Capítulo 4

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Después de cinco minutos pude levantarme del suelo y arrastré los pies al escritorio. Encendí el ordenador y abrí los programas. Hice una rápida puesta en práctica de mis conocimientos teóricos, dándome a mí mismo un aprobado.

Oí unos pasos apresurados por el pasillo antes de que la puerta se abriera bruscamente revelando a una joven morena con un recatado moño, falda de tubo y camisa de botones blanca. Unos pelitos se le habían soltado y le enmarcaban los ojos femeninos maquillados por la máscara de pestaña y un suave delineador marrón que profundizaba su mirada.

-¡Jisung! -La chica entró cerrando la puerta y se lanzó a mis brazos gimoteando. -Estás bien, dios mío, cuanto te he echado de menos.

La abracé de vuelta creyendo que eso sería lo que haría Jisung en esta situación. Me arriesgué a decir lo siguiente.

-Yo también te he echado de menos, Admut. -Dije sonriendo.

-¿¡Cómo que Admut!? Llámame Ara, como siempre.

Uish... Bueno parecía que no había salido tan mal de aquel desliz. Ahora me daba cuenta de que no había practicado con Felix los nombres de gente que no fueran jefes de algo, pero ¿Cómo mierdas iba a saber él todo eso? Así que... mierda, ¿como iba a salir bien parado de ese día? Era seguro que me iba a encontrar con más de una persona que conocía a Jisung o que él los conocía. Pero yo no tenía ni idea de quienes eran...

Reí para salir de la situación.

-Es que quería verte la cara con lo de Admut. —Improvisé —Parece que lo has estado haciendo bien en mi ausencia. El nuevo jefe te quiere aquí.

-¿¡Qué!? -Dijo separándose alarmada. -No no no. -Alzó las manos arriba como en un atraco -Acepté sustituirte pero no me interesa el puesto. En serio Jisung, no sé como llevas toda la carga del secretario principal. -Reí modesto. -No, enserio, no pienso quitarte el puesto. Era tan feliz con mi puesto como tu ayudante... -Dijo nostálgica -Pero no tenía ni idea de que te ocupabas de tantas cosas.

-La verdad es que ahora estaré algo oxidado. Necesitaré tu ayuda para ponerme al día. Cuento contigo, Ara.

-Oh, por Dios, claro que sí. Tienes que contarme muchas cosas. -Dijo sentándose al frente del ordenador y comenzando a ponerme al día.

Durante las siguientes tres horas, Ara se dedicó a lo prometido. Trató de ponerme al día de lo que había pasado en los últimos tres meses. Parece ser que la empresa había contratado a una empresa de reparto para cubrir un nuevo sector al que había ampliado. Minho había hecho muchos cambios desde que había ocupado su puesto como director y parecía que los cambios habían hecho crecer la productividad de la empresa. Las estadísticas que me mostró Ara así lo demostraban. Parecía que Jisung también era uno de los supervisores de las estadísticas, bueno, era algo más simple. Se encargaba de pasarle los datos a sus responsables de economía, pero tenía que juntar los datos en tablas sencillas que eran fáciles de observar que había una notable mejoría.

Todo lo que me decía "mi amiga" yo lo apuntaba en una libreta que había traído prudentemente. Tendría trabajo que hacer, memorizando todo aquello.

Justo cuando nos íbamos a tomar un descanso y a por un café, sonó el teléfono del despacho. Ara lo cogió y lo puso en altavoz.

-Dígame, señor.

-Admut, quiero que me envíes todos los informes del mes pasado del equipo de almacenaje y distribución. Lo antes posible, por favor.

-En seguida, señor. -Respondió ella ya abriendo la pestaña en el programa en donde estaban guardados los informes en el programa.

En otra piel ||Minsung|| OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora