Capítulo 01.

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Oh chico, tengo un gran sueño.
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Se le hacía complicado no admirar el ocaso del sol que aparecía frente a sus orbes. Sentado en el edificio más alto de todo Corea, reía sosteniendo la botella en sus manos moviéndola de un lado al otro, derramando líquido en el proceso, pero, ¿y qué? Todo parecía haber perdido su más mínimo sentido, sólo se sentía como uno en el mundo, no siendo digno de la compañía de otro ser puro para contrastar su oscura alma. La soledad era tan magnífica, sólo oír el viento fluir, el exquisito placer que pasaba por sus venas al sentir su cabello despeinarse con fiereza. Decidió que lo mejor sería hora de irse antes de ser consumido por sus sombras y cometer una locura, tirándose dejándole su alma al diablo.

¿A dónde vas? Ésto no terminó.

Para mí terminó.

¿Realmente piensas hundirte en tu locura e ir perdiendo el poco pedazo de cordura que te queda?

Mil veces sí.

Suga, vuelve aquí.

YoonGi.

¿YoonGi, Agus, Suga, quién mierda eres?

Precisamente ahora, deseo no ser alguien.

Corrió chocando con un poste al darse cuenta de su estado; ebrio. Todo dió un giro, las opacas luces se convertían en intensos colores fosforescentes, los postes parecían ser un par de hombres de más de dos metros, rió con ironía mirando a su alrededor. Todos desaparecieron, todos. ¿Y entonces él quién era, por qué no desapareció? El rey.

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─ ¿Y a éste tío qué le pasó?

─ Lo encontraron convulsionando en medio de la carretera. Al parecer se fumó algo demasiado fuerte, pero está bien, eso dicen.

Ambos adultos continuaron criticando a YoonGi, quién yacía recostado en medio de todos, siendo atendido por los médicos. Volvió a reír apretando sus puños al no haberse muerto de una vez, y quizá, quizá fue una señal.

Los adultos tan sumergidos en su conversación, no se dieron cuenta de el adolescente hijo de alguno de ellos, saliendo del coche y acercándose a él, aprovechando lo despistado que eran los salvadores. Pero antes de formular alguna palabra con sus gruesos labios, esa voz ronca lo interrumpió mirándolo directamente, al punto de querer volver a casa.

Oh chico, tengo un gran sueño...
Y volvió a caer rendido del cansancio pero con la sonrisa plasmada en su rostro.

─ ¡JiMin, no te acerques! Vuelve al carro, llegarás tarde a la competencia.

Asintió con miles de dudas en su cabeza, no existía tiempo para eso. Pero... Si tan sólo era un extraño que acabó de conocer ¿por qué sus palabras lo impactaron al punto de hacerlo sudar? Se cuestionó tomando asiento en el coche, siendo comenzado a arrancar dejando a aquel extraño atrás.

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Shadow / Único libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora