t h r e e

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«t r e s»

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«t r e s»

«Fiesta. Alcohol. Descontrol. Sufrimiento»

Otro día más. Otro día de vomitos constantes acompañados de lágrimas, sufrimiento, dolor, tristeza y sobretodo, sonrisas falsas.

Falsas como su felicidad fingida.

Hoy era un día de fiesta, su equipo iría a una invitación que le dieron los del Nekoma en Tokio, celebrando el cumpleaños de Hinata.

Aunque Hinata creía que era en viceversa. Que celebrarían el cumpleaños de un amigo de los jugadores de Nekoma, si era completamente sincero, no le importaba si cumpleaños.

No recordaba casi nada. Era nulo el conocimiento que tenía acerca del día anterior. Sentía que flotaba y que no estaba en todos sus sentidos, su mente estaba desconectada encontrándose en un estado completamente insano y desorientado. Dolía, su cabeza dolía.

Estaba muy mal.

Su cabeza dolía, era un dolor inexplicable. Maldito sea Kageyama y esa bebida tan rara que le dió el día anterior.

Pero, había un pequeño detalle.

¿Qué hacía desnudo? Oh, no ¿Qué hacían dos personas en su mismo estado al lado suyo?

—¡¿Qué... Qué es esto?!

Solo bastaron aquellos gritos desesperados del número diez de Karasuno para despertar a sus acompañantes y una que otra persona en la casa. ¿Qué mierda había hecho con ellos dos?

Oikawa Tooru tardó en reaccionar, pero al hacerlo, sintió que se desmayaría en cualquier momento al ver su estado.

Oh, bueno, el de chibi-chan, ya que él —por lo menos— tenía puesta su ropa interior al igual que Tobio. Pero chibi-chan estaba como Dios lo trajo al mundo.

Kageyama no hablaba, de hecho, solo los miraba aterrados. Oikawa reaccionó al escuchar un sallozo de parte del pequeño Hinata, inmediatamente lo cubrió con las sábanas y lo abrazó, dejandolo llorar cada vez más.

¿Qué habían hecho?

Kageyama cubrió su boca reteniendo una gran arcada que estaba próxima a salir, se levantó corriendo al baño de aquella habitación, Oikawa pudo escuchar perfectamente como expulsaba las bilis de su garganta.

Kageyama sentía asco, mucho asco. Su garganta pedía gritos agua, mientras su cabeza rogaba por ser atendida. Sus manos temblaban, su cuerpo se encontraba pegajoso. Estaba totalmente expuesto e vulnerable ante todos.

Pero, otra vez la incógnita se hizo presente en su mente.

¿Qué habían hecho?

Hinata miró a "el gran rey" con sus ojos totalmente rojos, llenos de lágrimas, destrozados en su totalidad. Él era el más afectado de todos.

—¿...Chicos?

Aquel susurro incrédulo sobresalto un poco a los tres, pero la preocupación aumento la ver a Daichi y Sugawara, quienes veían la escena aterrados.

Todo el escándalo se debía a muchas cosas, pero la principal era; Kageyama tenía pareja.

Pareja a la cual posiblemente haya engañado ayer sin estar conciente de ello.

Hinata no tenía planeado nada de esto, mucho menos con Oikawa y Kageyama.

Todo era un desastre.

Todo era un desastre

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•*⁀➷Hanahaki || Kenhina ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora