❥『Daddy ♡ Cryle』

👄❣choker🖤‼

⚠: lιgнт!cнoĸιng, dιrтy тalĸ, ѕlappιng(?.

❌wordѕ: 2545♡

❣❣❣

      ··•Kyle observaba concentrado la ropa que había tirada sobre su colchón. Quería impresionar a Craig con algún atuendo bonito, pero no se le ocurría nada que pudiera hacerle babear. Lo primero que se le ocurrió fue una linda blusa de color cielo que se ajustaba de manera suelta a su delgada figura. Le estaba ligeramente corta, pero no importaba, en cuanto encontrara una parte inferior con la que combinarlo estaría genial.

   Así que rebuscando entre prendas y más prendas, halló su tesoro. Una falda de vuelo negra que estaba seguro de que había sido fabricada para aquella blusa. Sonriendo la subió a través de sus piernas, hasta ajustarla sobre su cintura. También enseñaba más de lo que le gustaría, pero de todos modos iba a quitársela enseguida.
   Hacía resaltar sus delgadas piernas bastante, lo cual hizo que ganara un poco de confianza.

   Acto seguido, decidió ponerse medias de rodilla para terminar el outfit. Escogió unas negras con dos tiras finas arriba del todo en tono azul claro. Se las subió hasta que cubrieron sus rodillas y envolvieron sus piernas y pies en aquella suave tela.

   Era una de las pocas veces que Kyle se sentía seguro con su cuerpo, se sentía atractivo. Tenía esa baja autoestima que le hacía dudar de absolutamente todo, pero aquel día era diferente. Se sentía muy bonito, muy lindo, muy apetecible. Se miró al espejo sin problema y sonrió al ver lo que este le devolvía.
   Con una sonrisa sincera y ese sentimiento de aceptación personal sentía que era mucho más llamativo, más atrayente. Incluso se llegó a sentir orgulloso de sí mismo.

   Correteó por los pasillos, la moqueta realzando el sonido de sus pies contra el suelo. Tenía que esperar todavía una media hora antes de que su apreciado Daddy volviera a casa.
   Ni siquiera sabía por qué se había vestido ya, pero la verdad era que realmente quería verse adorable.

   Entonces al revisar su cabello en el espejo de su baño se percató de un error fatal. Su níveo cuello estaba al descubierto, sin ninguna gargantilla rodeándolo. ¿Cómo pudo olvidarse de algo así?
   Agradecido de que Craig no hubiera llegado todavía, Kyle sacó de entre sus cajones una choker negra de cuero de la cual colgaba un pequeño aro de metal. Mucha gente lo llamaba vulgarmente «collar de perro», pero para Kyle era elegante y encantador. Además, podría tener los esbeltos dedos de Craig alrededor del aro para arrastrarlo. Tan solo el pensamiento le estremecía.

   Aburrido esperó en la sala de estar, sentado en el aterciopelado suelo mientras leía un manga de One Piece. Rodó hasta quedar de espaldas, con sus cabellos separándose en su frente y el pequeño librito justo por encima de su rostro. Si Craig no regresaba pronto, Kyle no dudaría en llamarlo.

   Sin embargo y como si sus plegarias hubieran sido escuchadas por el cosmos, Kyle distinguió el inconfundible motor del automóvil de Craig mientras este aparcaba. Emocionado, se levantó —abandonando el pobre libro japonés— y esperó con una tímida sonrisa unos metros detrás de la puerta. Se balanceó sobre sus pies, deseando lanzarse sobre los brazos de Daddy.

   Craig entró con un semblante sombrío y serio, el cual se suavizó cuando vio a su adorable Kyle tan ilusionado. Le sonrió y lo recibió encantado cuando corrió a abrazarlo con fuerza.

   —Te he echado de menos —habló Kyle, su voz acariciando de manera dócil los oídos de Craig.

   —Yo también, cariño. Por cierto, estás muy lindo —sus narices se tocaron en un pequeño beso de esquimal. Craig sonrió complacido cuando los pómulos de Kyle se enrojecieron.