El punto... ¿Qué?

4.

Una ¿cita?

Todo estaría bien ¿bien? Vamos, ¡para qué engañarnos!

Taehyung se la había pasado ya 4 horas intentado hacer un conjunto que lo hiciera ver guapo (más de lo que ya era si fuese posible).

— Unos tenis, junto con estos Jeans, y... Y está camisa blanca —se voltea con el conjunto—.  ¿Qué te parece?

— Ya te dije que como sea.

— ¡Yoongi! ¿Sabes cuánto tiempo estuve esperando esto?

— Ya, cálmate Tae, eres un chico muy guapo, ¿por qué te estresas así? —dijo el pelimenta sentado en una orilla de la cama.

— Puede que tengas razón, sí, pero mi abuela siempre me dijo: " La primera impresión no se desvanece hasta que te conozcan". Así que tomaré en cuenta eso —siguió caminado apurado.

Yoongi suspiró— Está bien Kim —se acuesta.

— Yoongi, ¡no te duermas!

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El cabellos pardo  pensaba una y otra vez  la situación, se sentía tan estúpido, la idea de poder entregar su cuerpo a alguien se desvanecía. Además de que al ver aquel castaño notó al instante una belleza inigualable, unos ojos rasgados y un poco grandes, una sonrisa preciosa, un pequeño lunar que había logrado ver gracias a su llamativo rostro.

¿Cómo era posible tal obra de arte? Lo que más le sorprendía es que supiera de su existencia, su pequeña e insignificante existencia.

JungKook era un chico estúpido.

Muy muy estúpido.

— Un pantalón negro, con esos tenis negros y la sudadera de allá —señala con su manito su mesa café.

— ¿Hablas en serio? Agh, no puedes ir todo de negro a una cita, ¿lo sabes no?

— Jin Hyun, no es una cita, lo invité a salir, y el negro me hace ver guapo —se alagó a sí mismo pasando su cabello por detrás de su oreja.

— Deja de alabarte, tienes el cabello larguísimo. Y tú figura es preciosa, vístete decente por favor —dijo Jin frente al más bajo.

JungKook sólo se limitó a gruñir por lo bajo.

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Ya no había marcha atrás, estaban ahí, en un restaurante sugerido por Kim Seok Jin, Jeon quería morir, que lo tragase la tierra. Iba con una camisa blanca bordada  y unos Jeans negros  que remarcaban sus trabajadas pierdas y sus lindos y generosos  glúteos.

Se sentía muy raro, tal vez demaciado arreglado.

Taehyung iba corriendo para llegar, se le había echo tarde pensando si ponerse una arete negro o azul, optó por uno verde. Su ropa se conformaba por una camisa  esmeralda con unos diseños negros y amarillos y un Jean negro que hacia ver sus piernas largas y delgadas. Al llegar se encontró con el más bajo, no podía creer que una persona preciosa pudiera serlo aún más, sin forzar la vista se podía apreciar la pequeña cintura de Kook, y esas hermosas nal...

— ¿Cómo estás? —dijo el más joven.

— Bien, bien. ¿Y tú?