Capítulo II

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Chlöe sintió un nudo en el estómago cuando miró fuera del coche y vio las furgonetas de la prensa amontonadas y los periodistas peleándose por la mejor posición para atacarla a ella y a Potter en lo que llegaba a la comisaría.
Mientras Potter aparcaba, vio cómo se acercaban varios presentadores de informátivos, corriendo por el césped de la comisaría con sus cámarografos cargados de su material, siguiéndoles el ritmo por detrás.

Observó que Nelson ya estaba en la puerta de la entrada, haciendo lo que podía para apaciguarles. Parecía incómodo y agitado. Hasta se podía ver el sudor brillando su frente.
Cuando salieron, Potter se acercó a ella, asegurándose de que no fuera la primera Detective que vieran los medios.

—No digas nada a estos vampiros —le dijo Potter con una pequeña sonrisa de hipocresía

Ella sintió una ráfaga de indignación ante su comentario condescendiente.

—Ya lo sé, Potter

La multitud de periodistas y cámaras, les alcanzó. Había al menos una docena de micrófonos en su cara que salían de la muchedumbre mientras pasaban de largo. La preguntas llegaban como un zumbido de insectos.

–¿Ya se ha notificado a los hijos de la víctima?

–¿Cuál fue la reacción del granjero al encontrar el cadáver?

–¿Es este caso, un ataque sexual?

–¿Es buena idea que se asigne a una mujer para un caso como este?

La última pregunta molestó un poco a Chlöe. Ya sabía que sólo estaban intentado obtener respuestas, con la esperanza de conseguir un jugoso espacio de veinte segundos en las noticias de la tarde. Solo eran las cuatro, si actuaban deprisa, puede que tuvieran una joya que ofrecer para las noticias de las seis.

Mientras se hacía camino a través de las puertas hacia adentro, la última pregunta retumbaba en su cabeza.
—¿Es buena idea que se asigne una mujer a un caso como este?
Recordó la carencia de emoción con la que Nelson había leído la información de Harley Lizbrook.

—Por supuesto que lo es— Pensó Chlöe —De hecho, es crucial.

Finalmente, entraron a la comisaría y las puertas se cerrados detrás de ellos. Chlöe respiró aliviada de estar en silencio.

—Malditos parásitos —dijo Potter

Ya se había deshecho de la molestia en su caminar ahora que ya no estaba frente a las cámaras. Caminó despacio pasando de largo el escritorio de la recepcionista hacia el pasillo que llevaba a la sala de conferencias y a las oficinas que formaban la comisaría. Parecía cansado, listo para ir a casa, listo para terminar con este caso de una vez.

Chlöe entró primero a la sala de conferencias. Había varios agentes sentados a una mesa alargada, algunos con uniforme y otros en ropa de paisano. Dada su presencia y la repentina aparición de las furgonetas de la prensa, así que imaginó que la historia se había filtrado en todo tipo de direcciones durante las dos horas y media que habían pasado desde que salió de la oficina, fue al maizal y regresó. Era algo más que un espeluznante asesinato al azar; ahora se había convertido en un espectáculo.

Posteriormente agarró su taza de café y tomó asiento. Alguien había colocado carpetas alrededor de la mesa con la poca información que se había reunido sobre ese caso. Mientras la ojeaba, empezó a llegar más personas a la sala. En cierto momento entró Potter, tomando asiento al otro extremo.

Posteriormente Chlöe tomó un momento para mirar su teléfono y vio que tenía ocho llamadas perdidas, cinco mensajes en el buzón de voz, y una docena de mensajes en su cuenta de correo electrónico. Era un duro recordatorio de que ya tenía suficientes casos antes de que la enviaran al maizal. La triste ironía era que, aunque sus compañeros se pasaran mucho tiempo degradándola y lanzándole sutiles insultos, también se daban cuenta de que ella tenía talento. A consecuencia de ello, llevaba una de las carpetas de casos más grandes del cuerpo policial hasta la fecha, sin embargo, nunca se había quedado atrás y tenía un porcentaje estelar de casos cerrados.
Pensó en responder algunos de sus correos electrónicos mientras esperaba, pero el Jefe Nelson entró antes de que tuviera oportunidad y cerró rápidamente la puerta de la sala de conferencias detrás de sí.

Before I KillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora