.::Narra Eun Ji::.
Luhan: - Claro que esta mal ¡Ella es la chica que me gusta, y lo sabes, joder! - Gritó
Abrí por completo mis ojos, sin atreverme a mirar a los dos chicos que se encontraban discutiendo frente mí. Justo ahora, el chico que me gusta, frente a mí, dijo que yo le gustaba... ¿Puede ser esto, un sueño? Si lo es, mataré al desgraciado que me despierte... Simplemente no puedo creerlo. Tal vez es una equivocación, una confusión, quizás se siente presionado por los demás; tal vez por eso, el lo dijo. Es imposible.
Mi corazón latía con pesadez provocando que mi respiración fuese irregular, mis mejillas se calentarón debido a la pena que sentía. No podía ver su rostro, no ahora.
Luhan clamaba por su amigo, el cual lo ignoraba, caminando hacia el hospital para dejarnos a solas.
Luhna: - ¡Sehun! - Grito por última vez - E-Ese mocoso... - Murmuro nervioso, y al igual que yo, contribuyendo con el silencio.
A pesar de mis deseos de sonreír por aquella confesión, no podía hacerlo, no podría vivir en un engaño. Gire mi rostro hacia el lado opuesto a Luhan y notaba como poco a poco mi vista se iba distorsionando, producto de las lágrimas que comenzaban a inundar mis ojos. No estaba lista para el rechazo, no otra vez.
------- Fash Back ----------
Siempre me he considerado una niña normal a la cual le gustaban las muñecas y los colores brillantes, pero también me conocía muy bien, a pesar de ser tan joven, y sabía que mi prioridad era estar cómoda con mi entorno. A medida que fui creciendo mis gustos fueron cambiando; a los 9 años le pedí a mamá que dejara de comprarme faldas y vestidos los cuales ya aborrecía; a los 11 años corte mi cabello largo y lizo, un poco más arriba de mis hombros, siempre me había gustado como se le ve el cabello corto a las mujeres, por ello lo hice; a los 13 años noté que mis gustos por los colores alegres se volvió distante, ahora me atraían los colores oscuros, los que suelen usar la mayoría de los chicos; y por último, a los 15 años, amaba los deportes, correr de un lugar a otro sin importarme en lo más mínimos si sudaba o si mi cabello era un desastre, divertirme era lo único que me importaba. Conocí el significado de la palabra "Tomboy", desde entonces supe que ese era mi estilo, al menos de vestir.
Ahora, a mis 16 años, me uní al equipo de femenino básquet del colegio, Por fin un lugar donde podía pasar un rato tranquilo, sin recibir comentarios crueles de las chicas; tales como "¿Que pasa con tu ropa y tus accesorios? Deberías empezar a actuar como una chica, rara" o "¿Acaso eres un chico? No quiero tener una amiga así, lo siento" y también "Ya eres como un chico ¿Acaso te gustan las chicas también? ¿Eres lesbiana? Aléjate". Muchas veces me lo cuestione, era obvio que me daba cuenta que mis gustos eran distintos a los de las chicas, pero eso no significaba que me gustaran las mujeres. Al contrario, una de las razones de las que me uní al equipo de básquet, a además de que me encantaba, fue que era la excusa perfecta para mirar al chico que me gustaba, jugando y sonriendo. Pero era algo que no se los explicaría a ellas, no tenía porque hacerlo. Que crean lo que quieran.
Hye: - ¡Solo háblale, tonta! - Chillo la chica rubia que estaba a mi lado, que en ese entonces yo podía llamarla "Mejor amiga"
Yo: - ¡N-No podría! ¿Estas loca? - Dije ocultando mi cara tras mis manos
Hye: - Si no le hablas nunca te prestara atención - Refunfuñó - O tal vez, podrías vestir algo mas lindo, no me refiero a que lo que usas ahora este mal, tiene mucho estilo, pero he escuchado que a él le gustan las niñas tiernas - Dijo secreteando para mi
Yo: - Y-Yo, no podría. Sabes que no cambiaría mi estilo de vestir por nada - Sonreí nerviosa y esta bufó