𝙏𝙝𝙖𝙣𝙠 𝙎𝙖𝙠𝙚.

Godaime's Intervention.

Kakashi tenía a cargo otro grupo y se les asignó una misión de rango D. Era una tarea simple, solo debían recoger basura que a veces llegaba al río, así que el jōnin solo observó que hicieran su tarea de lejos, sentado sobre las ramas de un alto árbol mientras continuaba en la lectura de Icha.

Suspiró y recostó su cabeza en el gran tronco, abriendo el libro justo en la página donde lo había dejado. Leyó tranquilamente un poco hasta llegar a una escena algo subida de tono. Concentrado, acercó un poco más el libro a su cara, pero sus ojos recorrieron varias veces una línea que resultaba demasiado familiar.

“Lo quiero todo adentro.”

Kakashi cerró el libro y lo pegó a su frente, frustrado.

—Vamos, ya pasaron semanas. ¿Cómo es posible que ya ni siquiera pueda leer en paz? Maldita sea.

Estiró sus piernas y cerró sus ojos, pegando suavemente la cabeza en el tronco varias veces, incómodo. Había pasado tres semanas desde que Iruka y él tuvieron aquél inusual encuentro. Lo malo es que sus recuerdos se iban clarificando cada vez más a detalle, sin poder olvidar a ese hombre ni el momento que compartieron esa noche.
No era que le era disgustara recordar a Iruka. Al contrario, incluso podría decir que se sentía orgulloso por el simple hecho de haber presenciado esa versión del profesor. Lo malo era que no lo había visto desde aquél día, solo una vez en la torre pero muy de lejos, lo cual le parecía extraño, ya que la mayoría del tiempo se lo topaba todos los días y al menos compartían un saludo matutino.

Suspiró y trató de seguir leyendo, pero a lo lejos vio que iba una fila de niñitos caminando. Tsunade los guiaba, parecía ser la típica caminata alrededor de la Aldea con el Hokage actual para conocer datos culturales, tradiciones y narrar la vida de los shinobi más valientes del lugar. Mientras caminaban, de último vio que estaba Iruka, vigilando que los niños no perdieran su camino o se distrajeran con otra cosa. Lo miró por un rato, notando que estaba solo algo distraído cuando Tsunade se detenía a explicar algo, claro que casi se sabía los diálogos de memoria. Cuando se apartaron del río, perdió al castaño de vista pronto. Miró a su equipo aún ocupado en la misión, así que guardó su libro y llamó su atención desde el árbol.

—Escuchen, regresaré en unos minutos. —El equipo asintió y Kakashi se fue saltando de árbol en árbol, sigiloso.

Pronto los alcanzó, realizando una caminata cerca de un pequeño bosque. No le quitó la mirada de encima al moreno, se veía tranquilo, relajado. Los siguió por un rato, solo interesado en observarlo un poco más de cerca, ya que no lo había visto demasiado en los últimos días.

—Bien. Iremos a explorar solo un poco del bosque, ya que lo han pedido tanto. —Sonrió leve la mujer y los niños también sonrieron, emocionados por entrar, excepto uno. Este se quedó solo de pie, quedándose de último en la fila. Iruka lo miró.

—Vamos al bosque, ¿te parece? —El niño negó rotundo, tomando el cuello de su camisa, notablemente nervioso.— ¿Por qué? ¿No te gusta?

—Es que... dicen que hay animales que me pueden comer y bichos venenosos... —El moreno sonrió, agachándose.

—¿Quién te dijo eso?

—Iruka-sensei, ¡los bosques son así! ¡Los libros de la Academia lo dicen!

—Lo sé, pero este es un bosque pequeño y la aldea está alrededor. No hay nada peligroso en este porque los animales e insectos necesitan un lugar más grande para vivir, donde no hayan humanos y construcciones cerca. Vamos, tus amigos irán, no tienes nada de qué preocuparte. —Dijo poniéndose de pie, pero el niño sollozó asustado, abrazándose a su pierna.