Pov Natalia:
Cogí el móvil y empecé a mirar las fotos. Esas fotos en las que estábamos Bea, Susana y yo vestidas de la Edad moderna, las fotos de la broma del Twitter, en Montecarlo con los vestidos blancos, con Kendall... Todas esas fotos que me hicieron recordar esos momentos, donde eramos felices, sin preocupaciones, sin nada, sólo ellos y yo. También miré los mensajes que me había enviado Kendall, eran preciosos, eran... No, no podía regresar, no podía pensar en que me vieran como era encarcelada, en como me ponían las esposas, les haría más daño de lo que les estaba haciendo. La mejor opción era no volver, no verlos hasta que no pasase todo esto. En ese momento me empezó a llamar Susana, le hice lo mismo que a Kendall, no podía oír sus voces, no podría conmigo misma, oírlos sería como si les estuviera matando yo misma, pero la que se merecía morir no eran ellos sino yo. Las lágrimas no me mojaban la cara, ya no lloraba, pero aún sentía un vacío dentro, sentía que tenía que huir de esta ciudad, ir muy lejos, un lugar donde no me encontrasen, un lugar para volver a levantarme de este pozo tan hondo y oscuro, quería ver la luz, quería ser feliz, quería... Quería dejar de sentirme culpable, de pensar que ellos estarían mil veces mejor si yo no estuviera a su lado, pero no podía huir, había llegado a un punto que no podía vivir sin ellos, pero sobre todo sin Bea y Susana, las personas con las que he pasado muchas cosas, con las que aún quedaba mucho por hacer. Me llegó un mensaje de Bea, diciéndome que Susana estaba muy grave, y que necesitaba que yo estuviera con ella. Susana, esa chica que... Que, es muy fácil de animar, de hacerle bromas, de asustarle, ella me ayudó mucho y yo a ella ¿Tenía que regresar? ¿Tenía que ver como estaba? ¡No! No quiero regresar, no quiero que ellos sufran cuando me vuelva a marchar, pero... pero era Susana. Miré otra vez el móvil, necesitaba ver las fotos dónde estábamos las tres, necesitaba pensar, necesitaba saber que hacer, necesitaba... necesitaba estar con ellas, necesitaba saber como estaba Susana, necesitaba decir a Kendall que estoy bien, que no se preocupe, que aunque él ha conocido a la Natalia fuerte, en ella se escondía una Natalia sensible. necesitaba muchas cosas, pero... ¿Cómo podía hacer para tenerlas todas? Contesté a Bea.
Sms a Bea - Lo siento. Di a Susana que no puedo estar con ella, que le doy uno de mis besos que siempre le doy en estos casos, que se recupere y pídele perdón de mi parte, porque si no hubiera sido vuestra amiga no le habría pasado ésto. Lo siento mucho, no puedo volver después de saber que Susana está así por mi culpa. Os quiero a todos - Empecé a llorar otra vez, si Susana no hubiese sido mi amiga no le habría pasado nada, si Bea no hubiese sido mi amiga estaría en España estudiando lo que más le gustaba, sino hubiesen sido mis amigas yo sería... No se lo que sería. No paraba de pensar en lo sucedido, no paraba de imaginarme a Bea comunicando a los demás lo que le había puesto, no podía imaginármelo ya que no podría ver otra vez la luz, la claridad, solo vería oscuridad, pesimismo... Me levanté del árbol y empecé a caminar, a correr mejor dicho, corrí como si me estuvieran persiguiendo. Mi mente empezó a acordarse de "Hola me llamo Logan ¿tu?" "Ya lo sabrás cuando te gane, ya que todos empezarán a gritar mi nombre" "Somos las tres mosqueteras" "Ojalá me hubiera tocado con alguna de vosotras, ya que se ve que sois más fuertes que ella" "Nat, tranquila no le pegues" "Hola, soy Alicia tu hermanastra" "Te quiero". Todas esas frases que me hicieron feliz de una forma o de otra, me hicieron sonreír. Tenía que hacer que mi mente dejará de recordar esas frases. Llegue a una casa, llegue a la casa, llegue a casa, donde estaban mis amigos. Llamé al timbre.
James - ¡Nat! ¡Has venido! - No le respondí fui directamente donde estaba Susana y la abracé.
- Lo siento, lo siento. No quería que te ocurriera nada, no quería... - Empecé a llorar aún más de lo que ya lo estaba haciendo.
Susana - Tranquila, estoy bien, quería verte.
- No Susana, no estás bien, estás... estás muy mal, todo esto es por mi culpa, si no hubiese entrado en tu vida ni en la de ninguno de vosotros no habría ocurrido ésto. No se porque he venido, mejor me voy. Adiós - me separé de Susana.
Bea - Nat, no, no te vayas - me dijo abrazándome.
- Bea será lo mejor para todos, tengo que alejarme de vosotros.
