado.¿Era apropiado si quiera yo con mis manos cayosas siendo adornadas por mis uñas llenas de tierra ensuciaran algo tan precioso?
No. No había razón coherente... o al menos eso pensé, pues yo no era alguien digno de él... pero vamos, ¿Cómo se supone que te sacas de la cabeza a alguien del cual te has enamorado a primera vista?
- Jungkook... - la señora Yokani apareció frente a mi - ¿Por qué te has tardado tanto?
- Lo siento. Yo no conocía. - respondí con total sinceridad.
-¿Pero lo has hecho bien? ¿Has entregado el papel? - preguntó rapidamente mientras yo volví a recordar la dichosa escena.
-Sí. Lo he entregado.
-¿Quién te lo ha recibido? - Yo observé como su ceño se frunció, pero no le di importancia alguna.
-Pues no sé su nombre. Solo que era un omega muy hermoso. Era bajo, con piel blanquecina , sus labios y mejillas demasiado rosas. Él...
-Ssh... - ella puso su dedo indice en su boca haciendo un ademan de silencio - Pero que chico más tonto eres. - su mirada reflejaba decepción - Ni se te ocurra si quiera pensar en enamorarte en uno de ellos. Sabes que no estás a su altura, además que dudo que uno de sus lobos de alta alcurnia te acepte, así que ve quitándote esa idea de la mente.
¿Acaso dije algo malo? ¿Ella notó todo cuando apenas dije unas palabras?
Vaya que no es una mentira cuando dicen que la experiencia es sabia.-Yo... - me corté y agaché mi mirada en completa decepción.
-Ve a preparar el establo y no se te olvide que hay que poner suficiente agua.
Asentí y moví mis pies hacia los establos donde se encontraba Arcoíris.
Arcoíris era un yegua que la señora Yokani habia comprado hace unos poco meses y era un animal muy bonito.
Puse suficiente agua para empezar a recoger el pasto seco y depositarlo en los estantes. Suspiré mientras veía como Arcoíris comía y me senté en un tronco de madera para contemplarla.
En eso vi como la figura de Taehyung se asomaba por el prado y sonreí al verle las mejillas tan sucias como siempre. El empezó a acercarse a mi cada vez más y entonces vi como llevaba un canasto lleno de fresas muy frescas, mientras su ropa tenía algunas cortadas.
-Jungkook... - su sonrisa cuadrada se apareció frente a mi mientras yo me puse de pie para llegar a la cerca que nos dividía. - Te estaba esperando.
-¿Ah, si? ¿Para qué? La señora Yokani no tardará mucho en llamarme. - rasqué mi nuca levemente.
-Vi que ibas hacia el otro lado del pueblo...
-Fui a la casa de los Min a dejar una carta. - lancé y segundos después vi como su boca se abrió en asombro.
-¿Los viste? ¿Viste a los perros? - preguntó para pasar la manga de su sueter en su nariz y dejarla más sucia.
-No. No había nada.
- Lo sabía. Sabía que él no mentía.
-¿Pero quién? ¿De quién hablas?
-Min Yoongi. A veces viene a comprar fresas y me dijo que eso era un mentira.
-¿Y él como lo sabe?
-Porque él vive ahí.

ESTÁS LEYENDO
Solo un poco indecente [Kookgi]
FanfictionJungkook es un alfa pobre que se enamora perdidamente de un omega de clase alta, uno que es doce años mayor que él. ¿Amor imposible? Talvez. Nota: Las edades son cambiadas debido a la temática del fanfic. -•Contenido Homosexual. -•Contenido Adulto. ...