Capítulo 17 [Sin Correguir]

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Resulta que, la comandancia ya no era divertida cuando no eres la culpable en el asunto; tuve que soportar ahí tres horas seguidas, incluido el cambio de turno entre la ayudante de Charlie y el mismo.

Recordaba todas las noches tardes y mañanas que había pasado aqui con cariño; la celda se llenaba de carcajadas con mis hermanas o incluso estando sola cuando me acordaba de las fechorías hechas.

Pero no esta vez.

Esta vez no había risas.

Deline con un dedo la marca en donde hace unos meses habían puesto nuestras iniciales juntas, después de haber puesto el reloj mal de la mayoría de casas en Forks, adelantándola dos horas.

La ayudante de Charlie, aburrida mas o igual que yo, intento por segunda vez entablar una conversación.

-Cuentame que sucedió- la suave voz de la alguacil llenaba el pequeño espacio, con un metro cincuenta y siete se distinguía por ser pequeña.

Esta vez conteste, porque, ¿que habría de malo en esta conversación?

-Estábamos en el bosque, algo nos asustó, corrimos y grite que a los estudiantes los sacaran de bosque; y después, heme aqui.

Una narración de la historia bastante escueta, pero la alguacil ya seguro tenía varias versiones de los hechos.

-Suena como tu modus operandi para hacer una broma.

-Pero no fui yo -casi chille. ¿Cuantas veces lo había repetido ya?

-Ahí esta la sorpresa -se rió de ella.

-¿Disculpa?

-No creo que hayas sido tu, no estas presumiendo, ni regodeándote como lo habrías hecho. -al fin, alguien que me creía con placa. Pude respirar tranquila un segundo, al menos un segundo fue lo que duro en arruinarlo la alguacil- Por otro lado, se ha corrido la voz que ya no haces mas de estas cosas porque tratas de impresionar al hermano de Leah.

Apreté los dientes al pensar en Seth, era justo lo que evitaba pero era lo que tenía, no importaba a donde mirara; Seth, un Seth que me seguia mirando dudoso de que hubiera hecho algo malo.

Más por molestar que por otra cosa, empeze a hacer un ruido constante golpeando la suela de mi zapato contra el piso; un ruido incesante, algo que me ayudaría no aburrirme.

Por experiencia, perdería toda la mañana y tarde, puesto que esto no era nada nuevo, la familia manejaba ya una rutina que no tenía que preguntar cuanto tiempo duraría o porque nadie de mi prole se había presentado aun.

Me estaban esperando afuera, calietitas en la camioneta, esperando que dieran las 7, cuando me dejaran salir.

Fue una sorpresa cuando la celda finalmente se abrió dos horas antes de la salida correspondiente; ¿acaso el ruido molesto que producía había sido suficiente para exasperar tanto a la alguacil, que me dejaría irme? La duda se reflejo en mis ojos.

-Esta vez no hay tantas pruebas- admitió, y parecía aliviada de dejarme marcharme.

Asintiendo y más agitada de lo que admitiría, tome mi chaqueta y celular y me dispuse a salir.

-Aun- Sin embargo, no me perdí casi el susurro del viento que trajo consigo la respuesta por lo bajo de la alguacil.

No lo rebati, ni me moleste; en cambio, mire sorprendida todo el elenco que me esperaba fuera de la comandancia; Embry, junto a las chicas Jon y Nessie, mirándome.
Los salude, pero toda la audiencia me parecía un poco extraño.

Honestamente, la de Nessie.

—Embry quiso venir a ver como estabas, y Nessie tuvo una pelea con Jacob, así que decidimos venir todos en tu rescate.

Howling Down ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora