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"Es un lugar tan secreto, la tierra de las lágrimas."
- El Principito, Antoine de Saint-Exupery
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Aire, fugaz. Golpeado fuera de Louis como un globo, cuando se estrella contra la pared del baño. La respiración agitada es lo siguiente, temblando su pecho de aquí para allá. Lucha por reemplazar el terror en su cabeza con racionalidad. Él falla.
"Oye. ¿Estás bien, amigo?"
Louis reconoce la voz desde detrás de la puerta del puesto: Niall. Pero es demasiado débil, no puede responder, puede haber sonidos saliendo de sus labios, pero no puede formularlos en ningún orden significativo.
En cambio, solo hay estática donde debería estar su cerebro, lanzándolo hacia atrás en el tiempo a muchas experiencias similares como esta.
Tiene cinco años. Quemadura en la oreja por error en la cocina; por la mano de su madre. Ella no lo escuchó venir. Luego tuvo una pequeña cicatriz, ella consideró hacerle usar un cascabel.
Tiene ocho años. Liam solo calculó mal la forma en que lo agarró del brazo, lo atrapó en la delgada línea entre el guante y la camisa. Pequeña cicatriz, mucha culpa.
Quince años de edad. Calvin Aurand no le creyó a la maestra cuando dijo que no podían tocar a Louis, y así lo intentó. Louis ahora tiene una cicatriz en el brazo, del tamaño de una mano. Tomó tres meses para que el dolor desapareciera.
"Hombre, me estás asustando. Estoy entrando."
La voz de Niall es seguida por la rápida apertura de la puerta del compartimento, el ensanchamiento de los ojos; un jadeo. Su mirada cae sobre Louis, encorvado junto al inodoro. Un chico en llamas.
"¿Louis?" Niall tartamudea, corriendo hacia Louis. "Oh, Dios mío. ¿Qué te ha pasado?"
Louis tiene el pecho apretado y estirado y una postura temblorosa. A través de su respiración pesada y confusos pensamientos, dos palabras logran arrastrarse a la superficie, la prioridad. "Nohospital", es lo que intenta decir. "No- hospital."
"¿Qué está pasando? Dios mío, ¿estás ... qué puedo hacer?" La expresión de Niall es una zona de guerra en sí misma. Él se adelanta para agarrar el brazo de Louis.
"No-me toques-Encuentra-a Liam-Necesito a -Liam."
Las palabras de Louis son siseos mezclados con jadeos. Ni siquiera puede sentir el suelo debajo de él, solo el dolor, el dolor y el dolor. Está haciendo que sus pies se curven.
Niall duda; agarra su teléfono "No te voy a dejar aquí."
Louis asiente y aparta sus gafas. Puede sentir el sudor cayendo por su espalda, temblando junto con el resto del mundo. En este momento, nada está quieto. El aire a su alrededor es demasiado delgado, demasiado superficial, insuficiente, nunca suficiente.
"Gracias a Dios que atendiste, Li". A otro mundo de distancia, Niall está hablando por teléfono. "Estoy con tu hermano, no se ve tan bien. Edificio principal, baño del segundo piso." Hay un silencio en el que se muerde el labio. "¡No, no lo estoy tocando, Jesús! ¿Qué demonios está pasando aquí? ¡Estoy enloqueciendo!"
Abrumado, Louis dobla sus piernas en su pecho. Las lágrimas continúan ardiendo en sus ojos mientras espera, el resto del mundo ahogado, todo su cuerpo temblando. Los segundos se sienten como horas. No puede soportar imaginar la cara de Niall en este momento.
