Prólogo

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Hacía horas que estaba en la misma posición. La niña, que tenía apenas unos cuantos años más que él, tampoco se había movido en todo ese tiempo.

Era algo muy raro, pensaba él. La gente nunca notaba su presencia o bien lo confundía con una ligera ráfaga de viento. Eso sí era normal. Lo que aquella niñita estaba haciendo al mirarlo tan fijamente era absolutamente inusual.

Él sabía que en realidad aquellos ojos oscuros no podían verlo, sino que sólo pasaban a través de él y se clavaban en la pared de su habitación, pero eso no evitaba que se sintiese observado.

Tras unos minutos, la niña apartó la vista y se concentró en la hilera de autitos de juguete que estaba haciendo avanzar por una enorme pista de plástico.

Él no se movió.

Hacían más de cuatro meses desde que había jugado a algo y la visión que tenía delante lo estaba dejando ciego de envidia. Quería tomar uno de los autos, quizá el rojo con las ruedas grandes, y empujarlo por el suelo, la pared y el aire. Ella no lo extrañaría si agarraba sólo uno, tenía decenas de chucherías "más aptas para una niña", como siempre decía aquella señora que, suponía él, debía ser la madre de la pequeña.

A pesar de que el deseo de tomar uno de los juguetes lo estaba volviendo loco, su estómago también estaba presentando batalla: no había comido por nueve horas y sus tripas ya comenzaban a rugir. La gente no podía verlo, pero sí oírlo; y su estómago no estaba siendo precisamente discreto.

Se movió lentamente para no llamar la atención de la niña, que seguía sentada en el suelo y enfrascada en la carrera de autos pero podía levantar la vista en cualquier momento.

Sobre la cama de la pequeña estaban los restos de su comida, una hamburguesa acompañada de arroz con queso.

Pisando apenas lo suficiente para no perder el equilibrio, avanzó hacia su deseada cena. Cuando la tuvo al alcance de sus manos ya no se preocupó por la niña; devoró todo lo que había en el plato, que era bastante, en menos de cinco minutos.

Al terminar, se apartó del plato todo lo que podía. Acabó sentado en el suelo, en un rincón de la habitación, con las piernas abiertas y las manos sobre la panza. La niña seguía jugando sin inmutarse; no era tan perceptiva después de todo.

Unos cuantos minutos después, la empleada doméstica entró en la habitación para recoger el plato. Él la había visto hacer lo mismo cada noche en el poco tiempo que llevaba en esa casa: entraba, agarraba el plato, le decía a la niña que se merecía un postre por haberse comido todo y, después de desearle dulces sueños, salía del cuarto cerrando la puerta a sus espaldas.

Todo eso sucedió. Sin embargo, esa vez la niña no se quedó jugando hasta bien entrada la noche, sino que sacó un cuaderno de su mochila de la escuela y comenzó a escribir algo con una sonrisa en el rostro.

Curioso, él se acercó por detrás para ver si podía entender lo que ella escribía. Sabía leer bastante bien, pero esa niña usaba muchas palabras que él nunca había escuchado nombrar y eso reducía sus esperanzas de poder entender lo que ella había puesto en ese cuaderno.

Cuando se acercó lo suficiente vio que sí podía leerlo a la perfección, pero eso no evitó que un sentimiento de extrañeza le recorriese el cuerpo.

Porque la niña había escrito:

"Al hombre invisible le gustan las hamburguesas con arroz con queso"

Él se había equivocado al pensar que tal vez ella no era tan perceptiva. Ella notaba su presencia. Lo analizaba sin siquiera verlo.

Entonces comprendió que se quedaría en esa casa hasta que ella se fuera porque era la única que no veía a través de él y, por ende, era la única que podría ayudarlo.

👥 ¡Buenos días! 👥

Primero que nada, esta historia no es para nada parecida a "Mi Director", sino todo lo contrario: aquí no habrá escenas de violencia, lenguaje explícito o... ustedes saben.

En segundo lugar, no estoy segura de cuándo comenzaré a actualizarla, pero será después de terminar "Mi Director", que ya se ha hecho demasiado larga.

Lo tercero es que la voy a escribir siguiendo las reglas de la gramática castellana y habrá palabras y costumbres muy argentinas.

Y cuarto, muchas gracias por leer el prólogo de mi próxima historia.

Espero que les guste.

P.D: La portada fue hecha por lizLoraineMH

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