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Esa mañana desperté antes de que sonara el reloj, tenía frío y mucha pereza de levantarme, acomodé mi almohada y giré sobre mi cuerpo, cubrí mi cara con las sábanas para tapar el sol que entraba por la ventana impactando directo sobre mi rostro, no quería levantarme ese día, los vidrios empañados me decían claramente de lo frío que estaba afuera, la pereza me invadió y solo quería seguir durmiendo, estiré la mano para encontrar el reloj, con la cara aún cubierta, desconecté la alarma solo con el tacto y cerré mis ojos decidida a no levantarme y dormir unas horas más, respiré profundo esbozando una sonrisa, el silencio en la habitación era total y el ambiente absolutamente propicio para seguir descansando. Entonces algo me sobresaltó

-Kaily! - El sonido de mi nombre rompió el silencio tan bruscamente, que a pesar que mi madre lo pronunciaba con total suavidad desde el pasillo, en mi cabeza retumbó haciendo que me sentara bruscamente en la cama

-Si!- dije sobresaltada

Mi madre respondió

-¿Estas bien? A éstas horas siempre ya estás levantada, tu bus pronto pasará y es raro que tu no estés preparada

-Eeh sí... en realidad no, decidí no ir al colegio hoy, consideré que no tenía cosas importantes y decidí quedarme a dormir un rato más

-Bueno hija, está bien, no tan solo venía por eso, tu padre está abajo y quiere hablar contigo

-¿!Mi padre aqui!? -dije para mi- Bajo enseguida -contesté- Denme 5 minutos

Lavé mi cara a toda prisa, arreglé un poco mi cabello, tomé una bata de abrigo que me coloqué sobre el pijama y baje lo mas rápido que pude.

Apenas ví su figura corrí para abrazarlo. No era común tener a mi padre en las mañanas, el y mi madre llevaban una buena relación pero hacía mas de 5 años que se habían divorciado

Crují mis dedos nerviosa y con voz emocionada, le dije

-Que linda sorpresa- mi padre sonrió y me abrazó con ternura

-Tenia muchas ganas de verte, ¿Como ha estado mi chiquita? -me dijo- Hace días que no recibo un llamado tuyo, así que decidí venir a visitarte y aprovechar para proponerte algo a tí y a tu madre

En ése momento mi madre nos llamó para otra sala, había preparado un desayuno y los tres nos sentamos en la mesa

Desayunamos relajados, charlando, mi padre preguntó de mis cosas, contó de las suyas, algunas anécdotas de su último viaje haciendonos reir un poco

Finalmente se puso serio, frunció el ceño y tomando la mano de mi madre le dijo

-Lo que quiero proponerte es lo siguiente, tú sabes cómo es mi situación, no soy una persona estable, mis parejas no me duran y ya tampoco soy muy joven, pero la vida me favorece, en los negocios me ha ido bien y he logrado amasar una pequeña fortuna. Como ustedes saben, viajo mucho, que tambien es un riesgo. He estado pensando al respecto, y confieso que eso me tiene bastante preocupado . Al punto de consultarlo con mis asesores jurídicos, mas puntualmente que pasaría con Kaily en ese caso si aún es menor, todos coinciden que lo mejor es que si tu estás de acuerdo -le dijo a mi madre- le demos la emancipación para que podamos tener los bienes y cuentas bancarias compartidas y ante cualquier eventualidad pueda ella tener disponibilidad inmediata sin que tenga que intervenir algún tipo de tutor.

Mi madre solo sonrió moviendo la cabeza negativamente

El se adelantó a sus palabras y con otra sonrisa le dijo

-No tienes que contestar ahora, puedes pensarlo un poco más o consultarlo con tu abogado y me das la respuesta cuando tengas mas seguridad, solo quiero que sepas que mi intención es que estén siempre seguras y protegidas, sobre todo Kaily

Luego se dirigió a mí preguntándome si estaba de acuerdo y si tenía algo que objetar. Me ví sorprendida, levanté mis hombros y le dije

-Puedo pensarlo yo tambien?- dirigiendo una sonrisa para ambos. Debo confesar que mientras escuchaba la charla, mi mente divagaba mezclando entusiasmos con icognitas, pero de seguro mi padre ya había calculado todo los pros y contras, y para hacer la propuesta tendría todo bajo control

Mi madre tenía cara de incertidumbre pero teníamos días para pensarlo y decidí que yo también aprovecharía ese tiempo, seguramente buscaría mil paginas en internet para informarme antes de dar una respuesta, pero fantaseaba con la palabra "independecia", sin tener aún conciencia de todo lo que eso significaba...

30 días después mi madre terminó aceptando, yo di mi conformidad y trás el rápido trabajo de los abogados de mi padre, resoluciones de por medio, a mis 16 adquirí mis deberes y derechos de persona emancipada.





Nota de la autora: ¡Hola!, Solo quería decir que si te vas a quedar en esta pequeña historia que todavía es un bebé, estaré eternamente agradecida
Y desde ya ¡Bienvenid@!

-Hxlly

JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora