Corro pero las sombras aún me persiguen, aún así mire hacia abajo. ─────────────────
─ ¿Sabías que espero un hijo? Lo mejor será que dejes de seguir buscándome, no debo causarle ningún malestar a Hye. ¿Entiendes quién sea qué seas? Ya ni sé de cuál de todos tus desastres eres, pero nuestros encuentros deben acabar. Forme mi familia, busca una tú.
─ Prometiste estar aquí. Prometiste ayudarnos. ¿Ésta es tu puta manera de aportarnos algo? Responde HoSeok; ¿estás para ayudarme o destruirme aún más?
─ ¿Qué es lo que quieres de mí?
Todo.
─ Nada.
El odio lo consumía poco a poco, la ira y quizá impotencia llenaba su sistema. Golpeó con fuerza uno de los postes al salir de la gran suit de su amante, claro sí aún lo podía llamar así. Sus frías palabras tuvieron un impacto en él.
Busca una familia tú.
Quizá sus palabras no fueron exactas, o él tomó un significando aleatorio a su realidad. Él lo sintió como un lárgate de mi vida y busca tú una propia. Joder. ¿Acaso no valía nada para nadie? Sólo era un adulto con problemas, era algo común en la sociedad, o eso le hacía creer él. Pero entonces sí todo lo que le sucedía era común, por qué el se sentía hasta el triple de su sufrimiento, como sí todos los demonios quisieran jugar un momento con él, derribando su estabilidad emocional. Un juego donde la única escapatoria era morir, entregarse al inframundo.
A nadie le gustaba perder.
Mucho menos a los 3.
Corrió en medio de la pista, importándole poco las personas que pasaban, empujándolas mientras reía y se despeinada, sintiendo la locura surgir de lo más profundo de él. Aquí vamos de nuevo.
Estoy listo para ti, Suga. Consúmeme por completo, dejo mi alma a tu vaga disposición, pero por favor. Aléjame de éste mundo.
No, no era él quién hablaba. No eres tú, YoonGi.
Tus palabras son órdenes.
Creyó poder haber escapado... Quizá Suga tenía razón, seguía siendo el niñato iluso.
Su mirada descendió al suelo, mordió sus uñas tan frágiles con el pasar de los años. Calmó su respiración y gritó frente a todo el mundo, ganándose más de una mala mirada.
─ ¡Corro pero las sombras aún me persiguen, aún así mire hacia abajo!
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