Segunda mariposa

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Segunda mariposa.

Fecha de publicación: 10/05/2020

Dentro del castillo perteneciente a los gmreyes de ese territorio, los Kochō, un joven que aparentaba poco más de dieciocho años se encontraba con la respiración agitada, mientras dejaba frente a él lo que parecía ser una mesa rodante con bastante...

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Dentro del castillo perteneciente a los gmreyes de ese territorio, los Kochō, un joven que aparentaba poco más de dieciocho años se encontraba con la respiración agitada, mientras dejaba frente a él lo que parecía ser una mesa rodante con bastantes platillos de comida por encima.

—¡Tanjirō, apresurate!

Casi se atraganta debido al grito. Acatando la orden, toma la mesa y la lleva por los pasillos del castillo a paso rápido. Justo por delante, uno de sus compañeros abre las puertas hacía el comedor principal de la familia real.

—Lamentamos la tardanza. —se disculpa su compañero Murata con una reverencia frente al rey.

Tanjirō dejó de lado la mesa y también hizo una reverencia debido a la tardanza que él había ocasionado.

—Bien. Que no se vuelva a repetir, o tendré que renovarlos. —habló el Rey Kochō con una expresión indiferente.

—No seas así, padre. Hacen su mejor esfuerzo. —defendió la mayor de las hijas, Kanae mirando a ambos con una sonrisa.

Ambos sonrieron aliviados. Siempre agradecían la gentileza de la mayor, pues cuando se veían metidos en problemas era ella quien salia en su defensa.

—Bien, bien. ¿Y?

—¡Disculpe!

Tanjirō acercó la mesa y junto a Murata comenzaron a servir la comida rápida pero cuidadosamente, no querían derramarla sobre alguno de ellos, cosa que ya había sucedido en el pasado y no fue muy bonito ver al criado de ese día ser trasferido de la cocina a limpiar el excremento de los caballos de los soldados.

—Buen provecho. —comentó Murata haciendo una reverencia.

Tanjirō tomó uno de los platos y lo dejó frente a una de las princesas con severo nerviosismo. Un ligero rubor se apareció en sus mejillas y rápidamente desvío la mirada.

—Buen provecho. —susurró alejándose e imitando una reverencia al lado de su compañero.

Kamado Tanjirō era solo un criado más, nada especial que servía a la familia del Rey Kochō. Tenía el deber de trabajar, ganar el dinero que pudiera y luego mandárselo a su familia que vivía en los barrios más pobres del reino. Era una necesidad importante y agradecía haber conseguido el trabajo para ayudar a su familia de alguna manera, en especial en tiempos de guerra.

Ese era su única motivación para estar alejada de su familia, pero ¿porqué esa felicidad que inundaba su pecho cada vez que le veía? Tan bella, delicada e inalcanzable a los ojos de cualquiera.

¿Por qué tuvo que ser de ella? ¿Por qué tuvo que ser exactamente de ella, de tantas mujeres en el reino de quien se había enamorado?

—Tanjirō, ¿que haces? —La voz de Murata lo sacó de sus pensamientos, dándose cuenta que se había quedado parada frente a la mesa sin hacer un minúsculo movimiento —. ¡Vamonos! —le exclamó en voz baja.

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⏰ Última actualización: May 11, 2020 ⏰

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Cuentos de una mariposa [ TanjiKana - GiyuShino ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora