Día 6: Primera vez (AioroSaga)

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Vuelvo después de dos días de ausencia con el primero de los días que me faltan. Al menos es lemon (?

Advertencia: Kanon se deja controlar por sus impulsos de idiotez

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La primera vez de Saga fue planeada con cautela y anticipación. Casi se había dado espontáneamente en múltiples ocasiones, pero siempre era estruendosamente interrumpida por sus compañeros. Cada vez que Saga y Aioros lograban conseguir un tan anhelado momento a solas, justo cuando los besos se volvían más apasionados y las caricias se tornaban más atrevidas, aparecía Aioria llamando a su hermano, o Kanon buscando un lugar para esconderse de Milo, o Shura y Afrodita acusando a Deathmask por hacer esto o aquello. Parecía como si los aspirantes a caballeros dorados podían sentir a través de su cosmos el momento exacto en que la pareja estaba a punto de consumar su relación y se habían dado la tarea de evitarlo a toda costa.

El colmo había sido la vez que se habían escabullido al templo de Sagitario mientras los demás entrenaban en el Coliseo y ya se encontraban desnudos cuando Afrodita, Milo y Aioria irrumpieron en el templo dando gritos porque nadie podía encontrar a Mū. Se vistieron lo más rápido que pudieron y tratando de disimular sus prominentes erecciones salieron al encuentro de los aspirantes a caballeros, quienes les explicaron la situación frenéticamente y salieron disparados de vuelta a la búsqueda de su compañero desaparecido. Se resignaron a otro día de frustración sexual y fueron detrás de los menores.

Aún con todos los aspirantes a caballeros dorados reunidos, les tomó toda la tarde encontrar a Mū. Al final resultó que el pequeño se había escondido detrás de un pilar caído en el Coliseo para probarle a Milo que era superior a él en las escondidas y la razón por la que no podían encontrarlo era porque había camuflajeado por completo su cosmos. Como castigo por interrumpir el entrenamiento, Milo y Mū fueron sentenciados a limpiar a mano las escaleras de las doce casas, con la promesa de más castigo si intentaban utilizar sus habilidades para terminar más rápido.

Fue entonces cuando Saga entendió que si seguían esperando a que las circunstancias lo permitieran, jamás iba a lograr tener relaciones con su novio. Tendrían que planearlo cuidadosamente si querían que sucediera. ¿Pero cuál sería el lugar apropiado? Sus respectivas casas quedaban inmediatamente descartadas, ya habían sido interrumpidos allí demasiadas veces. Tampoco podían bajar a Rodorio, lo más seguro es sus hermanos se darían cuenta de sus intenciones e insistirían en acompañarlos. No, tendría que ser dentro del Santuario, y preferiblemente de noche, cuando los demás estuvieran durmiendo y habría menos posibilidades de que alguien los atrapara. Afortunadamente, el Santuario existía desde hace muchos siglos y había sido destruido y reconstruido cientos de veces, razón por la cual estaba lleno de áreas abandonadas y pasadizos secretos que casi nadie conocía. Saga era conocedor de unos cuantos de ellos porque Kanon lo había obligado a explorar los rincones más recónditos del Santuario cuando aún eran los únicos caballeros dorados en entrenamiento.

Le informo de su plan a Aioros por vía telepática y su novio aceptó gustoso. Ambos estaban cansados de esperar. Les llevo una semana encontrar el lugar adecuado, un antiguo templo cerca de Star Hill que se estaba cayendo a pedazos, y otra semana más para que Aioros lograra convencer a Aioria de que durmiera en su propio templo y Saga consiguiera que Kanon se durmiera primero que él.

Salieron de sus respectivas casas con pies ligeros y se dirigieron individualmente al punto de encuentro, teniendo cuidado de esconder su cosmos para no ser detectados. Al llegar se abrazaron aliviados al comprobar que nadie los había seguido y se adentraron juntos en el antiguo templo. El interior estaba cubierto de polvo y telarañas, las paredes se estaban desmoronando y había un hueco en el techo que permitía ver con claridad el cielo estrellado.

30 días de GéminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora