Al regresar del centro comercial, me quedé en mi habitación, observando, detallando y analizando todo; fue entonces cuando lo sentí, aquella punzada en el pecho que había tardado en aparecer, aquella punzada que me recordaba que prácticamente había sido engañada por mucho, mucho tiempo, ¿podría pasarme algo peor?. Tras recordar todo me sentí realmente fatal, todas esas lágrimas derramadas durante aquellos ocho meses y medio ¿de que sirvieron?, todas esas promesas ahora estaban rotas y vacías ¿porque me había engañado? si me detestaba, pudo haberme dejado a un lado ¿no?.
Las lágrimas salían de mis ojos sin dificultad alguna mientras que mi mente comenzaba a revivir todos aquellos momentos especiales con los que yo creía que era mi mejor amiga. Todos esos momentos llenaron mi mente y comenzaban a clavarse en mi corazón como filosas dagas, que causaban un dolor casi irremediable, así que tome una decisión. Saqué una caja que estaba bajo mi cama, la abrí y comencé a llenarla de todas las cosas que Morgan me había regalado.
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Sam salió de casa con una caja en brazos y subió a su auto, la seguí. Anduvo unos diez kilómetros y se detuvo justo en el acantilado de Kort ¿que hacía ahí? me preguntaba a mi misma, no tenía ni idea de lo que necesitaba hacer en ese lugar.
Luego de que ella estacionara su auto, yo estacioné el mio a unos veinte metros del suyo detrás de unos matorrales, como era rojo se me hacía facil camuflarlo con la penumbra nocturna. Salí de mi Audi Q7 negro y caminé hasta estar a unos tres metros de ella par poder espiar mejor -Adiós Morgan- gritó -Adiós para siempre- agrego nuevamente para luego, aventar la caja desde el borde del acantilado. Por un momento mi corazón se detuvo, sentí como se partía en miles de partes pero como dije, fue por un segundo. Luego reaccioné y tomé mi postura ¿porque habría de importarme? si yo muy bien sabía que Samantha Pierce jamas había sido mi amiga de verdad, que solo la tuve para mantenerla lejos de mi hombre. Retrocedí y con la torpeza que me describe, caí sobre una rama que se partió en dos e hizo un sonido brusco ¡Carajo! en ese momento oí la voz de Sam -¿Quien esta ahí?- dijo y al escuchar sus paso cerca corrí lo mas que pude hasta llegar a mi Audi, abrí la puerta y entré; no predía ¡coño! ¿porque no enciendes? le dí un golpe al volante y el clapson sonó ¡joder! ¡enciende de una puta vez! mientras esperaba a que encendiera alce la mirada y ví a Sam caminando muy cerca al lugar donde yo estaba, me encorve y espere...nada, no volví a escuchar las ramas quebrarse bajo sus pies mientras caminaba ¿se abría ido?, alcé la mirada y la ví justo en frente de los arbustos, estaba obserbando detenidamente todo el lugar -Vete, vete, vete, vete- susurraba mientras apretaba los ojos para que no se diera cuenta que yo estaba allí, y por suerte funciono, caminó de regreso a su auto y emprendió marcha, luego de cinco minutos, mi auto encendió y conduje hasta la ciudad.
Aparqué en el Starbucks de la Garden Way y baje, estaba despejado pero decidí sentarme lo mas alejada a la puerta, solo por si alguien llegaba y si, fue así. Al tomar asiento, pasados unos minutos llegaron Lucas, Lukes, Sthef junto a otra chica -Mierda- pensé, me quedé inmovil mirando hacía ellos cuando Lucas pozó su mirada en mí...estuve relajada hasta que alzó una ceja y sonrió ampliamente - Hola, Morgan- dijo sin emitir palabra y una sonrisa perversa se apodero de su rostro -me ha descubierto-.
