s i x

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«s e i s»

-¿Acaso que hayan perdido es una prueba de su debilidad? ¿El hecho de haber perdido no será una prueba para ustedes? La prueba que nos dirá si pueden levantarse otra vez, luego de caer. Si se quedan en el suelo luego de caer eso demostraría que son débiles. Hoy más que nunca deben levantarse, seguir, sin importar que digan los demás, sin importarles más nada que el seguir adelante y ayudar a sus compañeros en el proceso, que esa luz que emerge de sus corazones sea conocida como su determinación, como las personas que son en realidad, y esperen, la paciencia, dedicación y su amistad los llevará a la cima. Demuestren que no son más los gigantes caídos, o los cuervos sin alas, demuestren que pueden realizar algo que los demás equipos no podrían, sean únicos, Karasuno debe de brillar de entre la oscuridad, se los encargo, chicos.

Las lágrimas aumentaron entré los adolecentes, uno más que otros lloraban a mares, dando a entender lo dolidos que se sentían al haber perdido contra el Aoba, sintiéndose desgarrados por dentro. Pero ellos lo sabían.

Debían seguir adelante y demostrar que una derrota no es el fin del mundo para ellos.

Hinata sonrió. No, no sé dejaria vencer.

Él sería grande, una derrota no sería lo suficiente como para arruinar su sueño. ¡Él debía de brillar!

Era Hinata Shouyo, un sol andante. Era Hinata Shouyo, el próximo "pequeño Gigante" lo sería, sería mejor. Junto a sus compañeros.

No debía dejarse vencer.

Llegó el momento de dar las gracias al equipo contrario, se posaron en cada lado de la red y empezaron a darse las manos. Apretones leves, fuertes, o simplemente uno que otro desinteresado. Pero para Hinata, llegar hasta el capitán del equipo fue lo peor que pudo pasarle. Evitó su mirada, tan solo dió un leve apretón de manos. Al momento de querer separar la unión de sus manos Oikawa lo mantuvo retenido unos segundos, no lo miraba, pero sabía que esté si lo hacía.

Una mirada sumamente penetrante, de alguna u otra manera, la sentía tan cargada de dolor y culpa. ¿Por qué?

¿Por qué si fue él el que los insito a beber de manera irresponsable?

Lo miró molesto y recito en voz baja las siguientes palabras:

-Todo fue mi culpa, Oikawa-san.

Lo último que vió Oikawa fue el número diez de la camiseta del chico de cabellos naranjas. Sus puños se encontraban apretados, ejerciendo presión de manera fuerte.

Fue de los tres, Hinata.

Fue de los tres, Hinata

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¿Por qué?

¿Por qué, Oikawa-san?

Solo eso se repetía en su mente al punto de querer perder la cabeza, de querer tirar de sus cabellos y saltar por la ventana del autobús, solo quería perder la memoria o dormir hasta que todo pasará.

Pero si lo hacía, nunca más volvería a despertar. Eso lo tenía en su mente siempre.

Suspiró buscando sacar todas sus frustraciones.

¿En qué momento se empezó a reproducir esa canción?

¡¿Por qué tenía esa canción descargada?!

Mierda, solo debía quitarla. Tuvo suficiente con llorar a mares viendo Given para tener que escuchar esa canción en medio de su situación.

Tadashi se encontraba durmiendo en su hombro, con su boca entreabierta mostrando el cansancio después de esa duró partido. Haber cambiado de asiento le sentó bien.

Simplemente no quería sentirse incómodo al lado de Kageyama.

Ni de nadie.

Aquella voz tan hermoso, infantil, pero con ese toqué único de su hermana. Se sentía tan bien...

Su hermana cantaba despacio, tranquila, relajada reflejando en su rostro cero rastro de preocupación, sentía envidia. Quería volver a ser un simple infante y jugar sin que nada le preocupara.

Quería volver a ser Shouyo. Aquel chico que saltaba tan alto para alcanzar a los demás, que reía o gritaba.

Olvidar y seguir adelante.

¡Ja! Como si fuese así de fácil.

Cuando su hermana termino su mini presentación a su persona, le indico que se acercará tomándola en brazos y dándole un abrazo que casi la dejá sin aire. Su hermanita era ella, hermosa, delicada, era como él, energética. Saltaba mucho y era decidida.

Una de las personas que más lo hacían feliz.

Beso su mejilla ganándose un sonrojo de su hermana, río al ver lo tierna que se veía.

-Natsu, eres una niña hermosa, no lo olvides. Eres tú y nadie podrá cambiarlo, eres Hinata Natsu, una chica como yo, pero con su personalidad única y hermosa, nadie podrá cambiar eso, no lo olvides. Te amo mucho, Natsu. -Con una voz cálida al punto de llegar a ser melodiosa dijo aquellas palabras.

Su hermana río mientras lo abrazaba, hasta que quedó dormida en su brazos. Miró a su hermana dormir plácidamente, quería darse el pequeño lujo de dormir con ella.

Nunca sabría cuando llegaría otra oportunidad así.

La acostó en su cama, mientras él iba a ponerse su pijama.

Justo al momento de acostarse para así poder descansar de este día, un mensaje llegó a su teléfono.

Kenma ❤️:
Shouyo, ¿podemos vernos?
10:00 pm ✓✓

Su corazón se paralizó

Su corazón se paralizó

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•*⁀➷Hanahaki || Kenhina ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora