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Cada mañana recuerdo eso.

Recuerdo sus manos sobre mi cuerpo y no puedo evitar que la calentura me recorra.

Pensé que ése sería el último día que tendría una fantasía con Lauren, pero todo tiene que ser tan difícil.

Ya pasó un mes de eso y no puedo simplemente olvidarlo.

Me levanto de mi cama y me arreglo para irme a la preparatoria. Cuando termine de estudiar la preparatoria me iré lejos de aquí para no tener que ver más a mi amor platónico aquí.

Después de darme una larga ducha con agua caliente. Escojo la ropa que me pondré el día de hoy y arreglo mi cabello, algo simple; jamás me ha gustado ser el centro de atención.

Sé que deberían gustarme las personas de mi edad, pero siempre ha sido algo que jamás he podido evitar.

Después de un par de segundos me decido por una blusa amarilla, y unos jeans ajustados color negro, además de unos tacones negros.

Ya estoy lista para irme.

Cierro mis ojos por breves segundos y suelto un pequeño suspiro.

Hoy es un nuevo día para intentar olvidar a mi amante surreal.

Desayuno a solas con mi madre, como todos los días. No tiene nada de interesante, mi padre desapareció justo cuando nací, al parecer no quería tener nada que ver conmigo o con mi madre. Así que, jamás lo conocí, apenas y sé su nombre. Realmente no me importa, quien ha cuidado de mi y ha dado todo por mi, es mi madre.

Mi madre no ha tenido a otro hombre en su vida de nuevo. Creo que tiene miedo de que la lastimen, realmente no lo sé.

Nunca ha querido contarme sobre su relación con él.

—Karla.

—Camila.—Corregí, siempre odié que me llamara por mi primer nombre.

Pude notar como me miraba con desaprobación, pero luego de unos segundos soltó una leve carcajada.

—Cariño, tengo mucho trabajo fuera, ésta semana. Así que tendrás que quedarte en casa de Cristina, no quiero que estés aquí sola.

Estoy completamente segura de que casi se me sale mi desayuno por la nariz.

Claro, creo que eso es posible.

Niego y reniego muchas veces con la cabeza. No puedo volver a esa casa y menos después de lo que hice.

—¡Y-yo pue-puedo cuidarme sola! No hay necesidad de eso.—Me quejé mientras comenzaba a hablar demasiado rápido.

—Hija, amas quedarte con tu mejor amiga. ¿Acaso están peleadas?

Negué con la cabeza y aparté la mirada con algo de vergüenza, por supuesto que eso no era precisamente lo que estaba sucediendo.

—Llamaré a Lauren.

—¡No!—Me levanté bruscamente de la mesa y le arrebaté su celular.—Yo le diré a Cristina en la escuela, ¿Sí?

Frunció el ceño con confusión y simplemente se resignó a asentir con la cabeza.

Luego de aquel rápido desayuno, me dirigí a la escuela. Caminando, no se encuentra tan lejos de mi casa, podría tomar un autobús pero necesito pensar algunas cosas en éste momento.

Desde hace un mes Cristina está enojada conmigo, por eso no me recoge para ir a la escuela o me quedo en su casa.

Está enojada porque estuve bebiendo demasiado en aquella fiesta. La entiendo ella solo quiere que esté bien.

lover surrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora