5. ¡Final!

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¿Qué?

Estaban ya un poco lejos del restaurante caminando, y era el momento para que JungKook lo dijera. O eso creía él.

— Tae...

— Dime Kook.

— ¿Quieres... Acostarte con migo? —lo mira.

— ¿Acostarme? Bueno, tal vez podríamos dormir en la misma cama, digo, si quieres.

JungKook no pudo evitar reír enternecido.

— No, no me refiero a eso. Si no que... Hacer el acto sexual.

Tae abrió los ojos sorprendido — JungKook, yo...

— Si no quieres en serio no lo hagas.

— No, claro que quiero. —declaró sonrojado.

Se miraron y sonrieron.

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¿Así de fácil? Eran los únicos pensamientos que sostenía Taehyung , tanto tiempo soñando este momento, y derepente ya estaba en el.

— Amm, no sé cómo iniciar.

— Tampoco yo —declaró Tae.

JungKook sentó al castaño en la cama lentamente, y se subió sobre su regazo.

Lo miró inseguro, no sabía si mover sus caderas o mejor pararse e huir como marica de su propia casa, eliminó esos pensamientos y suspiró.

— Tranquilo —dijo Tae admirando sus iris.

Y movió sus caderas, lo hizo sutilmente, de atrás hacia adelante, agarrando la nuca de Tae y soltando suaves jadeos al igual que su contrario. Kim tomó la cadera de Jeon y movió al compás de su pelvis.

Sus erecciones se hacían presentes y disfrutaban de restregarlas el uno al otro, Kook daba leves gemidos y hacía su cabeza hacia atrás. El calor y lujuria había llegado para esta ahí un largo tiempo, acompañadolos en este encuentro con sus cuerpos.

Jeon levantó su cuerpo de la pelvis y cama y sacó su camisa blanca de sus ajustados pantalones, tomo los extremos con sus manos contrarias y retiró la prenda dejando a la vista un abdomen sin restricciones, una vez extraída de su cuerpo, hizo lo mismo con sus jeans.

Taehyung entendió después de los segundos de admirar a Kook, y se paró quitando su camisa esmeralda con diseños negros y amarillos, dejando a la vista su abdomen plano, después retiró sus jeans mostrando un gran bulto.

Seguían nerviosos e inseguros, pero ninguno dejaría pasar aquella oportunidad tan apetitosa.

Taehyung besó al cabellos pardo acorralandolo contra la pared, tomó nuevamente su cintura y disfrutó del sabor fresa por el bálsamo antes aplicado en los labios del otro. JungKook pasó sus dedos por la nunca del castaño y disfrutó de los chiclosos y ardientes sonidos que producía la fusión de sus labios.

Caminaron hasta la cama y se acostaron, Kim saboreó el cuello de Jeon, al igual que sus gomitas cafecitas y su abdomen trabajado y dulce. Al llegar a los boxers aprovechó el resorte y lo azotó levemente en las caderas de este, causando una mezcla se dolor y lujuria. Sin duda todo un pecado.

 El punto... ¿Qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora