En otra piel ||Minsung|| OMEGAVERSE

Capítulo 1

El sonido de un pitido rítmico llegó a mis oídos de manera molesta. Estaba muy cómodo en el sueño, tan agradable... En mi sueño flotaba por el cielo sin sentir nada en absoluto, la humedad de las nubes me mantenía frío pero no era molesto.

Sentí como mi pecho subía y bajaba de manera autómata. No estaba respirando yo. Algo lo hacía por mí. Abrí un párpado con descomunal esfuerzo. Tenía los ojos ásperos y me ardían cansados. Cualquier acción que hiciera dolía muchísimo.

-¡Mamá! ¡Mamá! ¡Jisung está despierto! Llama al doctor, corre.

¿Quién es Jisung?

Oí unos gritos, puertas abrirse y más escándalo molesto. La sensación alrededor mío se estaba sintiendo muy agetreada. Todo se volvió negro y cerré los ojos para evitar que todo diera vueltas.

¦🌱¦

-¿Por qué no despierta?

-No lo sé cariño.

-Pero lo ví abrir los ojos, lo juro. -Oí como se sorbía la nariz. Y cuando esa persona me sostuvo la mano su tacto me dolió horrores. Ahora que prestaba atención, hasta el roce de las sábanas molestaba. -Despierta ya, Jisung. Te echo de menos, joder...

-Si los médicos le quitaron los tubos eso significa que está mejorando. Dale su tiempo para volver con nosotros.

¿Quién era esa gente?

La neblina volvió a alejarme de la discusión.

¦🌱¦

-Debería despertar en breve. Sus signos vitales están bien y el TAC y el escaner no muestran lesiones cerebrales permanentes.

¿De quién estaban hablando?

¦🌱¦

La siguiente vez que recuperé la consciencia lo hice con la música de un piano sonando de fondo. La melodía calmante me atrajo de vuelta a la realidad de una forma progresiva y nada brusca. Desde ese momento amé el piano. Amaba la música, pero bien era cierto que no había tenido mucho tiempo para disfrutar de ella. Aunque, ésta en concreto, se había convertido en mi nueva favorita.

Inspiré hondo, tragué saliva. Tenía la boca seca y áspera. Oí a alguien tararear la misma canción que sonaba de fondo. Reconocí la voz chillona de la última vez, aunque esta vez no me molestaba tanto. Mis oídos lo toleraron bien.

Quería saber quién era esa persona. Todas las veces que había despertado, había estado allí. Pero yo no lo conocía.

Abrí los ojos pesados y traté de enfocar.

Estaba en una cama, en una habitación con paredes en tonos naranja pastel, máquinas sanitarias a los lados y un gotero a mi izquierda. Una silla a un lado era el único mueble prescindible del lugar. Un joven con el pelo rosa estaba colocando bien las flores en el jarrón de la mesa a los pies de la cama. La música de piano salía de un iPhone sobre esa misma mesa.

Carraspeé al intentar hablar. En ese momento el chico pelirosa me miró. Los ojos casi se le salen de las órbitas. Temí que chillara otra vez, pero me sorprendió acercándose lentamente para sentarse en la silla, a mi lado.

-Hola. -Dijo contenido. -¿Quieres agua?

Asentí agradecido.

Era un joven muy guapo y tenía un rostro lleno de pecas que lo hacían más adorable.