1 de Febrero del año 2020
Observé con atención a todos los que estaban en la casa mientras sonreía atentamente.
-¿Cómo se vería una cuchilla atravesando su piel?-Pensé mientras jugaba con un cuchillo y mantenía mi mirada fijamente en Juliette.-Esa piel tan blanca...manchada con aquél hermoso rojo de la sangre.-Pensé mientras sonreía.
-¿Se puede saber en que estás pensando?-Me preguntó Leila con seriedad mientras yo dejaba de pensar y concentré mi mirada en aquella mujer castaña.-Espero que no hayas estado pensando en como matar a Juliette.
-Cla...Claro que no.-Dije mientras evitaba su mirada.-No puedo matarla, recuerda.
-Eso esta claro.-Dijo con seriedad.-Si haces algo así estarás pérdida.
-¿A qué te refieres?-Le pregunté confundida.
-Me refiero al hecho de que nos perderías.-Me dijo ella con seriedad.-Recuerda pensar muy bien las cosas antes de actuar, no vayas a arrepentirte después.-Dijo quitándome el cuchillo.-Esto me lo quedo yo Sam.
-Maldición.-Pensé molesta mientras me acercaba a Ian, quien solo observaba a Juliette jugar con Michael.-Hola.-Le dije animada mientras me lanzaba sobre él, provocando que el muchacho se asustara.
-¡Waaa!-Gritó asustado, por lo que yo simplemente me largué a reír.
-Creo que te he asustado.-Dije con una sonrisa, a lo que él me miró más relajado.
-Me diste un susto de muerte.-Dijo con su respiración acelerada.
-No te hubieses quejado si te hubiese matado.-Dije con simpleza, a lo que él suspiró y asintió.
-En eso llevas razón.-Dijo con simpleza.-Por cierto, veo que te has levantado con ánimos.
-Querido, la gran Sam siempre tiene ánimos.-Le respondi con simpleza, a lo que él solo sonrió.
-Es verdad. La gran Sam siempre tiene ánimo.-Dijo alegre, para después observar como Michael jugaba con Juliette.-¿Sigues molesta?-Me preguntó, a lo que lo observé fijamente, intentando fingir que no sabía a que se refería.
-¿A qué te refieres?-Le pregunté con una leve sonrisa, a lo que él me observó fijamente.
-Sam...no intentes fingir...se que sabes perfectamente a que me refiero.-Me dijo con una leve sonrisa.
-Bien...si, lo estoy.-Dije con molestia.-Es que me molesta el hecho de que todos se lleven bien con ella...algo me dice que no puedo confiar en ella.-Suspire.-Pero bueno...quizá solo sean cosas mías.
-Puede ser.-Me dijo Ian con una sonrisa.-¿Qué harás hoy?-Me preguntó, por lo que sonreí mientras pensaba.
-¿Te parece si vamos a mi cuarto?-Dije levantando su mirada y fijando mi vista en sus verdes ojos.-Quizá...podamos divertirnos.
-Claro.-Me dijo Ian con tranquilidad, por lo que inmediatamente me lo llevé a mi cuarto.
-Entonces Ian.-Dije empujandolo contra la cama para después dejarlo debajo de mi.-Hoy vamos a jugar.-Dije lamiendo mi labio lentamente mientras comenzaba a pasar mi mano por debajo de su poleron.-¡Cosquillas!-Dije con emoción comenzando a hacerle cosquillas y provocando que él comenzara a reír con locura.
-¡Jajajajajaja! ¡Basta! ¡No Sam!-Decía Ian desesperado mientras intentaba escapar de mis manos.-¡Ya no puedo!-Gritó mientras comenzaban a caer algunas lágrimas debido al hecho de la risa excesiva.
-¡No te dejaré escapar!-Dije con malicia mientras seguía moviendo mis manos sin parar, provocando que Ian comenzara a desesperarse, y sin darme cuenta me percaté de mi error.
-Es...Espera Sam.-Me alejé de él de inmediato al notar que no podía respirar bien, por lo que inmediatamente urge en el cajón de mi mueble, buscando aquél inhalador que tenía él para después ponerlo en su boca y proceder a realizar el procedimiento de aquello.
-Mierda Ian...perdón.-Le dije con preocupación, a lo que él me observó y con una sonrisa me dijo.
-Tranquila, no te preocupes.-Me dijo mas tranquilo.
-¿Estás mejor?-Le pregunté, a lo que él asintió.
-Si, estoy mejor.-Dijo sentándose en la cama.-Solo fue algo que pasó de la nada, además, ya es normal.-Dijo tranquilo.
-Ian...se que para ti es normal y todo, pero no puedes tomartelo como algo poco importante, tu salud es la que esta en riesgo.-Dije molesta.-Vamos a empezar a tener mas cuidado a partir de ahora.-Le dije, a lo que él asintió con una sonrisa.
-Entiendo, y no diré nada en contra de eso.-Me dijo con una sonrisa.
-Por cierto.-Dije esta vez mirándolo fijamente.-Te ordeno comenzar a preocuparte por tu salud a partir de hoy, Ian Cameron.-Le ordene, a lo que con determinación asintió.
-Obedecere tu orden tal y como siempre lo hago.-Me dijo con determinación, a lo que asentí satisfecha.
-Así me gusta.-Le dije mientras me acostaba en la cama, justo a su lado.-Oye Ian.-Le dije con una leve sonrisa, a lo que él me observó con curiosidad.
-¿Qué sucede?-Me preguntó.
-¿Puedes dormir conmigo esta noche?-Le pregunté, a lo que él me observó sorprendido.
-¿Estás segura?-Me preguntó aún sorprendido, por lo que con una leve sonrisa asentí.
-Si Ian, estoy muy segura.-Le confirme mientras lo abrazaba con fuerza.-Me gusta dormir contigo.-Le dije, a lo que él correspondió a mi abrazo.
-Dormiré contigo Sam, pero solo si me soportas con mis pesadillas incluidas.-Me dijo con tristeza, a lo que asentí.
-Ian, yo estoy de acuerdo, además...Así puedo ayudarte a calmarte cuando tengas una pesadilla.-Le dije con una sonrisa.
-Gracias Sam.-Me dijo con calma.
-Gracias a ti Ian.-Dije acurrucandome en su pecho, comenzando a relajarme, y antes de lograr conciliar el sueño, susurre las siguientes palabras.-Te quiero Ian.
Y así le di paso a una buena noche de sueño de belleza.
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Desquicio y Egocéntria
RandomDigamos que la locura era algo normal en mi, mi mente era retorcida y no era algo que cualquier persona amaba. Soy la loca de la casa, pues así me dicen, pero lo mejor de mi es la perfección, pues nadie se compara a mi. Soy un ser perfecto y nadie...