=CON DUDAS =

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Creo en él poder
de un cargo, pero este
también debe
ganarse.
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A.A. :

Miro la hora y me apresuro,llamo con ansiedad hasta que me responde una voz soñolienta.

-Bueno -mientras escucho como se levanta de su cama y se dirije a la cocina por algo que beber.

-¿Están todos ahi? -mi voz suena molesta y algo preocupada -Voy para allá, te cuento todo en cuanto llegue.

-Ok -murmura sabiendo que no le va a gustar oír lo que tengo que decir.

Llegó quince minutos después y tocó con rudeza, escucho como la cerradura es abierta y en cuanto me ve sonrie, se acerca para abrazarme pero me aparto.

-¿Por qué no me lo dijiste? -me mira apenado.

-Lo siento, se que debia contártelo mucho antes pero cuando iba a hacerlo comenzó a llorar y dijo que no te lo dijiera -se sienta en el sofá, se ve que esta cansado.

-¿Estan dormidos? -le preguntó suavisando mi voz lo más que puedo, mientras me siento a su lado y lo abrazo.

-Con la manera que tienes de tocar la puerta, quién podría dormir -me dice burlonamente, le pegó suavemente en el hombro por ese comentario.

-Podrías decirles que bajen, les traje comida y algunos regalos -le digo.

-Los consientes demaciado -me regaña, y sube las escaleras peresozamente.

Salgo por las cosas y todos corren a ayudarme, dejamos todo en la sala y nos dirijimos al comedor para merendar a las 3 de la mañana, pero ellos están acostumbrados a mis visitas, son muy comprensivos por que saben que trabajo hasta altas horas, pero me pongó triste solo de pensar en que se podrían enterar a que me dedico, alejó esos pensamientos de mi y solo tomo un trozo de carne y espero a que todos esten satisfechos.

Les entrego sus regalos y los abren emocionados, somos una familia numerosa y espero a que me digan si les gustaron o no.

-¡Me encanta! -habla primero Arana, mostrando el vestido brillante y el collar que le traje.

-Me alegro, es perfecto para una chica de tu edad -comento esperando que objete algo.

-Sólo por que tengo 17 años no quiere decir que debo usarlo -ataca molesta.

-Esta bien, mejor ve a probartelo -le digo para evitar que se moleste más.

Corre a su habitación y yo me dirijo al sofá pero me detengo al ver que se están peleando por elegir un vestido, les arrebato las bolsas y digo:

-Uno es morado y el otro azul -se los muestro y la de los ojos cafés claro, toma el azul y  le entrego el morado a la que tiene el color de ojos más oscuro.

-Gracias -me dicen las dos a la vez.

-Eviten pelearse, que ser gemelas las vuelve mas insoportables -Astrid, la que tomo primero el vestido asiente, y Agnes me enseña su lengua, las dos se marchan alardeando de a quien se le ve mejor, a veces me preocupa ese tipo de comentarios con tan solo catorce años, no quiero imaginarme cuando sean mayores.

LIMERENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora