Estamos de vuelta en casa de Alice, ya recuperada después de lo que le he contado. No ha sido fácil asimilarlo para ninguno de los dos, pero más para ella. Estamos en silencio al lado de mi moto, frente a su casa, cuando escuche una puerta abrirse. Es la entrada de la casa de Alice donde sale una mujer de unos cuarenta años acompaña por la madre de Alice, Sharon. Están hablando, pero una vez que mira hacia nosotros nos sonríe. La mujer se despide y le da las gracias por su ayuda. No hay ninguna duda de que es una paciente y tengo miedo por ella a pesar de conocerla, pero pensar que es la próxima víctima de este matrimonio, se me revuelven las tripas.
Sharon se vuelve a meter dentro de su casa, no antes si echar un último vistazo hacia nosotros. Esta última mirada iba dirigida a mí sin duda, sabe lo que estoy pensando y está encantada de que haya acertado. Vuelvo la mirada hacia Alice.
—¿Es la próxima víctima? —Pregunto sin rodeos.
—No lo sé, ellos no me dicen nada hasta el último momento, pero pienso que sí lo es.
—¿Ellos no te avisan, aunque sea un día antes para prepararte?
—Me suelen avisar el mismo día del ataque. Al principio intentaba hacerles cambiar de opinión, pero nunca lo conseguía. Así que ya me avisan el mismo día para que no intente nada.
—Avísame si antes de la detención, ellos han decidido pasar al ataque. Así podremos salvar a la mujer.
—Lo haré, pero ¿cuándo hablaré con Óscar?
No necesita bajar la voz en ningún momento porque estamos lo suficientemente lejos para que no nos escuchen, pero aun así lo hace. Quiere prevenir lo máximo posible y hace bien. Siempre he pensado que cada vez que estoy aquí con su hija hablando, ellos están detrás de una ventana o algo para poder escuchar lo que sea.
—Te pasaré su número cuando llegue a mi casa. Solo envíale un mensaje de que estás con ellos. Creo que será suficiente con eso, sin embargo, yo también se lo confirmaré por si acaso.
—¿Y luego?
—Él tendrá un plan, así que supongo que tendremos que ir a la comisaria para saber cuál es. Haremos como si quedáramos un día normal, tus padres no sospecharan.
—Eso espero.
Resopla por toda esta situación. Me acerco a ella para abrazarla estrechamente a mí. Le digo que todo estará bien, que confíe en mí una vez más y ella solo asiente. Tiene el corazón acelerado, me separo lo suficiente de ella para poder besarla cómodamente.
Espero que sus padres no sospechen de todo esto porque sino, sería el fin para Alice y para mí. Sé que ellos no tendrán escrúpulos para matar a su hija y menos a mí.
Nos separamos y nos despedimos. Espero a que Alice entre en casa para poder volver a la mía con optimismo y miedo. Optimismo porque por fin Alice podrá dejar a sus padres atrás a pesar de las consecuencias, pero miedo por si nos pillan antes de que todo esto de la detención pase. Confío en Óscar, sé que elaborará un buen plan, pero sé que los padres de Alice son inteligentes. No se dejarán detener tan fácilmente.
Vuelvo a casa, saludo a mis padres y subo rápidamente hacía mi habitación con la excusa de que tengo que estudiar. Ellos no ponen ninguna pega y si me notan raro, tampoco lo mencionan. Cierro la puerta y le envío a Alice el número de móvil de Óscar. Ahora le envío un mensaje a él para confirmarle que Alice estará de parte nuestra. Luego me paso a mi escritorio y me pongo con cirugía para saber que tengo que hacer en las próximas prácticas.
Solo han pasado unos veinte minutos para ver que me ha llegado un mensaje de Óscar en el que dice que ha recibido también el mensaje de Alice y, además, nos pide que vayamos a la comisaría mañana en la tarde para contarles lo que tiene que hacer Alice y lo que tengo que hacer yo. Abro el chat de Alice para decirle que mañana a las cinco de la tarde la recojo para que les diga a sus padres que tenemos una cita ella y yo.
