"All the best people are crazy"
En la calle Marte en pleno centro de la ciudad, hay un bloque de pisos, el dueño del 4º 2ª vive allí un día a día normal,como mínimo hasta hace poco, y es que, Daniel, descubrió recientemente el por qué un piso en pleno centro de la ciudad y en tan buenas condiciones le salió, por lo que él expresó, como una ganga.
El departamento en si es normal, las ventanas cierran bien y protegen del frío y los baños están limpios, un sitio acogedor y perfecto para vivir, quizás si el perro del vecino no hubiera decidido mearse en su entrada el pasado lunes seguiría viviendo en su burbuja y pensando que ese piso de verdad había sido un golpe de suerte.
Tobby, el perro del vecino, había decidido que el felpudo de la entrada sería su nuevo baño, así que Daniel tuvo que dirigirse a la cocina para encontrar papeles de periódico para proteger su entrada. Ya iría a quejarse luego al vecino... lo primero era encontrar el periódico, nunca lo necesito ni lo compraba así que supuso que si había, había sido dejado por alguien que vivió allí anteriormente, se dirigió por eso a la cocina, el lugar que menos había explorado. Al coger el cubo de la fregona y levantarlo se encontró con su objetivo: un periódico de hacía 6 meses, 3 meses antes de mudarse al departamento. Sin prestarle demasiada atención al papel se dirigió a la entrada. El perro estaba listo para hacer de las suyas cuando él, veloz, colocó el papel de periódico sobre el felpudo de la entrada, una hoja del periódico voló al interior del salón. Daniel cerró la puerta ignorando a Tobby ,que volvía a casa del vecino, y la recogió. El artículo que allí encontró aclaro muchas preguntas, pero le produjo otras más.
Mujer asesinada el pasado miércoles 2 de Enero, la 56ª víctima de violencia de género de lo que llevamos de año.
Daniel se sentó en el sofá viendo, sin lugar a dudas, que su departamento había sido la escena del crimen. Cerró el periódico sin querer mirarlo más y lo dejo a un lado del sofá, se levantó cogió las llaves, el móvil y salió por la puerta. La voz del vecino que se disculpaba por su perro, los gritos de la anciana de enfrente que no tenía dinero para pagarse unos audífonos, la música del DJ del departamento de enfrente y la estridente voz de la profesora particular que daba clases online a niños de primaria se empezaron a mezclar en sus oídos. No lograba identificar el autor de cada ruido, pero tampoco le importaba.
Paseaba por las calles envueltas de las risas de júbilo de los niños y los ancianos, los vacileos de los adolescentes y los pasos apresurados de los adultos dirigiéndose a sus casas desde sus respectivos trabajos. Él siguió esquivando ferozmente a las personas que, desde su punto de vista, andaban demasiado lento. Continuó su paseo sin rumbo fijo hasta llevar a un parque, el cual estaba completamente vacío. El sol se iba escondiendo poco a poco y aunque todavía era por la tarde mucha gente ya estaba en sus hogares. Él cerró los ojos y echó la cabeza atrás intentando quitarse de la cabeza ese sentimiento de culpabilidad que lo corrompía por dentro, por vivir felizmente donde alguien había perdido la vida y, así, esperó a que la luz del sol se fuera esfumando y con la luna iluminando sus pasos volver a ese departamento del infierno.
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Chuches de Sandía
Teen FictionEl apartamento de Daniel ha resultado ser una ganga sin una razón aparente, pero poco después se entera del aterrador motivo: en ese apartamento tuvo lugar la escena de un crimen. Un crimen con el caso aún abierto. Al enterarse, él decide descubrir...