Capítulo 4 La Muñeca

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Alex se cubrió la boca por sus ganas de vomitar debido al repugnante olor del cadáver en descomposición que llevaba el hombre con camisa de fuerza, cuando Alex se asomó por una ranura para ver mejor que el hombre arrastraba por el suelo el cadáver que tenía un vestido de trapo. El hombre tenía una sonrisa escalofriante, era calvo y tenía un maletín con instrumental quirúrgico en su hombro.

-Vamos Meredith, papá va a llevarte al baño jijiji.

-D…Dios mío…

El hombre se fué caminando por el pasillo y Alex salió lentamente del almacén antes de salir corriendo hacia el pasillo, cuando cruzó una puerta de dos hojas entró a un pasillo lleno de puertas con carteles extraños, no parecían ser los de un hospital normal.

-¿“Tráfico de órganos”?… ¿“Salón de pruebas”? “Cambio cerebral”…

Alex se acercó a la manija de la puerta que decía “Cambio cerebral” pero antes de poder abrir la puerta escuchó un fuerte estruendo que venía de arriba, unos pisos más arriba. De todas formas abrió la puerta, el interior de la sala era blanca, de un blanco puro dónde las manchas de sangre parecían ser salpicaduras de lucha y odio, una silla de operaciones casi normal estaba enmedio de la sala, era negra y estaba llena de sangre, un aro metálico se asomaba por un brazo mecánico hacia la que es la zona del cráneo, con grilletes que ataban las manos y piernas, mordazas y muchos instrumentos cortantes.

-A estos no les faltaba presupuesto.

Alex se acercó al asiento y tomó una nota manchada de sangre que estaba pegada al respaldo del asiento.

“El cielo existe, está aquí abajo”

Alex guardó la nota y revisó el resto de la habitación, encontrando una carpeta de documentos con un clip, abrió la carpeta encontrando un texto con una foto adjunta debajo.

“Prueba número 56, el paciente fue ingresado a la sala sin que oponer resistencia, acepta el tratamiento como si se tratase de algún juego. La operación comienza sin anestesia a petición del Jefe, el cabello es cortado y el casco es aferrado al aro de la máquina como las anteriores sesiones, la máquina se enciende y el proceso mental comienza, el paciente empieza a mostrar síntomas de nerviosismo y ansiedad, más tarde el sujeto empieza a quejarse de fuertes dolores de cabeza, inmovilidad en sus extremidades y empieza a gritar. El sujeto pide que se detenga el experimento, el experimento prosigue, el paciente pide clemencia a gritos, el experimento prosigue. El paciente se queda quieto y su pulso cardíaco se detiene, se toma una foto del estado del sujeto y se adjunta en el archivo.”

-Dios mío ¿Que le hacían a ésta gente?

Alex revisó la imagen adjunta y un hombre joven estaba sentado en la silla, que tenía un casco en la cabeza que bajaba del techo, sus ojos estaban en blanco y los orificios de su rostro estaban segregando sangre, desde sus ojos hasta sus orejas, su piel estaba pálida y la máquina desprendía humo.

-Por estas cosas no me hice cirujano.

Alex guardó el documento y salió de la sala, empezó a caminar hasta llegar al final del pasillo que se difurcaba, ambos caminos estaban sellados, el techo se había derrumbado de un lado y del otro una barricada de sillas y mesas.

-Deberia investigar ese “Cielo” del que hablaba la nota.

Alex vió su entorno, logrando ver en el suelo una rejilla de ventilación con tornillos oxidados, tal vez con algo de fuerza podría quebrarlos. Alex empezó a patear la rejilla, a lo lejos empezó a oír pasos y risas, era ese hombre con su muñeca humana, Alex empezó a golpear más fuerte la rejilla hasta que logró partiría y entró en el ducto.

-Tranquila nena, papi te va a proteger jijiji.

Alex empezó a arrastrarse por el ducto hasta que cruzó los pasillos sellados, cuando salió se encontró delante de un ascensor y unas escaleras.

-Que conveniente.

Alex apretó el botón del ascensor y entró en él, estaba manchado de sangre pero aún funcionaba, entró y presionó el botón para bajar, el ascensor cerró sus puertas y vagamente empezó a bajar… pero… el ascensor se detuvo en seco y empezó a subir lentamente, Alex apretó de nuevo el botón de bajar pero seguía subiendo, Alex quitó la rejilla del techo y vió como Lorein estaba encima del hombre más grande que estaba jalando los cables metálicos del ascensor haciéndolo subir.

-Joder… ¡¿Es que a caso nunca se rinden?!

Alex presionó el botón de abrir las puertas pero no funcionaba, le quedaba poco tiempo, pero ya era tarde cuando intentó salir por la rejilla. Lorein lo agarró por su brazo izquierdo y acercó la gran hoja metálica a su cuello, levantándola para decapitar a Alex, pero afortunadamente Alex pudo escapar dando una patada a la cara de Lorein haciendo que lo suelte y caiga en el ascensor, rodó y cayó por el pozo que daba al final del ascensor, por suerte la caída no era demasiado grande, pero cuando cayó se golpeó fuertemente su pierna izquierda.

-Sueltalo, el ascensor acabará el trabajo.

Lorein cortó el cable metálico con su hacha y el ascensor cayó con todo contra el suelo, sintiendo que el golpe fue amortiguado por una masa de carne, se oyeron órganos explotar y huesos romperse dejando una enorme mancha de sangre.

-Vamos a contárselo al Gran Rotnik, estará complacido.

El hombre empezó a caminar con Lorein en su espalda, alejándose de la puerta del ascensor arrastrando su hacha por el suelo. Cuando Alex despertó estaba en un colchón en el suelo, una habitación iluminada con velas y sin ninguna puerta, solo una rejilla por el techo y otra en la pared. Alex se levantó y un hombre de pelo negro y barba se acercó a él, le entregó un vaso de agua y tocó su pierna.

-¿Te sientes mejor?

Alex se levantó asustado pero cayó al suelo, empezó a arrastrarse hasta la pared tomando un cuchillo que había en una mesa.

-Oye oye tranquilo, no soy uno de ellos.

-¿Quien eres? ¿Y que quieres?

-Te encontré inconsciente en el pasillo y con una pierna casi rota, te traje aquí y te curé.

-¿Por qué hiciste eso?

-Encontré tu cámara, ví lo que grabaste, viniste para contar la verdad de este lugar ¿No?

-No… estoy buscando a un desaparecido.

-Suerte con eso, los que entraron a este lugar nunca salieron vivos o en un buen estado mental.

-¿Y que hay de tí?

-Soy el único sobreviviente del hospital.

-¿Que hace un hospital en medio de la nada?

-Sinceramente no tengo idea, yo solo vine aquí en busca de mi Emili.

-¿Su Emili?

-Mi esposa, desapareció cuando dijo que iba a hacer exploración urbana, como tú.

-¿Que pasó en este lugar?

-Bueno… lo que sé es que…

Outlast: Project InsaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora