Todo siguió perfectamente normal, teníamos peleas pero lograbamos solucionarlas, supongo yo, que cualquier pareja supera todo y más cosas tontas, pero a pesar de todo amaba pasar tiempo a su lado.
El tiempo avanzaba más y yo ya iba a la casa, disfrutaba mucho ir y hablar con mi suegro Werner, él tenia sus padres separados, así que al vivir con su papá, yo mantenía mayor relación, su mamá Adriana al principio no me cayo del todo bien, no se, tenia algo que no me agradaba, pero luego con el tiempo fuimos agarrando más confianza.
Ya teníamos una rutina, la cual era estar en la plaza a la tarde, y comer doritos con coca - cola o alguna otra cosa pero teníamos que comer jajaja, lo que más se sufría era la despedida, porque era muy poco el tiempo que pasábamos aunque luego se fue haciendo más largo al ir seguido a su casa, y todos los viernes íbamos a lo de su abuela Laura, juro que hasta el día de hoy amo a su abuela, le tengo gran aprecio y adoración.
Disfrutaba todo lo que teníamos, hasta un día donde la pelea no fue igual que siempre, estábamos por cumplir 11 meses (sí, paso mucho tiempo) y habíamos peleado muy mal, no logró recordar porque y él me empezó a ignorar, pasaban las horas y el no me contestaba, Marcos me ignoraba completamente, y yo a todo esto lloraba, quería arreglar las cosas pero nada, no me decía si seguíamos, si se había terminado todo, no me decía absolutamente nada, literal que me ignoraba, yo mientras tanto buscaba soluciones, buscaba consuelos y fue ahí cuando se me plantó la duda de ¿Este sera el verdadero Marcos? Porque hasta donde yo conocía, ambos en las peleas luchábamos por el otro, es más muchas veces yo me había levantado para irme y el me persiguió, pero ahora, ¿que le había pasado?
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Sí, se puede.
Ficção Adolescente¿Cuantas veces pensamos que no se puede superar algo que nos marco tanto? Muchas! Aquí la historia de una adolescente que pensó que nunca saldría adelante y que se quedaría recordando el pasado sin poder abrirse a un nuevo amor.
