Creo en él poder
de un cargo, pero este
también debe
ganarse.
------------~----------
A.A. :Miro la hora y me apresuro,llamo con ansiedad hasta que me responde una voz soñolienta.
-Bueno -mientras escucho como se levanta de su cama y se dirije a la cocina por algo que beber.
-¿Están todos ahi? -mi voz suena molesta y algo preocupada -Voy para allá, te cuento todo en cuanto llegue.
-Ok -murmura sabiendo que no le va a gustar oír lo que tengo que decir.
Llegó quince minutos después y tocó con rudeza, escucho como la cerradura es abierta y en cuanto me ve sonrie, se acerca para abrazarme pero me aparto.
-¿Por qué no me lo dijiste? -me mira apenado.
-Lo siento, se que debia contártelo mucho antes pero cuando iba a hacerlo comenzó a llorar y dijo que no te lo dijiera -se sienta en el sofá, se ve que esta cansado.
-¿Estan dormidos? -le preguntó suavisando mi voz lo más que puedo, mientras me siento a su lado y lo abrazo.
-Con la manera que tienes de tocar la puerta, quién podría dormir -me dice burlonamente, le pegó suavemente en el hombro por ese comentario.
-Podrías decirles que bajen, les traje comida y algunos regalos -le digo.
-Los consientes demaciado -me regaña, y sube las escaleras peresozamente.
Salgo por las cosas y todos corren a ayudarme, dejamos todo en la sala y nos dirijimos al comedor para merendar a las 3 de la mañana, pero ellos están acostumbrados a mis visitas, son muy comprensivos por que saben que trabajo hasta altas horas, pero me pongó triste solo de pensar en que se podrían enterar a que me dedico, alejó esos pensamientos de mi y solo tomo un trozo de carne y espero a que todos esten satisfechos.
Les entrego sus regalos y los abren emocionados, somos una familia numerosa y espero a que me digan si les gustaron o no.
-¡Me encanta! -habla primero Arana, mostrando el vestido brillante y el collar que le traje.
-Me alegro, es perfecto para una chica de tu edad -comento esperando que objete algo.
-Sólo por que tengo 17 años no quiere decir que debo usarlo -ataca molesta.
-Esta bien, mejor ve a probartelo -le digo para evitar que se moleste más.
Corre a su habitación y yo me dirijo al sofá pero me detengo al ver que se están peleando por elegir un vestido, les arrebato las bolsas y digo:
-Uno es morado y el otro azul -se los muestro y la de los ojos cafés claro, toma el azul y le entrego el morado a la que tiene el color de ojos más oscuro.
-Gracias -me dicen las dos a la vez.
-Eviten pelearse, que ser gemelas las vuelve mas insoportables -Astrid, la que tomo primero el vestido asiente, y Agnes me enseña su lengua, las dos se marchan alardeando de a quien se le ve mejor, a veces me preocupa ese tipo de comentarios con tan solo catorce años, no quiero imaginarme cuando sean mayores.

ESTÁS LEYENDO
LIMERENCIA
RomanceTres chicas, un trabajo poco común con una vida rutinaria de universitarias pero bien dicen que no todo es lo que parece, todo transcurren en calma hasta que ser testigos del suicidio de una de sus compañeras, las pone en peligro ya que esto genera...