Capítulo 14 [Sin Correguir]

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A mi tambien me tomo mas de un segundo recuperarme; me quede viendo atónita su brazo abriendo la boca como pez, para después dejarme caer pesadamente.

Mi mente trataba de encontrarle explicación alguna, cuando un alarido a la derecha de nosotras regreso la atención a la verdadera implicada; Helena.

Siendo completamente ajena a la situacion caminaba torpemente en sus patas y se balanceaba hacia ningún lugar en particular. Estaba viendo al suelo, pero sus gemidos de miedo eran audibles; y a ese punto actuábamos todas ya por mero instinto de lo que nuestro padre nos había enseñado.

-¿Helena? -con voz rasposa, me puse lentamente de pie. Helena, al instante, escuchó mi voz y se puso alerta. Levante la mano hacia ella -, Puedes olerme, soy Nessa.

Sus sentidos estaban distraídos, y yo no podía correr ningún riesgo.

-Asiente si nos reconoces -acompaño Emma las palabras de autoridad.

En una profunda inhalación mía Helena levantó y bajo la gran cabeza, pero todavía sin acercarse; me moví mas hacía adelante hasta que llegue a solo unos cuantos centímetros, y comencé a buscar su piel en busca de heridas o desgarres tocándola como otros habían hechos a mis ojos en la anterior manada. Cuando se hizo evidente que no encontraría nada, papá salio de entre la maleza viéndose preocupado. Se acercó a Helena, reconociéndola y sonrió.

-Estas bien, Helena, estoy aquí. -seguido a su declaración se escuchó un leve gemidos parecido a una lamentación y después la cabeza de Helena descansó sobre el hombro de papá.

Después la instó a sentarse para hacer lo mismo que momentos antes intentó recrear Nessa, viendo repentinamente lo pálida que estaban todas.

-¿Ocurrió algo más?

-Papá, yo.. -Valeria se aclaró la garganta apretando su brazo derecho con fuerza-, no sé como paso, pero me lastime y me comenzó a sangrar el brazo y después, después....después fue como si hubiera desaparecido.

La voz se le quebró en la última sílaba y pude ver lo atento que estaba papá a su relato; todas lo estábamos.

Valeria se veía pálida y con el cabello un poco fuera de lugar, pero por lo demás estaba en perfectas condiciones; papá pasó a inspeccionarla de igual forma y pareció sorprendido cuando acabo, viendo el brazo que señalaba como herido.

-¿Ustedes no tienen heridas?

La lluvia se había detenido a este punto, mientras Emma y yo asentíamos papá se encargo de inspeccionarla mas.

-Emma, necesito que al llegar a casa hagas análisis de sangre a Valeria; llamen a Embry despues de una hora de llegar a casa y diganle que nos busque.

Tomándolo como despedida, bese sus mejillas, mientras caminabamos las tres por el frondosos bosque sin notar la humedad de nuestras ropas.

La cabina de la camioneta estaba caliente y comoda; nos hizo el viaje tan tranquilo que la escenas antes vista ahí parecía fuera de lugar. Mi mente repetía una y otra vez la escena; Helena molesta, después estuvo ella con las fiebre y después..., bueno, la llegada al límite.

El camino hacia casa se hizo muy corto, y el tiempo paso rápidamente mientras Emma pinchaba el brazo de Valeria, con la última demasiado cansada para discutir; se fue a dormir al poco rato a la habitación, y no tarde mucho en acompañarla poco después.

La obscuridad nos envolvia a pesar de que no era tarde, y con los suaves ronquidos de Valeria y la adrenalina a la que había sido sometido ese día no tarde en quedarme finalmente dormida.

Howling Down ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora