Un día antes del infierno

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¿Las vacaciones acabarán tan rápido? Apenas voy saliendo de clases y ya voy a volver, ¿Por qué las vacaciones son tan cortas y las clases tan largas? Peor aún si tus hermanos son los más populares de toda la escuela donde, por desgracia, yo asisto.

¡Y es que todos los años en todos los lugares dicen lo mismo, pero es verdad! Lo bueno es que sólo falta un año para salir de este infierno y entrar en el otro infierno.

Me levanté de mi cama rápidamente para disfrutar las últimas horas que me quedan de libertad, me vestí; una camisa de manga corta blanca que decía ''Beach and the city'', un short de jean y unos zapatos deportivos, debía darme prisa si no quería que Christ me dejara.


*Christen Green, más conocida como Christ, es mi mejor amiga desde la primaria; tiene una piel tostada y el pelo castaño. Sus ojos son verdes con unas largas pestañas que envuelven en una mirada penetrante. Ella es algo así como la chica que no soy yo; un poco extravagante pero sin pasarse de la raya.*



Baje las escaleras a paso de leopardo, hasta el punto que me golpee dos veces con la baranda de las escaleras
Sin vacilar corrí hacia la puerta de salida, pero una cosa me impidió salir: mi hermano, Lucas


*Lucas es mi hermano menor, tiene un año menos que yo. Es castaño de ojos marrones el cual oculta su necesidad de lentes con unos lentes de contactos. Aunque él es ''Nerd'', y se le nota, su cara linda y cuerpo trabajado no le permiten esa reputación*




—Jessica -dijo acercándose a ella— ¿A dónde vas?
Bufé y miré a mi hermano
—Saldré a la playa —explique- con Christ
— ¿A hacer qué?
—A tejer con la abuela de Christen —dije en un tono sarcástico— ¿quieres venir?
Suspiró con recelo.
—Púdrete, niña -exclamó y subió las escaleras.
—Wow —exploté en risa y me di media vuelta hasta la puerta.


Afortunadamente Christen ya estaba afuera esperándome en una camioneta, pitó una vez y volteé los ojos para luego montarme del lado derecho de adelante.


—Gracias por hacerme esperar.
—Cállate, de seguro llevas menos de un minuto aquí.
—En un minuto matan a una persona, ¿no es suficiente?
— ¿Iremos no?
—Tus deseos son ordenes, cariño —sin más vacilación piso el pedal y el auto arrancó mientras yo me reía.
— ¿Y ésta camioneta? —Pregunté—, Es tuya?

Ella se rió.

— ¿Christ?, ¿De quién es esta camioneta? —dije tomando aire.

—Todos dicen que es de mi hermano, pero ya que esta en Suecia, supongo que no es de él —sonrió.

— ¡Christ!

—Oh, vamos, ¿Qué importa? Al caño con él, no lo sabrá.

—Pero si estrellas su camioneta, tal vez si lo sepa —le repliqué.

—No lo estrellaré, vamos a la playa, no a una carrera en el monte —se rió.

—Está bien, pero si se queja de algo, yo nunca estuve contigo

—No, tu siempre estuviste conmigo —señala el espejo delantero, en el cual, el hermano de Christ, había instalado una cámara, sin audio, pero veía todo.

—... ¡Demonios!

—Tranquila, después de esto entraré en su cuarto y tomaré su laptop

Suspire aliviada, realmente, no sé de qué, ella manejando daría miedo a cualquiera. —Realmente molestas, ¿no? —rió.

Ella al ver mi tensión puso la radio para tranquilizarme, aun así, no cambió mucho la situación.

Después de un poco más de media hora llegamos a las costas de la ciudad, donde se veía la marea fuerte, nos dirigimos hasta unas sillas.

— ¿Cómo ves las olas? —preguntó Christ con mucho ánimo.

—Fuertes y refrescantes —respondí sin dejar de apreciar todas las olas que azotaban la costa con brusquedad.

— ¡Perfecto diría yo! Hay que aprovechar el día y... —Antes de que ella pudiera terminar la frase la interrumpieron.

— ¡Chicas! —Un alto, castaño de piel bronceada y músculos definidos, conocido como Nicolás Xenedis se acercó a nosotras.


*Su abuelo es griego, por ello se apellida Xenedis. Es nuestro mejor amigo y compañero de clase, es muy tierno y amable, siempre me apoya en todo y aunque su aspecto diga lo contrario, no es nada mujeriego*


— ¿Ven esas olas? ¡Fantásticas! —Mostró su ánimo apretando los puños —El agua está un poco fría, pero no va de más.

—Xenedis —exclamó Christ, su voz era enérgica y ligeramente intensa, lo que es un poco atrayente en ella.— ¿Cómo estás?

Se rio —Bien, ¿vienen a nadar un rato? — Christ asintió y luego Nicolás corrió hacia las olas, yo me senté en una de las sillas y me di un poco de tiempo antes de sumergirme en el agua, Christ no esperó y se quitó su ropa lista para atacar las olas, mientras veía sus ágiles piernas moverse rápidamente hacia la orilla simplemente me reí y la seguí.

Pasaron dos o tres horas cuando por fin decidimos irnos, así que recogimos nuestras cosas rápidamente.

— ¡Oigan! —Nicolás se acercaba a toda prisa hacia nosotras— ¿Vendrán a la fiesta en la casa de Jason?


*Jason Harris es una castaño de ojos esmeralda, realmente es atractivo, está en el equipo de fútbol así que es el mejor amigo de mi hermano. Aunque en verdad es un ególatra vanidoso y puede llegar a ser un gran patán, tiene una esencia que lo vuelve bastante simpático*


— ¿La casa de Jason? —Pregunté —No lo sé, nunca he ido allí

— ¡Yo iré! —Dijo Christ emocionada y tomó su bolso— No me lo pierdo por nada.

Suspiré— ¿La casa de Jason? —dije repitiendo la pregunta con mucha duda en mi voz.

—Anímate, si no quieres ir, está bien, pero estará genial —dijo Nicolás alentándome.

—No... Es mejor si voy...

Una enorme sonrisa se formó en los rostros de Christ y Nicolás al ver que acepté ir.

—Bien, nos vemos en la noche, ¡pónganse algo lindo chicas! —se fue alejando cada vez más hasta regresar con sus amigos.

Christ me miró sin mover su cara.

— ¿Estás lista? —dijo emocionada

—Vete al diablo —tomé mi bolso y me fui con las riñas de Christ siguiéndome.

Una chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora