Healer

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Giorno se despierta en su cama al día siguiente. ¿Que ha pasado? Los recuerdos que tiene del día anterior son muy vagos, pero nada mas incorporarse, se acuerda de todo.
Con dolor, recuerda la imagen de su amigo apuntándose a la cabeza. Quisiera olvidarlo, pero ya es tarde para él, ahora esa imagen estaba para siempre en su memoria. Recuerda el miedo que pasó al ver que apretaba el gatillo, deseando que todo saliera bien y que Guido tuviera un plan...
También recuerda haberle abrazado; lo rodeó con sus brazos deseando que se quedara a su lado por siempre. Y es que se había dado cuenta de que amaba a su amigo más de lo que él pensaba.

Espera. Algo se le escapaba. De pronto se pone de pie. ¡Mista estaba herido! Corriendo sale de su habitación y baja al salón donde Trish y Narancia estaban jugando al jenga.

-dónde está Mista?!

-tranquilo, tio, está en su cuarto.-dijo Narancia sin levantar la vista del juego.

-ayer, cuando llegasteis, Fugo y Bruno le pusieron una venda. Quisieron llevarlo al hospital o algo, pero el guarro ese quiso esperar a que te despertaras.

-gracias- dijo Giorno quien subió de nuevo corriendo las escaleras hasta el dormitorio de Guido.

Ni siquiera llamó a la puerta, de lo nervioso que estaba por la pierna de su amigo y por ir a verlo, se le olvidó.

-AAAAAH- grita Mista con un sobresalto.- digo... hey...?- intenta corregir con una voz menos aguda y más varonil(?

- l-lo siento, me he olvidado de llamar a la puerta...- Giorno entra y cierra detrás de él.

Mista está recostado en su cama, con la pierna vendada fuera de las sábanas y la otra dentro. Llevaba una camiseta blanca que usaba para ir por casa, y no tenía puesto su gorro.
El rubio avanza hasta estar mas cerca de su compañero y se sienta en un borde de su cama.

-puedo ver la herida?

-claro... quería que me la curaras tú... me siento más cómodo que en los hospitales.

Giorno asiente y posa suavemente sus manos en las vendas para acto seguido, retirarlas con suavidad.
La herida estaba limpia, incluso habían extraído la bala. Agradeció que Bruno ayudara a Fugo a curarle, la última vez que lo hizo solo, le puso grapas y cinta aislante.
Gold experience apareció detrás de Giorno y "curó" la pierna de Mista (como siempre, este gritó dramáticamente).

Después de eso, intercambiaron un par de palabras y luego se quedaron en silencio. Ninguno de los dos quería alejarse de la compañía del otro. Las miradas entre ellos, eran intensas; Giorno amaba esos bellos ojos negros, los cuales te hacían ver que no hace falta tener un color especial para ser bonitos. Cada vez que los miraba, algo en su estómago revoloteaba. ¿Sentiría Mista lo mismo que él?

Su pelo, que raramente dejaba al descubierto brillaba con la luz del sol que entraba por la ventana. Sin darse cuenta, levantó su mano para tocarlos, pero el moreno se lo impidió. Los dedos de Giorno estaban a centímetros de la cabeza del mayor, siendo detenidos por las manos de este. No se dijeron nada, sólo siguieron mirándose a los ojos.

Al final, Mista dejó ir al rubio, el cual hundió sus dedos en sus cabellos oscuros.
Cuanto mas lo acariciaba, mas nervioso estaba Guido. ¿Acaso lo haría a propósito? No... no tiene sentido, Giorno no podría saber su "secreto", era imposible.
Mista era capaz de controlarse bastante bien, no era ningún animal, pero debía admitir que le estaba costando.







Ya. Se acabó. Guido agarró a Giorno de las muñecas y lo echó hacia atrás, quedando encima de él. Sus piernas temblaban levemente, y ahora que tenía al chico del cual estaba enamorado bajo de él, tampoco lo ayudaba a relajarse.
Giorno por su parte no sabía si sentir miedo o no. Su amigo nunca había hecho algo parecido.
Mista acercó su cara a la de Giorno, quedando a escasos centímetros de este. Pero la desvió a la derecha, quedando en una especie de abrazo, solo que el abrazo era tumbado en una cama. Y así se quedaron hasta que Mista se calmó.
Poco a poco soltó las muñecas del menor, situándolas a los lados de este, y con un impulso, se levantó.

- l-lo siento Gio...

Tras decir eso, cogió su gorro y salió de su habitación. En cambio, el rubio se quedó unos minutos en la misma posición, repitiendo en su mente lo que acababa de ocurrir.
Dios mío; tenía que contárselo a Trish.









Me encanta la amistad del yorno y la trix 😔👊🏻
Siento la espera, pero bachillerato es difícil y me ponen muchas tareas. :( de todos modos, me gusta esta historia así que cuando tenga tiempo volveré a escribir.

HaStA lA Pr0xiMaAaaAaAA

Secretos (giomis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora