•Capítulo 4 "Rojo Escarlata"

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En la noche, por el extenso mar, docenas de navíos tripulados por soldados regresaban a su hogar, la guerra de los 6 días había concluido.

La victoria fue de parte del ejercito del rey "Chauffer", no solo por la superioridad de tropas, sino por las habilidades naturales como espirituales de los soldados.

En cada navío la victoria se vivía diferente, algunos festejaban, otros agradecían a los dioses por regresar con vida, sin embargo, en un navío en específico, no había celebraciones o agradecimientos, solo frustración, porque sabían que en este mundo siempre existirían los conflictos.

Aquel navío era dirigido por un capitán grueso y su tripulación, los cuales transportaban a 6 soldados de una división especial conocida como "Legión"

(Nota: "Legión" es un grupo especial que pose cada Rey, aquellos que pertenecen a este grupo tienen una fuerza cercana a cualquiera de los 5 reyes/ espadachines.)

De aquellos 6 soldados, solo 3 hablaban entre ellos, otros 2 dormían y uno leía un libro titulado "La serpiente y el dragón".

Del grupo, la más joven de los presentes tomó una manzana y la arrojó al hombre que leía en silencio. —¿Qué haces? — Interrogó el joven de cabello castaño y corto, que estaba a su lado.

—¿Lo ves? Ha estado así, desde que lo encontramos rodeado de cadáveres en aquel fuerte. — dijo la mujer tomando la manzana que había lanzado para después darle una mordida. —¿No crees que deberíamos hablar con él, Orenji? —

El hombre de cabello castaño la miro serio. —Si tu entiendes que "Hablar con él" significa seguir arrojándole comida, yo creo que lo mejor es no decirle nada. — replico quitándole la manzana de la mano a la mujer.

—Eres un aburrido. — dijo la mujer. —¿Tú qué opinas? — preguntó nuevamente, pero ahora hacia otro soldado de cabello un poco más largo y de color grisáceo. —¿No deberías ser tú el más indicado para saber qué le pasa? — la mujer golpeaba con su codo el brazo del hombre.

—Sé que le pasa, es por eso mismo que no hablo con él. — respondió el hombre mirando de reojo al que leía el libro.

La mujer y el castaño se miraron entre si sorprendidos, los otros no habían hablado entre ellos desde que acabo la guerra, pero aun así se entendían.

El trio de soldados siguieron hablando por un rato, hasta que un sonido extraño poco a poco fue interrumpiendo su plática, el sonido eran el de unas cadenas pétreas, como si éstas estuviesen arrastraran algo pesado.

El sol empezó a salir en el ocaso, iluminando los navíos, mientras que los soldados se cuestionaban sobre el origen de aquel ruido que los inquieto, la mujer del grupo señaló hacia el amanecer sorprendida, llamando la atención de todos los que estaban en el navío.

Una bruma apareció de la nada, el mar se había calmado y de entre la neblina apareció un barco que se mantenía inmóvil ante las decenas de barcos llenos de combatientes.

De aquel navío misterioso, una figura distorsionada a la distancia, la cual se asemejaba a la de un hombre, se puso sobre la cubierta y se dedicó a observar a los navío; su mano derecha reposaba parecía un arpón, el cual estaba enfundado como una espada.

"¿Qué sucede?" se preguntaron varios marineros al ver que los barcos no se movían, otros se preguntaban sobre quien o que era esa figura.

En el barco donde viajaban los integrantes de "Legión" la mujer respondió a unas cuantas dudas que algunos de sus compañeros se hicieron.

—Es tal como lo dijeron los pescadores antes que partiéramos. En el momento que el viento se calme, un silencio absoluto se hará presente, en ese momento el sol se levantará por el horizonte, trayendo una bruma, la arrastra consigo una nave de velas sin vida, y madera muerta. En su cubierta, se avista un hombre. Se rumorea que es el capitán de ese espectro naval; aquel, te observa mientras sientes que la muerte te está extendiendo la mano; pero...descuiden, "todo en la vida vale algo, paga con oro tu vida o condena tu destino— todos a excepción del hombre de cabello blanco y el que leía el libro se sorprendieron.

Tu voluntadWhere stories live. Discover now