FORBIDDEN h.s (SIN EDITAR)

21.

—Bien, díganme qué tal se ve este. —Elizabeth puso sus manos sobre sus caderas y se giró mientras modelaba la prenda que vestía. Era un vestido blanco tan entallado que sí bebía si quiera un vaso de agua esa cosa reventaría

—Te ves gorda. —Logan opino recibiendo la mirada reprobatoria por los chicos y una seña obscena por parte de mi amiga. — ¿Qué? Tú pediste la opinión y fui sincero.

—Estúpido. —mi amiga murmuro irritada mientras caminaba nuevamente al vestidor y se encerraba dentro de él.

Habían pasado casi dos semanas desde el incidente en casa, casi dos semanas de no saber absolutamente nada de mi hermano.

Dos días después desapareció de aquí pero no parecía preocuparle en lo absoluto a papá. Él me dijo que era lo mejor por unos días, pero no me dijo ni un porque ni mucho menos en donde estaba metido.

Trate de obligar a los chicos de decirme pero ellos no parecían tener ni la más mínima idea tampoco, Harry también se desaparecía de repente. Faltaba seguido al colegio y cuando lo hacía no decía nada al respecto.

Los días se habían vuelto extraños, la ausencia de ellos era más que notoria en el colegio, todos murmuraban y suponían cosas sobre eso.

Yo solo quería respuestas de que ocurrió y por qué, Justin lograba evitar mis respuestas y cuando decidí enfrentarlo de una vez por todas simplemente desapareció.

Justo ahora nos encontramos en una boutique mirando a Elizabeth medirse y comprar ropa, no sé cómo logro convencer a los chicos de venir con nosotras.

Logan estaba sobre uno de los sillones junto a Edward, otro chico del equipo. Louis estaba acostado boca abajo sobre la alfombra, Mason estaba sentado junto a Celine, Harry estaba acostado boca arriba a mi lado y Zayn estaba recargado en una de las paredes justo a mi lado también.

— ¿Cuántas horas más tendremos que estar aquí? —La voz de Zayn se escucho a mi lado, sonaba fastidiado. No lo culpaba, yo tampoco era muy fanática de hacer compras.

—Ese era el último vestido, así que solo pago y nos vamos. —Elizabeth salió del vestidor tomando la montaña de ropa, Zayn se acercó ayudándole y se encaminaron hasta la caja.

Los ánimos volvieron a los chicos y se pusieron de pie en cuanto escucharon eso, incluyéndome.

Una sonrisa divertida se dibujó en mi rostro al verlos forcejear y empujarse entre ellos mientras salían, recibiendo unas miradas curiosas por parte de las personas en el lugar.

Estaba a punto de caminar en su dirección cuando una mano tomo mi muñeca y me empujo con fuerza hacia uno de los vestidores. Mi ceño se frunció en confusión y la figura del hombre que me había jalado hacia el pequeño cuarto cerro el cerrojo de la puerta.

— ¿Qué mierda? —mi voz era un chillido agudo. Se giró en mi dirección y me regalo una amplia sonrisa.

— ¿Tienes la más mínima idea de cuánto extraño besarte? —murmuro con la voz enronquecida. Sus ojos verdes estaban fijos en mí.

Su cabello estaba amarrado en un cebollín bajo y una bandana retenía los pequeños rulos de su frente, vestía con su típica camisa negra y pantalones oscuros. Harry era demasiado apuesto con cosas muy simples.

Solo tuvo que avanzar unos dos pasos para llegar a mí y sin darme tiempo de nada sus manos ahuecaron mis mejillas plantando sus labios sobre los míos. El contacto era urgente y vivido. Tarde un par de segundos en seguirle el ritmo anclando mis manos por su nuca.

Su lengua invadió mi boca sin previo aviso y un ligero gemido me abandono ante la sorpresa. Sus manos fueron descendiendo hasta la piel desnuda de mis piernas y el tacto de sus palmas ardientes contra la mía hizo que un estremecimiento de puro placer me invadiera.