Estamos en la clase de prácticas de cirugía, pero yo hoy soy solo un espectador de mi compañero para ver como hace una escisión en el riñón para extirparlo. Cuando veo a mi compañero, pienso en los padres de Alice. No sé qué harán con los órganos que han extirpados para luego trabajar con la piel, y no sé si me conviene saber esa información. Si Sharon es psiquiatra, Anthony tiene que haber estudiado medicina o algo parecido. Pero si solo se trata de asesinar, no creo que tampoco hace falta estudiar medicina para quitarle todos sus órganos. Solo rajar a la persona, abrirle y sacarle todo hasta que quede vacío.
Llego a casa después de las clases, pero me voy a mi habitación si haber comido. Apenas tengo hambre y temo que si como algo, luego lo eche al váter. Estoy sentado en la cama nervioso, escribo a Alice si está bien. Espero que sí, ella puede ocultar esto, es inteligente. Escucho como golpean a la puerta de mi habitación y luego aparece mi padre pidiendo permiso. Entra y se sienta al lado mía.
—¿Qué te pasa Dani? Lleva unos días raros.
—Solo estoy cansado con los estudios, ya sabes, mi último año, el trabajo de fin de grado.
—¿No es por alguien? —levanta las cejas expectantes.
—No te preocupes. —niego con la cabeza. No quiero involucrarlo.
—¿No? Óscar me ha contado que lo visitaste para hablar con él.
—¿Te ha contado algo? —pregunto asustado. Él se da cuenta y me relaja.
—No me ha contado nada, pero por tu reacción, ahora sí que estoy preocupado. ¿Qué pasa? Y no vas a salir de aquí hasta que me lo cuentes.
—No puedo papá, no puedo —niego con la cabeza, pero él sigue mirándome esperando — te pondría en peligro.
—Eres mi hijo, por ti hago lo que sea, me da igual el peligro. —dice mi padre convincente.
Yo agacho la cabeza, quizás si se lo cuento a él, me quite un pequeño peso de encima y me ayude a verlo todo más claro incluso cuando ya Oscar está solucionando todo, pero no sé qué pasará después, y ahí, necesitare la ayuda de mi padre. Él sabrá lo que hacer y sus consejos serán muy importantes para mí.
—Promete no contarle nada a mamá.
Él asiente prometiendo, sé que no se lo contará a mamá si no se lo pido. Comienzo a relatarle lo que vi la noche en que nos quedamos en casa de Alice, no cuento los detalles de nuestra relación porque no es importante para él, pero si cuento lo demás. Las amenazas, la posible próxima víctima y demás hasta el día de hoy donde Óscar nos ha citado a Alice y a mí para ir a la comisaría para explicarnos como va ser la detención. Mi padre está tranquilo, o eso parece, no sé si le ha sorprendido o no.
—Sabían que eran extraños, pero no hasta estos extremos. —asiento dándole la razón — Iré contigo, os ayudaré.
—Papá no...
—Me da igual lo que digas, iré para la comisaria y tu ve a recoger a Alice.
Se levanta sin opción a réplica, mientras me quedo sentado. Veo la hora y tengo tiempo suficiente para ir a recogerla. Me pongo la cazadora, voy al baño y le digo a mi madre que voy a salir con Alice a dar una vuelta. Ella me dice que tenga cuidado como cada vez que salgo y yo me despido.
Llego a casa de Alice y le escribo para saber que estoy esperando. Ella sale dos minutos después y detrás va su madre. No sé si sospecha, su cara es una máscara que no muestra sentimientos. Se despide de Alice con un abrazo, y Alice viene a mí. Me da un beso como saludo, se sube y nos vamos directo a la comisaría.
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La Chica de la casa del Bosque(Idea)
Mystery / ThrillerEsto es una idea, no creo que la continúe, pero si os gusta, me animo a seguir escribiendo.