mi caramelo

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el silencio reinaba en la casa y yo cautelosa, doblaba mi ropa y la guardaba en la valija intentando no despertar a nadie mientras tomás se encontraba entretenido viendo el repertorio de mi ropa interior en la cama.
oí  un sonido proveniente del pasillo y me alerté, observando a malena entrar ojerosa y aún vestida como anoche.
-¿qué está pasando? -preguntó mientras se sentaba en la cama a mi lado-
-gorda -dije a modo de saludo mientras me sentaba a su lado- me voy
malena abrió los ojos como platos al ver a tomás sentado allí, el cual ni levantó la vista y me miró casi preguntándome qué hacía allí.
-¿por qué?
-giladas -respondí sin darle importancia- ¿estuviste de after? -pregunté desviando el tema-
-no -respondió de inmediato- hubo bardo a la salida, a lucas lo cagaron a palos, tuvimos que llamar a la ambulancia, un mambo re turbio
tomás levantó la mirada por un segundo, atento a lo que male decía y por un segundo pensé que el tenía algo que ver con lo sucedido. fruncí el ceño y aclaré mi garganta intentando no malpensar.
-¿está bien? -pregunté genuinamente preocupada-
-no sé -dijo- yo lo vi bastante mal
me levante de la cama respirando hondo y proseguí a guardar los zapatos que me faltaban.
-que garrón -comenté sin más-
-¿nos vamos a seguir viendo? -preguntó male con ápice de inocencia-
reí por lo bajo ante la ternura de su pregunta y asentí cerrando la valija.
-tenes mi número, háblame cuando quieras
male se levantó algo titubeante y me abrazó, a lo cual respondí de inmediato.
*^
una vez en el uber, sentada y en silencio, observé a tomás mirando por la ventana, en su propio mundo.
-¿tuviste algo que ver? -pregunté incapaz de ignorar lo oído-
-ese gil tenía problemas con todo el mundo -respondió relajando su postura- era cuestión de tiempo para que alguien más le pegara a ese quebrado
abrí la boca para hablar y casi incapaz de responder, me removí incómoda en mi lugar y el uber paró, habiendo llegado a destino.
tomi bajó mi valija del baúl y nos adentramos al edificio que ya había conocido aquella mañana. el camino fue silencioso y al entrar, me encontré con el mismo orden y paz que la vez pasada.
-bienvenida -dijo depositando mi valija en el living-
me senté en el sillón, acunando mi rostro con mis manos aun pensando en lo sucedido y tomás se sentó a mi lado, algo nervioso.
-vera -murmuró, posando su mano en mi muslo- el loco ya tenía bardo con nosotros por manejes -lo observé en silencio- lo qué pasó con vos fue la gota que rebalsó el vaso. vos sos una reina y no voy a dejar que nadie te basuree.
-me sé defender sola -dije por lo bajo-
-yo no dije que vos no sepas hacerlo -agregó- solo que mientras estés conmigo no voy a permitir que nadie te falte el respeto, ni yo ni mi grupo. ahora sos una de nosotros
sonreí tontamente a sus palabras y apoye mi cuerpo sobre el suyo, a lo que él respondió abrazándome.
-pienso disparar si tocan a mi caramelo -tarareo bromeando-

after house • croDonde viven las historias. Descúbrelo ahora