❝𝕾𝖎 𝖘𝖚𝖕𝖎𝖊𝖗𝖆𝖘...❞

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Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán.

Volverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán

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Y ahí estaba él, a sus veintiocho años comportándose como un adolescente teniendo su primer enamoramiento.

Le costaba entender porque a su edad se preocupaba tanto por su vestimenta, observó avergonzado toda la ropa que tenía esparcida por la cama y soltó una risa frustrada. —Creo que con este me quedo. —Se dijo a sí mismo, contemplando su elección, vestía unos pantalones negros ajustados, una camiseta de manga larga y cuello tortuga del mismo color y una gabardina de color verde oscuro, se veía bien, tenía sus cabellos negros bien peinados. Agarró su maletín de trabajo y salió a la estación de tren.

Tenía un coche, un lujo que gran parte de la población de la ciudad de Nueva York no tenía, o no consideraba necesario por todos los atascos de la ruidosa ciudad, pero Mark prefería tomar el tren. No siempre fue así, él solía adorar la tranquilidad y privacidad de tener un vehículo en vez de estar aplastado por tantas personas en un vagón, pero había un motivo especial por el cual él subía al tren todas las mañanas a las siete y cuarto en la estación de metro a tres cuadras del edificio donde vivía.

Jinyoung, la única razón por la cual se arriesgaba a llegar a su trabajo más tarde por detenerse en la misma estación que él y tener que correr cinco manzanas para llegar a tiempo.

Mark tenía muy vívido el recuerdo de aquella mañana que su auto le traicionó y tuvo que tomar el vagón del tren por primera vez en su privilegiada vida, porque sabía que tomar un taxi no le haría llegar tan rápido como quería por el atasco unas calles más adelante, esa mañana en la que quedó flechado por el angelical y masculino rostro del hombre que ahora estaba enfrente suyo, sentado.

Si supieras que por ti llevo mis ropas más bonitas, pensó él.

Jinyoung le sonrió en su dirección y él levantó su mano con timidez antes de que el joven retornara la atención a su libro. Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Mark grabó el título en su mente, era uno nuevo. Jinyoung siempre leía poesía en su viaje, le parecía tan interesante, apenas salía del trabajo visitaba la librería más cercana y compraba la antología que Jinyoung leyera, luego lo leía durante la noche y los domingos en la cafetería que frecuentaba, todavía le costaba entender el arte de la poesía, pero él seguía leyendo con la esperanza de tener algo con que conectar con el joven de cabellos azabaches.

Había aprendido muchas cosas de tan solo observarle, por ejemplo, conocía su nombre por la plaquita de color plateado que siempre llevaba en el pecho, debajo del logo de la cafetería donde trabajaba él, cafetería que observaba desde los ventanales de la lavandería que estaba justo al frente y descubrió a su mejor amigo, un chico escandaloso que le gustaba echar rimas de rap a todo momento con los libros de poesía de Jinyoung. Sabía que se llamaba Jackson porque visitaba la cafetería los domingos para leer poesía, iba los domingos porque era el día libre de Jinyoung. Lo veía como una amenaza al principio, pero luego de seguir a Jackson a su casa descubrió que tenía una novia y sus celos se calmaron.

—Es un nuestra parada. —Murmuró la irreconocible voz de Jinyoung, agitó su cabeza pensando que se trataba de una mala jugada de su cabeza, pero no, Jinyoung estaba frente a él, con su mochila al hombro y su libro colgando de su mano esperando que se pusiera de pie. Mark estaba nervioso. Jinyoung rió, y le tomó del hombro. — Vale hombre, yo debo irme.

Observó como Jinyoung salió del vagón y cuando quiso reaccionar estaba con las manos apoyadas a las puertas del vagón que se alejaba, dejando atrás la hermosa figura de Jinyoung que se desvanecía en el mar de personas.

Jinyoung le había hablado.

¡Hola! Acá yo de nuevo con una nueva historia

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¡Hola! Acá yo de nuevo con una nueva historia.

El año pasado, para estas fechas escribí detrás de la cortina como un regalo de cumpleaños a mi misma, una historia hermosa que le tengo mucho cariño. Este año quise hacer lo mismo y escribirme algo de una pareja que tenía muchas ganas de escribirle algo. Espero que les guste y compartan conmigo.

DISCLAIMER

Mi diosa infinita kakure tiene una historia hermosa llamada Canvas (pueden encontrarla en su perfil) allí ella tuvo una idea hermosa de hacer un poema con los nombres de los capítulos, y yo quise hacer algo parecido, más bien es una frase uwu.

El poema de los principios se llama Volverán las Oscuras Golondrinas de Gustavo Aldofo Bécquer (me da risita porque en detrás de la cortina hay un capítulo llamado Poemas de Bécquer y de hecho es mi favorito ¿Coincidencia? Who knows)

La historia está ligeramente inspirada en una canción llamada Jueves de La Oreja de Van Gogh, por eso alguna de las frases, conversaciones o pensamientos son estrofas de la canción.

Espero que les guste 💕

Tranvía ; markjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora