Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!Jinyoung llegó a su trabajo justo a tiempo y tan pronto como dejó sus cosas en los casilleros comenzó a limpiar y a preparar el local para la apertura junto a su compañero y mejor amigo Jackson, un joven bastante escandaloso y risueño.
Su amistad era un tanto extraña, sus personalidades eran completamente opuestas pero siempre habían encontrado la manera de entenderse y tenerse cariño. Jackson tomó su libro de poesías y tomó una página al alzar. Siempre hacía eso, leía los poemas y luego intentaba convertirlos en una canción urbana, al principio le parecía una vulgaridad, pero Jackson le había enseñado que el mundo urbano era igual de maravilloso que la poesía.
— ¿Cuándo vas a escribir de nuevo? —Jinyoung le miró de mala manera, él era un poeta frustrado, por tener los pies en la tierra entendió que el mundo del arte era un mundo para soñadores, y él no podía permitirse soñar cuando debía pagar una renta y una deuda de un préstamo estudiantil que no le había servido para nada, porque a su edad todavía tenía que limpiar mesas y servir comida con un título colgado en su pared. —Ah, ya sé... Maldito capitalismo, ya te escucho. No he dicho nada.
Jackson era todo un caso.
Su día de trabajo transcurrió de lo más normal, entre buenas propinas, clientes molestos y otros agradables.
La hora de cerrar había llegado y ahora él y Jackson limpiaban la cafetería. — ¿Vienes al bar hoy, Jin? —Preguntaba Jackson fregando las últimas tazas de café mientras que el mencionado limpiaba las ventanas.
Jinyoung no le respondió, llevaba un buen rato con el paño en la mano y la vista al otro lado de la calle, en la lavandería. — ¿Hey? ¿Todo bien?
El coreano contemplaba como el misterioso chico del tren lucía distraído con una revista, o eso pensaba él, porque en realidad Mark estaba bien pendiente a sus movimientos, sintiéndose nervioso de ser cachado.
—Todo bien, Jack... Por supuesto que iré. —Murmuró volviendo a limpiar el cristal.
Ese hombre le intrigaba demasiado, desde hace un par de meses ya subía al vagón del tren a la misma hora que él, se sentaba enfrente suyo y le observaba todo el camino. En un par de ocasiones, cuando debían ir parados por el gran volumen de personas se acercaba lo más posible a él, una vez juró que había olido su cabello. Era extraño, muy extraño. Le intrigaba demasiado.
—Jack, acabo de recordar que traje algo para lavar. ¿Me odias si te llego más tarde? —Preguntó él.
Jackson negó. —La fiesta siempre es mejor después de las diez.
Cerraron la cafetería juntos y cada uno fue por su camino, Jackson hacia el bar donde le esperaban sus amigos y Jinyoung cruzó la calle, buscando con la mirada al misterioso hombre.
— ¿Coincidencia, no? —Preguntó Jinyoung al apoyarse en una de las lavadoras, tomando la revista que cubría el rostro de Mark. —Trabajo al frente, te vi y quise saludar.
—No te conozco. —Se apresuró a responder Mark, se sentía tan avergonzado de ser cachado.
Jinyoung rió. —Claro que sí, siempre me estás viendo en el tren.
—No. —Dijo Mark, quizás un poco más alto de lo normal, lo que llamó la atención de otros clientes, quienes se giraron a verle hasta que Jinyoung les relajó con una sonrisa. —Veo lo que lees, nada más...
— ¿Ah sí? —Preguntó él, curioso. —Entonces si me conoces.
Mierda. Pensó Mark. — ¿Cómo sé que no estás mintiendo? Mi autoestima comienza a bajar, de verdad pensé que me mirabas...
—Hojas de hierbas de Walt Whitman, veinte poemas y una canción desesperada de Pablo Neruda, Poeta en Nueva York de Federico García Lorca, La Ilíada de Homero, Ariel de Sylvia Plath, Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer... —Soltó rápidamente Mark, recitando en orden todos los libros que había visto leer a Jinyoung, quién rió de una manera tan hermosa que hizo a Mark apartar la mirada.
—Vaya, ahora sí estoy convencido... ¿Y los leíste? —Mark asintió con timidez y Jinyoung sonrió. —Oye, sé que va a sonar tonto pero... Mis amigos me están esperando en un bar, es noche de poesía ¿Quieres venir? Digo, solo si quieres y cuando termines de lavar, puedo esperar.
— ¿Lavar? —Preguntó Mark, confundido, aun intentando asimilar el hecho de que su mayor enamoramiento le invitaba a salir.
— Sí, lavar. —Respondió Jinyoung, subiendo la mochila a su hombro, pues constantemente se le caía por el peso de sus cosas.
— No estoy lavando.
Jinyoung le miró con confusión. — ¿Entonces qué haces acá?
Mark reaccionó, y observó el local. Debía mentir pronto. Jinyoung esperaba una respuesta. —Me gusta... Me gustan las lavanderías.
Jinyoung le miraba con una cara de que le había salido un tercer ojo. —Es relajante ver la ropa girar ¿No te parece?
El coreano observó la fila de lavadora frente a ellos, miraba como la máquina giraba la ropa sin entender porque eso le parecía tan relajante, terminó por volver a reír. —Eres un hombre extraño.
¿Qué les parece la historia hasta ahora? Los capítulos son bien cortitos y por eso las actualizaciones son diario uwu
Espero que la disfruten conmigo ❤️
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Tranvía ; markjin
FanfictionLa mañana que Mark subió al tren con destino a su trabajo pensó que no estaba teniendo la mejor de sus mañanas, pero conocer a Park Jinyoung solo le demostró que no podía tener mejor día. 🚃 Mark x Jinyoung 🚃 Historia corta [6 capítulos] 🚃 Histor...