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¿El orgasmo prostático?

— Los videos juegos son... —habla entre dientes.

Jeon JungKook, alguien antisocial, distraído, curioso, extraño... Tenía la pinta de ser friki.

Le encantaban los videojuegos, la tecnología y las papas fritas.

Una noche de Viernes Jungkook estaba investigando cómo ser mejor en los videojuegos, ya que siempre había alguien como primer lugar, siempre ganadole. Una página y otra, leía entre esos dientes bonitos y resplandecientes.

Estaba en su cuarto, sentado en una silla de Gamer al frente de su mesa café oscuro, viendo su computadora apoyado en sus brazos con su barbilla, su cabellito color pardo, con toques claros en el.

Leía y leía, hasta que...

— ¿Los secretos qué? —preguntó confundido.

Entró a la página curioso, el título era...

" Los secretos del orgasmo prostático "

Comenzaba a leer, era una nota sobre el orgasmo prostático, hablaba de cómo hacer para llegar a ese placer.

La anatomía masculina no se discute de forma explícita y pervive como un tabú en una sociedad en la que ya quedan muy pocos. Como resultado, un asunto tan relevante como es el masaje prostático ha quedado en el olvido.

— ¿En el olvido? Espera un momento... ¡¿Los hombres tenemos próstata?! —preguntó confundido.

Y pues sí, el chico no era muy bueno que digamos en la universidad, y en la clase de anatomía era aún peor.

Siguió leyendo confundido, cada vez le sorprendía más, casi terminaba el tema y podría seguír con su vía igual. Pero la curiosidad mata a Jungkook.

Hasta ahora, señala el profesor, la mayoría de la información que se conoce de esta placentera práctica viene de fuentes meramente anecdóticas, puesto que por lo general los estudios científicos la han ignorado. Por esta razón, la gente suele llegar a ella a través de la pornografía y vídeos de internet y no por las opiniones y consejos de los expertos. Cuando habla de práctica, Levin se refiere a la estimulación física, a través del masaje, como parte de la interacción sexual, algo que se realiza a través del ano y mediante los dedos o un juguete erótico (la opción preferida por los expertos).

— La mejor sensación eh... —dijo intentando crear misterio—. ¿Y si lo pruebo? No... Mejor iré a dormir.

Bueno, se podría decir que dormir no era exactamente lo que estaba haciendo. Se repetía una y otra vez una pregunta.

¿Lo pruebo? Vamos, soy todo un hombre, además, ahí decía que se puede con los dedos... Iugh, ¿mis dedos ahí? no gracias. Pero tal vez si sea una muy buena sensación. Además, soy un chico joven y hermoso, bisexual por supuesto, puedo desarrollar mis habilidades en el delicioso, Agh, ¿qué dices Jeon? Nadie habla contigo.

Y así estuvo toda la noche, pensando en si hacerlo o no.

*****

— No lo sé. Si gustas en la tarde te ayudo —da una hermosa sonrisa cuadrada.

Ya era el día siguiente, y Jeon aún no se decidía. Estaba caminando por un pasillo mirando su celular, con su cabello desarreglado y ropa olgada y con todos cafés. Al llegar a su casillero estaba sacando sus libros, leyendo y haciendo un leve puchero por las clases que tenía que tomar.

Un joven con cabellos cafés claros, ropa ajustada y una sonrisa linda sonrisa cuadrada en su rostro, caminaba por el pasillo, teniendo a su vista un solo objetivo. Jeon JungKook. Era Kim Taehyung.

— ¡Hey Kook! —se recarga en el casillero alado de Jeon.

—  Ah, hola —el otro chico seguía en su celular, sin despegar la vista de ahí.

— Ah... ¿cómo estás?

— Bien...

Kim había borrado esa linda sonrisa, estaba desanimado, pues Jungkook nunca lo miraba, siempre se vestía para él, y se arreglaba para él. Pero a Jeon parecía no importarle.

— Bueno... Creo que me voy —da la vuelta.

Por favor, por favor Kookie, pídeme que espere, por favor.

— Sí, luego nos vemos.

Mierda.

JungKook leía sobre el punto el orgasmo que podía tener un hombre por parte de su próstata, se preguntaba si podía enfermarse o algo así, la idea más loca se le ocurría con leer cada vez más del tema.

Tomaba las clases, y por fin ponía atención en la clase de anatomía. Sus ojitos estaban centrados en el pizarrón. Y sus ebras pasaban por sus cejas.

Cierta persona estaba recargada en sus manos mirando a JungKook, suspiraba porque deseaba aquel cuerpo. Deseaba que almenos le dijera que se vía bien. Deseaba a JungKook.

— Taehyung, pon atención y deja de mirar a ese niño.

— Yoongi, ¿qué no vez lo hermoso que está?

— No lo creo—le contestó serio Yoongi con tonos menta en su cabello.

— Ya, está bien.

*****

— Sabes, creo que no me parece la idea.

— ¿Por?

— Es un poco... Pasada de moda —hace una mueca de desagrado.

— Cierto, perdón Jin.

En el gran teatro estaba Jin con una chica hablando de los vestuarios. Dando su opinión de casa uno.

— Hola Jin...

— ¡Oh JungKook! ¿Cómo estás niño? —respondía entusiasmado el más alto.

— Bien, gracias por preguntar. Oye, venía a preguntarte algo.

— Dime cariño.

— Los hombres... ¿Tenemos próstata? —la última palabra JungKook la dijo en voz más baja.

—  ¿Qué? —ríe con ese sonido de parabrisas—.  ¡Obvio! ¿Cómo es que no lo sabías? —reía de nuevo.

— Oh... Conque si existe... —sonrió y se fue corriendo como Naruto —. ¡Gracias Jin Hyung!

 El punto... ¿Qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora