Año 2027
En una gran ciudad donde la gente iba y venia sin cesar de un lado para otro, habia una pequeña cafeteria bastante popular por sus deliciosos dulces. Y aunque estuviera en unas calles algo peligrosas cuando caia la noche, eso no le quitaba su popularidad.
Aquella cafetería solo había dos personas, el jefe un señor mayor con bigotes largos y un joven de cabellos dorados.
Aunque de ves en cuando aparecian clientes con ganas de pelea de inmediato salian corriendo del lugar cuando veían al de bigotes largos, ya que él era un ex mafioso: Zeff.
Zeff dejo aquella mala vida después de ver en quien se habia convertido, por desgracia tuvo que morir mucha gente inocente para darse cuenta.
Pero poco a poco va pagando por sus pecados de una forma u otra, da comida a los que la necesitan, ayuda a madres solteras para que no cometan ninguna estupidez, ayuda a padres desesperados. Y todo eso junto a su ayudante Sanji, aunque más que ayudante ya Zeff lo consideraba como su hijo ya que lo había criado desde hace mucho tiempo.
Vivían el día a día a veces habían dias buenos otros malos, pero se tenían el uno al otro.
Pero había algo que Zeff no estaba enterado, ya que si llegará a enterarse Sanji nunca más podría ver aquel muchacho de cabellera verde.
Cada noche Zeff se iba a las doce de la noche para arreglar algunos asuntos, mientras Sanji se quedaba hasta las una para terminar algunas cosas para el día siguiente.
Esto al joven no le importaba ya que era lo que le gustaba pero también habia otra razón y era que desde hace un tiempo empezó a reunirse a esa hora con una persona.
Cuando llegaba las una de la madrugada 3 golpes en la puerta trasera de la cafetería llamaban al joven rubio.
Este antes de salir cogia un cigarrillo para colocarselo en los labios, cuando abrio la puerta no vio a nadie pero esto no iba a detenerle asi que prendio su cigarro cerrando la puerta detrás de él.
-Sal de tu escondite Marimo.
Dijo inhalando el humo.
Entre las sombras aparecio una silueta dejando ver primero unos pendientes dorados.
-Eres un tonto Cejillas.
Dijo acercandose más a Sanji para quitarle el cigarro de entre sus labios.
Este se le quedo viendo con cara molesta.
-Primero me insultas y después me quitas mi cigarro. El tonto aquí eres tú Marimo.
Zoro le dio una calada al cigarro medio sonriendo.
-Siempre tan seguro que soy yo quien pega en la puerta.
-¿Quién si no?
Sanji saco otro cigarro de su bolsillo.
-En esta zona puede ser cualquiera, no debes confiarte. ¿Qué pasara cuando no sea yo?
Sanji miro de reojo al peliverde, este había cambiado su expresion por una más seria.
Antes de responder Sanji le dio varias caladas a su cigarro para luego mirar el cielo nocturno.
-Siempre eres tú.
-Puede que algún día ya no este para serlo.
Zoro tiro el cigarro al suelo casi entero, se apoyo en la pared también mirando el cielo.
-El dia que no estes, yo tampoco estaré ahi dentro.
Zoro le miro enfadado.
-¿Qué tonterias estas diciendo?
Sanji no respondió, enfadando aún más al peliverde.
Zoro le agarro del cuello de la camisa para que le mirara ,al hacer este gesto el cigarro que tenía Sanji se cayó al suelo.
-Vaya otro desperdiciado.-Dijo fastidiado apartando la mirada de la de Zoro.
-Mirame Sanji.
Sanji opto por hacerle caso, él pudo notar el temblor en su voz, habían tenido esta conversación varias veces pero nunca se acostumbraban.
-Si tu no vuelves, yo iré a por ti.
-¡No!
Sanji volvio apartar la mirada fijándose en las mangas de Zoro, estaban manchadas recientemente ya que podia notar el olor a sangre.
Cuando el peliverde se fijo de sus manchas solto a Sanji dandole la espalda mientras se mordia el labio inferior de la ira.
-Zoro quiero ayudarte. - Le dijo a Sanji con un tono muy suave.
-No quiero tú ayuda.
Zoro se dispuso a irse pero Sanji le sujeto del brazo para detenerle.
-¿A qué le tienes miedo Zoro?
Con aquella pregunta innumerables pensamientos cruzaron la mente de Zoro, haciendo que su respiración fuera más agitada.
No quería que nada le pasara al rubio, estaba dispuesto apagar el precio que fuera para mantenerlo a salvo, no sería la primera vez que lo hace.
Sanji al ver que no contestaba suspiro cansado, nunca le decía las cosas, tenía demasiados secretos el peliverde.
-Si así te vas aportar mejor vuelvo a dentro a terminar de recoger.
Sanji se fue donde la puerta abriendola, pero justo antes de poder entrar el peliverde lo cogio de la cintura pegándose a él.
-No te vayas aún.
Sanji sonrio sarcasticamente.
-Mira quien fue ha-...
No le dio tiempo acabar la frase ya que Zoro le beso desesperadamente.
Sanji se intento resistir pero no podía, aun que estuviera molesto no podia resistirse al contacto de sus labios, y eso el peliverde lo sabía muy bien.
Los besos fugaces que empezaron a darse aumento la temperatura de sus cuerpos pero debían deneterse.
-Marimo.
Intento decir Sanji con la voz clara pero los besos en el cuello hicieron que se le escapara algunos gemidos.
Sanji le deseaba pero sabía que no podía hacerlo.
Tan solo una vez en su vida le gustaria hacer lo que le apeteciera sin preocuparse del después pero aún no habia llegado ese día.
De repente un teléfono resonó haciendo que los chicos se separaran.
Zoro contesto a la llamada ante la mirada de Sanji.
-¿Ahora? De acuerdo.
Contesto Zoro con sequedad.
-¿Otro trabajo? - Dijo Sanji con preocupación.
Zoro simplemente asintió con la cabeza con la mirada sombría.
Pero antes de irse Sanji le dijo lo siguiente.
-Promete que volveras.
Zoro quería más que nada prometerlo pero sabía que tal ves no lo haría así que simplemente se marcho dejando atrás aún joven rubio temblando de impotencia.
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Cisne Negro
RandomÉl pensaba que finalmente había conseguido tener un poco de suerte. Pero lo que él no sabía era que alguien estaba dispuesto a protegerlo a toda costa. Y ellos no sabían que el destino era muy caprichoso. Los pj no son mios, son de Eiichiro oda. One...