Jueves

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Todas las cosas buenas empiezan los jueves, me baso en mis experiencias, los jueves son mis días favoritos porque cada vez que algo bueno pasaba en mi vida, sucedía un jueves, ejemplos de esto, todos los trabajos que conseguí, la beca a la universidad a la que asistí, siempre pasaban los jueves y parece raro pero es cierto, los jueves son mis días, al parecer.
¿Que tiene que ver esto? Bueno, cuando le dije a esta hermosa mujer que me gustaba fue un jueves, un jueves 30 de enero del presente año, dos días después de su cumpleaños, ya no podía aguantar más y tenía que decirle, porque sentía que me estaba doliendo el corazón.
El día miércoles, antes de mi declaración, estábamos entrenando y yo me comportaba distante, no le hablaba tanto y me alejaba cuando se acercaba, lo hacía porque no podía estar cerca de ella, y es que si le decía en ese momento hubiera sido bastante incómodo para los dos, aparte entrenando, todos sudados, para muchos no es la mejor situación para hacer presente una declaración, no era el momento.
Ella se me acerca y me pregunta qué me pasaba y le dije que estaba mal, ella con todo el amor me respondió diciendo -¿Es sobre tu trabajo?- y le dije que no, entonces le señalé que el dolor venía del corazón y antes de escuchar lo que me dijo me fui de su presencia, y solo hice eso porque estaba frustrado en el fondo, de sentir lo que sentía, de que ella solo me viera como un amigo muy amigo y me rechazase y a partir de ahí la amistad se acabara, mi miedo era perderla hasta como amiga y por eso todo el melodrama.
Hablé nuevamente con mi mejor amigo y le comenté lo que pasaba, me dijo que ella era la chica más increíble que conocía, y que él estaba seguro que yo también le gustaba y me impulsó a decirle, es solo para hacer la historia corta entre nosotros que lo cuento así.
Fui a casa, me bañé, nos escribimos y le dije que seguía mal y ella siendo muy curiosa, algo que es muy característico, me volvió a preguntar, entonces le dije que probablemente iba a odiarme al saber lo que le tenía que decir, ya que tenía que ver con ella, insistió y volvió a preguntar qué era y entonces le dije que se lo diría cuando la viera, ella muy inteligente me envía una foto suya, -Ahora ya me ves- eso me había dicho y solo me reí y me enternecí por ser tan atenta pero no era algo para decir por mensajes y le dije que sería en persona.
Al día siguiente me escribe y me comenta que tuvo una pesadilla en donde yo le había contado lo que era ese secreto y que si era lo de su sueño, ella ya lo sabía. Yo solo pude entrar en pánico y me dije a mi mismo que estaba perdido, y para que fuera más tensa la situación me dijo, ese jueves, -¿Hoy te vas a entrenar?- y le dije respondí que si, luego dijo que iría porque ya no soportaba más la espera. Le respondo ese mensaje y luego ya no volvió a responder, entonces entré aún más en pánico, pensé que ya lo sabía y por eso no respondía los mensajes.
Llego al gimnasio, y yo, todo desmoralizado me decía -Ella no va a venir- después de decir todo eso, escucho su voz y la veo sentada en una de las sillas. Mi corazón se aceleró tanto que casi me desmayo pero había orado antes de eso y le había dicho a Dios -Señor, si es tu voluntad que venga hoy, yo le diré lo que siento- eso mucho antes de llegar al gimnasio, luego la veo y con eso confirmé que era el momento de decirle.
Igual, dilaté el tiempo y la acompañé hasta su casa, le daba miles de vueltas para decirle lo que pensaba y sentía, con la intención de que ella descifrara mis ideas ya que moría de miedo.
Le di una comparación muy poco común con la red social Instagram. Entonces ella me pregunta -¿Te gusta una chica? Al preguntar esto, le respondo que si y sin que pueda decir algo sobre su pregunta le dije que era ella, que la chica que me gustaba es ella y se quedó un segundo en silencio.
Fue la declaración más importante de mi vida porque le estaba diciendo a mi mejor amiga que sentía cosas por ella, esperaba que me rechazara pero me dijo que también le gustaba. Luego de eso hablamos un momento más, ya era hora de que entrara a casa y nos despedimos, le di un abrazo y fueron de los más cálidos que hasta ahora aún lo siento, en mi corazón lo siento, cada que recuerdo de ese momento.
Y fue el día más feliz nuevamente, y casualmente también sucedió un jueves.
No podía creer lo que había pasado, mi mejor amiga siente lo mismo que yo, estaba tan feliz que no podía creerlo.
Después de eso nuestro relacionamiento seguía siendo el mismo, con la misma confianza, con la misma forma de actuar, solo que ahora sabíamos que nos gustábamos.
El sábado en nuestra iglesia volvimos a hablar y volví a decirle que en realidad me gustaba, y que si era mi decisión nada más, le daba un beso. Pero no lo hice, aunque estaba muy feliz, era algo que nunca sentí antes, algo tan real y tan bueno, no lo logré expresar en palabras y solo agradecí al Altísimo.
Luego de eso pasó una situación complicada, ella no quería que le volviera a hablar por un tiempo, y me quedé muy desconcertado, le pregunté la razón y en ese momento solo conseguí alterarla más, con mucho pesar la dejé tranquila, yo me fui a cuidar una casa, todo esto pasó después del día perfecto que fue el sábado, el domingo fue un día gris pero seguía confiado aunque estaba triste, hablamos nuevamente esa noche y me explicó lo sucedido, hablamos mucho y volvimos a estar bien, le envié un audio en donde le expresaba mis sentimientos, los más profundos.
El lunes si mal no recuerdo fue que me dijo, que no le volviera a escribir, ya que algo había pasado, esta vez entendiendo lo que pasaba solo me limité a contestarle brevemente.
Estaba incomunicado, no sabía nada de ella, fue así desde ese día lunes hasta el día, adivinen el día. Si, hasta el día jueves, y, ¿ya les dije que los jueves son mis días favoritos?
Ahora con conocimiento de lo sucedido yo solo esperaba y le pedía a Dios que volviera a comunicarse conmigo pronto, antes de que pudiéramos hablar libremente, ella me había escrito por instagram diciéndome que estaba bien pero preocupada. Me dijo que lo mejor para mí era olvidarme de ella y le dije que eso no iba a pasar, que yo me quedaría y la apoyaría por más difícil que fuera todo. Eso me lo dijo por la tarde.
Mis esperanzas estaban muy altas y mi confianza de que volviéramos a hablar iba a llegar pronto. Ese jueves por la tarde, fui a entrenar nuevamente y recuerdo que ella se había olvidado de su botella de agua en nuestra iglesia, entonces usé de excusa esa botella y le pedí a dos de mis amigos que le llevaran la botella a su casa, les indiqué donde estaba, ellos fueron y nadie salió, fue una pena pero al menos lo intenté. Dentro de la botella le había escrito una frase y era esta, es algo así más o menos "Si nos falta el sol, nos tenemos el uno al otro para darnos luz" y esta frase viene por los girasoles, estas flores se miran unas a otras cuando el día es nublado y se dan su propia energía. Esta era mi forma de decirle que yo no lo iba a abandonar ni en la peor situación, que iba a quedarme con ella a pesar de todo.
Recuerdo que esto le había dicho varios meses después de lo sucedido y casualmente también fue un jueves, este día me persigue y sinceramente ahora mis jueves las quiero compartir con ella, como todos los días de la semana.

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