El día llegó

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Mátenme.

Desperté con mucho sueño, la estúpida alarma sonaba en la otra calle, aun así, Christ no se había despertado, esa desgraciada tiene el sueño demasiado pesado.

La empecé a sacudir cada vez más fuerte hasta el punto que la tiré de la cama

— ¡Hey!, ¿¡Qué rayos te pasa!? —Levantándose de la cama.

—No te despiertas, eso me pasa —me paré de la cama y me dirigí directo al baño, acción a la cual ella me siguió.

— ¡No tienes que ser tan agresiva! —tras eso, le cerré la puerta en la cara —... ¡Mi nariz!

—Aja —le respondí aguantando la risa y procedí a cepillarme los dientes.

Unos minutos después, bajamos a desayunar y allí estaba mi hermano mayor

—Buenos días Christ —dijo mi hermano mayor desde la cocina.


*Blake Williams, el ''inteligente'' de la familia, pero no por eso el más amable. Un castaño con ojos claros y estudiante en la Universidad de, nada más y nada menos que, Columbia*


— ¿Qué tienen de buenos? —se sentó en el bar de la cocina.

—Yo te digo buenos días —sonreí alegremente.

—No, lo siento, para ti no tengo —me devolvió la sonrisa, pero hipócritamente.

— ¿No deberías estar en la Universidad?

— ¿No deberías comprar más tinte?

— ¡Mi cabello es natural! —repliqué

— Así como tu planchado.

— Oh, lo siento señor ''inteligente'' por tener un cabello rizado.

—Amo las charlas matutinas de hermano mayor y hermana menor pero —dijo Christ —Por primera vez, quiero ir a la escuela —se dispuso a levantarse de la silla y tomar su mochila

—Adiós niña —exclamó continuando con un abrazo

—Suéltame idiota —me libré de sus brazos y tomé mi bolso— ¡Adiós!

En ese justo momento escuché unas fuertes pisadas bajando desde las escaleras y una voz aguda replicando por el ruido.

—Ay no —dije yo pensando en mi hermana— ¡Corre! —y finalmente salimos de la casa.


Luego de pasar por el Cupcake café, si, se me olvido comer, fuimos directo a la escuela, luego de las vacaciones decembrinas, habitualmente, llegaban personas nuevas, estudiantes de intercambio, en fin, siempre había alguien que conocer, en este caso, podía difuminar con la mirada a todos esos novatos.

Justo al lado de la entrada en la escuela, estaban los ''populares'' entre esos estaba Jason, en ese momento me parecía un poco raro hablar con él o saludarlo, y viceversa, pero ya que Christ lo saludó de lejos, yo me limité a sonreírle y mover la mano, acción la cual el ignoró completamente mirándome y desviando la mirada unos segundos después.

Entramos al interior de la escuela, el cual estaba vació, con unas remotas personas que entraban y salían, podía distinguir a unos cuantos nuevos de viejos. Abrí mi casillero y saqué metí mis libros, excepto el de matemáticas, si, matemáticas a primera ahora, ¡Wuju!


— ¿Paso algo con Jason ayer? —metió sus libros y cerro su casillero en un santiamén.

Una chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora