『태국』Esta noche, las verdades más picantes salen a relucir.
Fucking Mint: Es un desafío o juego grupal en donde la persona que está grabando revela secretos o dice comentarios incomodos sobre los compañeros del grupo, cada que se revela algo, todos d...
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Antes que nada, quería darle créditos a -pendejaaa por haberme ayudado con este capítuloy por haber soportado mis arranques de estrés durante esta semana. Síganla o muero. (No sí, la influencer).
Ahora si me dejo de mamadas
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El castaño estiró su mano derecha hasta posarla sobre el amplio pecho del mayor, mientras se arrodillaba en la cama, mirando a su hyung con las mejillas sonrojadas debido al alcohol.
Su corazón latía con prisa, y en el momento en el que sus ojos se encontraron con los del contrario, inclinó su cabeza en un gesto bastante tierno a los ojos del pelinegro, quien estiró su mano hasta la rosada mejilla de Jeon y acarició esta. Cuando sus largos dedos hicieron contacto con la clara piel del menor, se dio cuenta de lo afortunado que podía considerarse, ahí, encerrado en una habitación, encerrado junto al lindo JungKook.
No pudo evitar soltar una risita reprimida al sentir como la pequeña mano en su pecho trazaba figuras abstractas por sobre su camiseta. TaeHyung se enderezó y recostó su espalda en el respaldo de la cama, tomando la mano del castaño para así dejar un beso sobre esta. No quería dejarse tentar por lo que JungKook podia hacerle sentir, sabiendo que este estaba algo pasado de copas.
Kim atrajo el cuerpo del contrario hasta sí, sentandolo a su lado y abrazándolo sin tapujos, dejando un suave beso en la frente de JungKook, quien soltó un suspiro al sentirse contra el cuerpo del mayor, abrazandose al torso de este.
-TaeHyungie hyung... - susurró mientras alzaba su cabecita para mirarlo, pero sin soltarse del agarre del mencionado -¿No quieres que te toque?.
-Estás preguntando cosas que, muy probablemente, te arrepentirás de haber dicho mañana... ¿No me estás tocando ya, Kookie? - La gruesa voz del mayor endulzó tanto al menor que no pudo evitar cerrar los ojos y acercarse al acanelado cuello, pegando sus labios a este con delicadeza durante unos cuantos segundos, hasta terminar paseando su naricita dicha zona.