Origenes. Parte final.

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Esa noche.

Nikko:

Habia sido una tarde bastante agitada. Aunque no fue el peor primer día, la mala suerte de Nikko siempre lo acompañaba a donde quiera que vaya. Había pasado por situaciones bastante desafortunadas, aunque Lara siempre se la pasaba diciendo que no era mala suerte, solo era bastante distraído. Créanme, casi ser atropellado no era lo más desafortunado que le ha pasado, además lo hacía en buena causa.

Ya había anochecido y este había llegado a casa. Abrió la puerta y para su sorpresa no había nadie, eso era raro, sus padres casi siempre estaban en casa.

-¿Mamá? ¿Papá?- pregunto para no recibir ninguna respuesta.

Fue a la cocina y se encontró con que su madre le había dejado la cena en la mesa y a su lado una nota que decia que iban a estar en una reunión en casa de unos amigos. Nikko dio un suspiro aliviado de que no haya pasado nada, después de cenar en silencio subió a su cuarto y miro por la ventana para ver si Lara había llegado a casa, por lo visto no, y su hermano de seguro estaba en su habitación, solo cerró las persianas y se lanzó en su cama.

Aún seguía pensando en todo lo que había pasado con ese hombre ¿habrán querido atropellado apropósito? ¿Porque? Todo eso no lo dejaba pensar bien. Bueno, ya no había nada que pudiera hacer, abrió su mochila para buscar su cuaderno de dibujo y de esta cayo una extraña caja de color negro con marcas rojas en la parte de arriba.

-¿eh? ¿Y esto?- no había recordado haber puesto una cosa así en su mochila -¿alguien lo habrá metido por error en la escuela?-

Lara:

No era la primera vez que esta tenía que enfrentarse a unos abusones, normalmente cuando eran pequeños tenía que proteger a Nikko de los niños que intentaban intimidarlo, por lo que había tomado clases de artes marciales y era fanática de la meditación.

Ya había anochecido y ella apenas llegaba a su casa, esperaba no haber preocupado a Olli (oliver). Antes de entrar a su casa observo hacia la casa de Nikko, todas las luces estaban apagadas y la persiana de su cuarto estaba cerrada, talvez ya se había ido a dormir. Cuando entro a la casa llamo a su hermano para ver si este seguía despierto.

-¿Olli? Estoy en casa- no había respuesta, subió hasta la habitación de este y abrió la puerta lentamente y hecho un vistazo hacia adentro, al parecer ya se había dormido, se acercó hasta a el y le dio un suave beso en la frente. -(oh bueno, supongo que dejaré la cena por hoy)- pensó mientras volvía a cerrar la puerta del cuarto.

Bajo y mientras sacaba las compras de las bolsas del súper pudo ver una pequeña caja de color negro con marcas rojas.

-¿y esto? No recuerdo haberlo comprado-

Alex:

Después de llegar a la mansión este fue recibido por los sirvientes que le habían preparado de comer y ya le habían preparado un baño, este ceno sin decir una palabra, así eran casi todos los días en su casa, siempre callados, solo se divertía cuando Yeb se quedaba para una pijamada de vez en cuando.

Después de entrar al baño y quitarse la ropa se metió en la tina, el agua estaba a la temperatura correcta, sumergió casi todo su cuerpo quedando solamente sus ojos fuera del agua, saco un poco sus manos fuera del agua y mientras veía sus palmas recordaba lo que había pasado hace rato.

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