𝗗𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼𝘆𝗲𝗱 ⭒ 𝗘𝗹 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮𝗱𝗼

𝗣𝗲𝗿𝘀𝗶𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗹𝘂𝗰𝗶𝗲́𝗿𝗻𝗮𝗴𝗮𝘀

—Chicos, no os vais a creer lo que estoy viendo —dijo Cayetano en el vídeo antes de enseñar unas luces que había en el bosque—. Es alucinante, parecen luciérnagas —dijo alucinado antes de que se escuchara un ruido de fondo—. ¿Quién anda ahí? —preguntó asustado y se vio como corría unos metros—. Creo que viene alguien. ¿Qué coño es esto? Chicos, buscar a Irene. Buscar a... —intentó decirnos, pero no pudo terminar, ya que una mano le tapó la boca y el teléfono se cayó al suelo.

—Es horrible —dijo Vicky con los ojos llenos de lágrimas.

—Todo esto es por vuestra culpa —nos echó en cara Iván—. Si no os hubiera dado por remover toda esa puta mierda de huerfanitos muertos, ahora Cayetano estaría vivo.

—Iván, no te pases —le dije molesta—. Eso no es justo.

—Paso de vuestras gilipolleces —nos gritó él antes de salir del cuarto dando un portazo.

¿Qué coño le pasaba?

—¿Piensan que es culpa mía? —nos preguntó Carol con los ojos llenos de culpa.

—No —dijo Roque de igual manera—. Era yo el que estaba con él en el bosque.

—Lo que hay que hacer, es averiguar que nos quería decir Cayetano —nos dijo Marcos mientras yo me acercaba a Carol y la abrazaba.

Le di un beso en la cabeza y le limpié el par de lágrimas que habían caído de sus ojos.

—Yo sabía que no se había metido éxtasis. ¡Lo sabía! —dijo Roque cabreado—. ¡Y me da igual lo que diga la autopsia! Porque la prueba de que lo han matado está aquí —nos dijo de lo más frustrado.

—Vamos a enseñárselo a Héctor —dijo Vicky, pero Carol y yo la detuvimos.

¿Es que estaba loca?

—No, no nos podemos fiar de nadie —le dije firme.

—Está claro que aquí tener una prueba, es muy peligroso —me apoyó Carol.

—Y me lo tengo que quedar yo, ¿no? —nos preguntó Vicky asustada y molesta.

—Venga, dame, ya lo llevo yo al desván —dijo Marcos cogiendo el móvil—. Es el único sitio seguro de este colegio —nos aclaró.