[Narra Sam]
Llegué a casa hecha un desastre, apenas aparecí en el portico todos voltearon a mirar mi estado -¿Estás bien Sam?- preguntó Angel con preocupación, yo la ignoré. Seguro ella sabía la verdad acerca de Morgan y Percie -¿Estás bien amor?- preguntó Mike acercandose a mi -Tú lo sabías ¿por qué?-dije entre lagrimas y en su rostro podía ver la confusión -No te entiendo ¿que pasa?- preguntó angustiado -¡Morgan, eso pasa!- exclamé -Oh no- susurró Angel tras el y la miré -¿Tú lo sabías?- le pregunté con total decepción ¿como pudo hacerme eso?. Ella solo calló y Sthef solo los miraba. -Sam, yo..- -¡Sam, nada!-interrumpí a Mike -¡largo de mi casa! ¡fuera!-exclamé furiosa, ellos solo callaron y salieron.
Me sentía agotada, exhausta, derrotada y traicionada.
-Michael y yo habíamos pasado unas semanas, incluso meses increibles y todo este tiempo estuvo burlandose de mi- me repetía una y otra vez. No había cosa en que pensar salvo en tal humillación - Morgan se burló de mi, todos se burlaron de mi- eso era lo único en lo que podía pensar, mientras lagrimas llenas de cólera brotaban de mis ojos.
*
Esa noche, todos dejaron la casa de Sam atónitos, enojados y decepcionados. Michael, por su parte, tenía el corazón deshecho - ¿cómo fue capaz de volver? - preguntó a Angel quien sólo le respondió con una triste mirada.
-Dios, Sam debe estar odiandome, Angel- replicó el ojiazul con desespero - Iré a buscarla-, - No, déjala - respondió una voz masculina y al voltear, Michael se abalanzó sobre Percie y comenzó a propinarle golpe tras golpe. Los chicos desesperados intentaron separarlos, pero era casi en vano, Michael estaba furioso y cada puñetazo en el rostro de Percie era la prueba - ¿Cómo pudiste permitir que todo esto pasara, Percie? - repetía mientras seguía golpeandolo, hasta que Gael junto a Luke lo tomaron de los brazos y los separaron.
Mike no tenía ni un rasguño, pues Percie no tuvo el mínimo empeño en defenderse. Se sentía culpable, pues no tuvo fuerza suficiente para impedir el desastre que sabía que su diabólica hermana iba a desatar. Así, que le parecía mejor idea concentrarse en el dolor de su rostro, que en el de su alma al recordar el rostro lleno de lagrimas de Samantha.
-No fue mi culpa, Smith, todo este tiempo he estado tratando de retener a Morgan, pero es imposible ¡tu la conoces! ¡Sabes cómo ha sido de intensa todo este tiempo para forzarte a ir a por ella! - exclamó, con la mandibula escurriendo sangre. Nadie decía nada, no podían, no sabían que decir...sólo observaban.
-Vamonos a otro lugar, no es seguro que te vean- respondió Angel, pero el rubio negó con la cabeza - No, ya no importa ¿para qué? Morgan arruinó todo, estamos perdidos - continuó.
Michael se limitaba a observarlo lleno de ira, pero en el fondo sabía que tenía razón. El había pasado 4 meses recibiendo mensajes de texto y llamadas de Morgan exigiendole que fuera a buscarle, pero el se negaba rotundamente a volver a enredarse con dicha vivora manipuladora que no piensa en nadie más que si misma.
- ¿Donde está? - preguntó Stef - No lo sé, realmente no lo sé - respondió Percie. Luego del encuentro con Sam, antes de darse cuenta, Morgan había desaparecido de su lado, y este se dispuso a emprender una busqueda, estaba en eso cuando vio a los chicos reunidos en medio del parque.
-Vamos a casa de Sam, alguien debe cuidar que Morgan no le haga daño- agregó Lucas, quien tenía rato escuchando detenidamente la conversación.
Mientras, en los matorrales se escondía la pequeña mente perversa, ideando su siguiente movida.
