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Tuve que resignarme a quedarme en su casa, al parecer necesitaba ver a su novio un rato, según ella charlarían de algo importante por la noche y necesitaba una cómplice para ello.

Mi mamá no me dejaría en paz, así que tendría que quedarme en casa de Lauren. No estaba para nada contenta con ello; antes de irme a casa de Lauren, Cristina me acompañó a la mía para buscar un poco de ropa.

Llegamos en un mini abrir y cerrar de ojos, su casa no está tan lejos de la mía.

—Me da vergüenza ver a tu mamá.—Mencioné.—Ésa noche que me llevaste a tu casa, Lauren me vió en la madrugada, aún seguía ebria y dije un montón de cosas...

—Vamos, a mi mamá no le va a importar eso. Además, le conté que alguien puso drogas en tus bebidas, por supuesto que lo va a entender.

Apreté la mano de Cristina con nerviosismo, y suelto un gran suspiro. Tratando de que el miedo se vaya de mi.

Aunque definitivamente es algo imposible.

—No lo sé, ¿Por qué simplemente no le dices a Lauren que vas a salir con Dylan?

—¡No! Es que ella está enojada con Dylan.

—¿Por qué?—Fruncí el ceño, eso me había parecido demasiado extraño.

—Bueno.—Hizo una mueca.—Lo traje a casa, estábamos follando y ella me vio. Entre otras cosas que sucedieron.

Lo dijo tan rápido que a mi cerebro le costó procesarlo.

Entramos a su casa finalmente, Lauren parecía estar en la cocina, así que Cristina y yo subíamos las escaleras tranquilamente. Hasta que pude oírla hablar detrás de nosotras, sentí como se me helaba la sangre.

—Oh, ya llegaste, hija.—Mencionó con una dulce sonrisa y luego dirigió su mirada hacia mi con un semblante totalmente serio.—Hola, Camila.

No creo que sea grato verme después de todo lo que pasó.

Mis mejillas se tornaron ligeramente rojizas, esto era algo demasiado estúpido. Era algo bastante obvio que ella recordaba todo lo sucedido.

—Hola, sra Jauregui...—Murmuré cabizbaja mirando mis propios pies.

—¿Desde cuando me dices señora?—Bromeó haciendo que sonría un poco, me disculpo en voz baja y simplemente sigo mi rumbo con Cristina.

Entramos a su habitación y en seguida me tumbo sobre su cama, abrazo una de sus almohadas y grito en ella. Quizás por alegría, no pude evitar sonreír ampliamente al recordar como Lauren me sonreía por escasos segundos. No sonrío porque esté enamorada de ella, sonrío porque quizás no está molesta conmigo.

Bueno, sí, también porque estoy enamorada de ella.

—¿Ves? Mi mamá no está enojada contigo. Sólo le sorprendió lo mucho que bebiste...—Bufó.

—Bueno, aún no sabemos si en verdad está enojada conmigo o no.—Murmuré.—¿Ya te vas?

—Claro, chiquita.—Me guiñó el ojo y no pude evitar reírme.—Si mi mamá pregunta, dices que estoy en el baño, o que estoy dormida ¿Ok?

Asentí con la cabeza.

—No tardaré mucho. Estaré al menos dos horas fuera.—Sonrió de lado.—No quiero estar sola después de esto, gracias por quedarte.

Asentí con la cabeza de nuevo. Ya habíamos hecho esto antes, siempre que ella estaba castigada o algo así.

Salía por el pequeño balcón de su habitación y ya. Se encontraba afuera, no sé como logra salir con vida, siempre pensé que podría romperse algo al bajar así de su balcón, pero al parecer es más experta en esto de lo que parece.

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⏰ Última actualización: May 20, 2020 ⏰

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