Wild Choices

5. Yo puedo sola

Nos quedamos en silencio un rato. Pero no fue uno incomodo, es más estaba a gusto en este, pero su voz rompe este de la nada. 

-Cuéntame más de ti. Quiero saberlo todo- ¿Qué le pasaba? nunca nadie me había preguntado algo como eso, y por un minuto no sabía que decir.  - No tiene que ser nada profundo, simplemente me gusta escucharte hablar, me... tranquiliza. - Se calló unos segundos y me dijo- dijiste que habías sentido dolor, ¿a qué te referías?

Esto se estaba poniendo intimo, que le decía? Me atrevería a decirle lo que realmente sucedió, y si lo hago, ¿qué pensará el de mi? ... creo que las únicas personas saben la historia son Alice y Max, pero ni siquiera este último lo sabía todo. No se lo que me pasó en ese momento pero si hubiera sido un día como cualquier otro lo más posible es que no le hubiera contado nada y me habría ido, pero no sé porque seguía sintiendo que podía confiar en él. A decir verdad creo que eran los ojos. Algo tenían que cada vez que los veía me sentía como si no hubiera nada que me podía dañar. Y sin pensarlo lo dije. 

-Mira, realmente no sé porque te voy a contar esto, pero por alguna razón lo quiero hacer.  Solo quiero que sepas que fue hace mucho tiempo y ya me recupere. Lo más importante es que tienes que prometer que no sentirás lastima por mi - le dije y el asintió con la cabeza y me miro atentamente, como si intentara descifrarme - Todo partió cuando tenía 3 y mis padres me abandonaron, nunca supe bien porqué y la verdad es que no me importa mucho. Cuando la policía se dio cuenta me mandaron con mi tía, pero a ella no le importaba y me dejó en un orfanato a los 5. De por si el orfanato era una mierda, porque la verdad no son como los que te plantean en las películas en donde todo es de color rosa, pero todo empeoró a los 7, cuando empezaba a crecer y llamaba la atención de los chicos. Yo ya estaba acostumbrada a los comentarios, pero con el tiempo se volvieron peor he incluso me llegaban a asustar. A los 11 trataron de abusar de mi- pude ver su cara de espanto, pero seguí hablando- lo que ellos no se esperaban ni veían venir era que yo, una niña de 11 chica y flacucha, se defendiera- pude ver una sonrisa en su rostro como si estuviera orgulloso, no le di mucha importancia y seguí 

-Eran tres niños de 15 y yo simplemente reaccioné. Agarré un palo que estaba en el piso y les comencé a pegar. En ese momento no estaba pensando en nada, y si soy sincera todo está algo borroso. Cuando los jefes del orfanato supieron lo que hice me mandaron 8 meses al reformatorio, que por mucho que sorprenda o era peor que el orfanato. Al menos en este no habían tantos comentarios- Me interrumpió

- ¿Porqué no dijiste que trataron de abusar de ti? -me preguntó. Se veía que estaba involucrado en la historia. 

Solté una risa seca,

-Si lo dije, solo que no me creyeron. Cuando salí de ese lugar me mandaron a otro orfanato y conocí a Max y Alice. Aunque Alice ya no era huérfana, porque era mayor de edad y ya se había independizado ella seguía  haciendo voluntariado en el orfanato. Desde entonces las cosas han ido mejor, ellos fueron clave en poder superar todo lo que me pasó.

-¿Te puedo preguntar algo? No me tienes que contestar, pero quiero saber, ¿Por qué trabajas en el negocio?

No sé porque me venía venir esa pregunta. Le respondí sinceramente.

-Bueno, por un lugar esta mi hermana- me mira con sorpresa. -Si bien no es mi hermana de sangre, la conozco desde que llegue al orfanato y es como si fuera de sangre. Desde que la vi hemos actuado como hermanas. Una vez que me fui de ese lugar intente adoptarla y traerla conmigo, pero no me han dejado porque no tengo un titulo universitario. Es por eso que estoy yendo a la universidad a estudiar leyes, además de querer salvar a mi hermana, quiero asegurarme de que ninguna niña tenga que pasar por lo mismo que yo. 

-Ya pero en que se relaciona esto con el negocio.- Me pregunta

-El negocio paga bien y con eso puedo llegar a fin de mes. No es tan malo. Me divierto y tengo una familia. 

Se quedo callado un rato pensando y finalmente me dijo

-Te quiero proponer algo-iba a interrumpirlo cuando automáticamente me dice- Déjame terminar, luego puedes hablar.  No quiero que sigas haciendo esto- CÓMO? quién se cree para decirme lo que puedo o no hacer, le di una cara de pocos amigos que seguramente se puede ver a lo lejos-  Desde que te vi, me llamaste la atención. Ya te mencione que me sorprendiste, pero conforme hablo más de ti más me sorprendo. En el minuto que te vi, y brevemente te conocí supe que tenías mucho más potencial que solo ser una dama de compañía, quiero que te quedes conmigo y yo te pago la escuela de derecho, te trataría como una reina y jamás te faltaría de nada. Solo tienes que decir que si y quedarte conmigo.

Me quedé en silencio con la mandíbula prácticamente tocando el suelo de la sorpresa. Cómo se atrevía a decir eso. ¿Que me conoce? Solo han pasado un par de horas y no sabe nada de la persona que soy, solo sabe de la que fui. Estaba petrificada sin saber que hacer, bueno la verdad si sabía y lo tenía más que claro, pero no sabía como explicarlo o ponerlo en palabras. Así que no le di tantas vueltas y dije lo primero que se me vino a la mente. 

-¿¡Perdón!? ¿Quién te crees para decirme eso?  Creo que es momento que te deje las cosas súper claras. Tu para mí no eres más que un trabajo. Además no necesito de un hombre que me pague la universidad y se haga cargo de mí y el simple hecho que pienses eso, me demuestra que realmente no me conoces. Soy  más que capaz de hacer todo sola desde que tengo memoria. Hace un rato me dijiste que si quería que pararas te lo dijera. Bueno, quiero que pares. Y si me disculpas me quiero ir. - y así, sin más me pare y me fui. 

Como no tenía ropa, simplemente agarre la camisa que estaba en el piso y tome mi teléfono. Salí de ahí sin mirar atrás, incluso cuando lo podía escuchar que gritaba mi nombre. Extrañamente nadie me paro al salir así que pude irme relativamente tranquila a mi casa. Quién se cree él, yo no estaba para aceptar limosnas de ningún tipo y menos de alguien que claramente solo sentía pena por mí.